sábado, 14 de julio de 2012

La sana doctrina


Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste.  
 2 Timoteo 1:13.

Lectura diaria: 2 Timoteo 1:1-14.  Versículo principal: 2 Timoteo 1:13.

REFLEXIÓN

¡La sana doctrina!  Por lo menos en estos tiempos, hay que cuidarse mucho de tanta supuesta iglesia que ronda por ahí.  Existen unas que pueden ser grandes pero no son cristianas ya sea porque solamente creen en Jehová o solamente en Jesucristo o en el ministerio del Espíritu Santo.  No podemos olvidar que para que sea verdadera tiene que ser trinitaria, todos a la vez como un solo Dios pero tres personas distintas (Padre, Hijo y Espíritu Santo).  De lo contrario, se sobre entiende que es falsa.  Infortunadamente, también vemos mega-iglesias que sí son trinitarias pero han desviado el concepto fundamental y para atraer a las personas les ofrecen “casa, carro y beca” sin tener en cuenta que el Señor dijo: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33).  No es que el Señor para que lleguemos hacia Él, nos pone como por arte de magia los bienes materiales a los pies; es que conociéndole y buscándole sus bendiciones no se hacen esperar. 
A Dios no lo podemos comprar con plata y objetos personales, porque lo que quiere y desea es un corazón contrito y humillado.  Un corazón que reconozca su pecado y a Cristo Jesús, su Hijo amado, como el gestor de ese puente entre Dios y el hombre.  La bendición viene por añadidura a la fe en Jesucristo; no es la añadidura la que se antepone a la fe.  El enemigo está listo para desviar a la gente del camino correcto, éstos van por otro lado y él feliz.  
De nosotros como pueblo de Dios, miembros de su iglesia universal, depende si las personas llegan al lugar correcto o no.  Y digo depende porque mientras nos quedamos pasivos sin llevar el mensaje de salvación como debe ser, otros con mucho ahínco se levantan desde muy temprano sin importar el día de la semana a compartir en las calles.  Todo lo anterior crea una atmósfera de inseguridad y de confusión entre la gente del común, ya que los pocos entendidos de los medios de comunicación tildan a todas estas sectas o “iglesias” dentro del rango de los evangélicos, cuando así no es.
Que nos quede como reflexión el denuedo para evangelizar también sobre la base de la sana doctrina, sin temor ni miedo alguno porque el tiempo corre y mañana ya puede ser tarde, “Esto no está bien.  Hoy es un día de buenas noticias, y no las estamos dando a conocer.  Si esperamos hasta que amanezca, resultaremos culpables” (2 Reyes 7:9).  Al revés, con el poder que nos ha dado el Espíritu Santo (v. 14), sin avergonzarnos en lo que hemos creído (v. 12), confirmando lo dicho por el mismo Pablo: “A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen” (Romanos 1:16). 

Amado Señor: Llévanos a dar a conocer tu Nombre en la sana doctrina que hemos aprendido, para que tu mensaje de las “buenas nuevas” llegue a todo aquel que esté ansioso de conocerte y agobiado por las cargas de la vida.

Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Amen...asi es...y en verdad es dificil o casi imposible encontrar devocionales de sana doctrina ...pprq los q abundan son apostatas o de error...
Dios te bendiga varona....

Dora C. dijo...

Bendiciones Karina Paola. La gloria sea para el Señor.