jueves, 30 de junio de 2016

El mejor regalo dado con amor verdadero

        
Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Cantares 8: 6b-7a.

Lectura: Cantares 8: 3-7.  Versículos del día: Cantares 8:6b-7.

MEDITACIÓN DIARIA

No hay amor más grande que el de dar la vida por los que se aman (Juan 15:13). Pero así, exactamente: como lo que hizo el Señor Jesús al morir por nosotros. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Todo podrá pasar, terminar, deteriorarse, quebrarse, pero el amor de Dios jamás se extinguirá porque ni las muchas aguas pueden apagarlo. 
Creo que se tiene tan devaluado el amor, que por eso no se entiende el sacrificio del Señor por nosotros. Todos dicen amar, pero inclusive es difícil encontrar matrimonios donde verdaderamente se ame. Y es que el amor va más allá de las palabras, de los detalles y del mismo sexo. Por eso Dios que no se equivoca, manda al hombre amar a su esposa como Cristo amó a su Iglesia: dando la vida por ella. El amor es un compendio de innumerables particularidades y Dios las posee todas, solo con el ánimo de atraer personas a su reino.
Sin embargo el hombre está ciego; considera que faltan sus sacrificios, sus buenas obras, su bondad y benevolencia para conseguir la salvación. No entiende que solo bastó un sacrificio: el de Jesús; una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo (Hebreos 7:27). Ya no es necesario nada más; no obstante, tan difícil que le es reconocerle como Salvador.
Busquemos a Dios con sinceridad; amémoslo con todo el corazón, con toda nuestra alma y mente, para de este modo entender en algo lo que significa su amor por la humanidad y aceptar a Cristo como el mejor regalo dado con amor verdadero.

Amado Dios: Enséñanos a conocerte más allá de lo que imaginamos o hemos aprendido de Ti. Tu amor sobrepasa todo entendimiento siendo el más puro y sincero que nos han ofrecido. Gracias por enviar a tu Hijo Jesús a morir y entregarse solo por amor en nuestro lugar. ¡No merecemos tanto! Recibe hoy nuestra gratitud en unas palabras de reconocimiento y alabanza, porque solo Tú eres digno de nuestra honra y gloria. ¡Te amos Dios!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 29 de junio de 2016

La salvación es personal

Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente.  Ezequiel 18:32.

Lectura: Ezequiel 18:1-32.  Versículo del día: Ezequiel 18:32.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor es muy claro en hablarle al profeta Ezequiel para afirmarle que cada quien es responsable de sus actos. No porque el padre haya sido justo a los ojos de Dios, sus hijos lo serán. Igual si han sido malvados pero tienen un hijo justo, Dios tendrá en cuenta al hijo sin importar lo que haya hecho el padre. Dios no quiere que nadie muera; entendiendo la muerte del área espiritual. “Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9b).
El Señor Jesús ya nos justificó a nosotros los cristianos; comportémonos de manera tal que nuestro testimonio convenza especialmente a nuestros hijos para que ellos alcancen la salvación. Ahora, también es responsabilidad de todo padre o madre cristianos, orar por ellos continuamente y reclamarle al Señor la promesa de Hechos 16:31.

Amado Señor: Gracias por mirarnos individualmente sin recordar lo que fueron nuestros ancestros. Enséñanos a vivir correctamente practicando el derecho y la justicia, como testimonio de que Tú, quien eres el Cristo vivo, moras en el centro de nuestras vidas y queremos agradarte. Gracias buen Señor por justificarnos ante el Padre Celestial.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 28 de junio de 2016

Encargándonos también un mensaje de reconciliación

Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17.

Lectura: 2 Corintios 5:11-21.  Versículo del día: 2 Corintios 5:17.

MEDITACIÓN DIARIA

A nosotros como humanos nos queda difícil entender la obra regeneradora que Cristo empieza en cada uno cuando le recibimos sinceramente. “Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación” (v. 18). Fijémonos que esta reconciliación es un ministerio, dice más adelante en el versículo 19 que no tomándonos en cuenta los pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.
Creo que hay dos cosas para tener en cuenta: la primera que somos los llamados a llevar a otros este mensaje para que el mundo se reconcilie con Dios. Lo segundo, es que a nosotros también nos concierne no tomar en cuenta los pecados de quienes nos han agredido llámense como se llamen (aquí no es solamente amigos, familiares sino desconocidos como grupos al margen de la ley), y reconciliarnos con ellos. En una palabra: ‘perdonar’. ¡Y es que perdonar cuánto cuesta! Pero Dios quiere que lo hagamos, es su voluntad. Si no perdonamos, ¿cómo sí esperamos que Dios lo haga?
Para mí ser una nueva creación es dejar que Cristo día tras día vaya transformándonos; haciéndonos completamente nuevos. Para que esto suceda tenemos que dejar al Señor actuar en todas las áreas de nuestra vida; no solamente en las que nos conviene. Si le dijimos que tomara el control, es el control total, no a medias.

Amado Señor: Gracias por ser Tú el capitán de nuestros barcos. Gracias por regenerarnos de tal modo que lo malo lo desechas para volver a reconstruirnos y hacernos aceptables para Ti. Del mismo modo que Tú nos transformas y perdonas, enséñanos también a nosotros hacerlo. De este modo damos testimonio de quién eres y en quién hemos creído. ¡Gracias buen Dios! ¡Te alabamos y te adoramos! ¡Todo el honor y la gloria sean para Ti por siempre!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 27 de junio de 2016

Por la fe, la promesa se cumplió

Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras      que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? Gálatas 3:5.

Lectura: Gálatas 3:1-29.  Versículo del día: Gálatas 3:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta pregunta que Pablo le hace a los gálatas bien podríamos hacérnosla nosotros. Abraham es el hombre de la fe y fue quien recibió la promesa aun desde antes de dictarse la ley de Moisés y esto se le tomó como justicia (v. 6). La ley es muy difícil de practicar y está escrito que será maldito todo el que no practique fielmente todo lo que está escrito en la ley (v. 10), Cristo Jesús se hizo maldición por nosotros al ser colgado de un madero (v. 13); y así sucedió para que por medio de Él, como descendiente de Abraham, viniera en rescate por muchos. Porque la promesa de: “Por medio de ti, serán bendecidas todas las naciones” (v.8), nos cobija también a nosotros. Por lo cual, como descendientes de Abraham debemos vivir también por fe.  “Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa” (v. 19). ¡Gloria a Dios por el cumplimiento de tan anhelada promesa!
Como conclusión ya entendiendo un poco más lo que significa haber sido rescatados por la fe en Cristo, podemos respondernos la pregunta y darle gracias a Dios que nos envió a su Hijo Jesús porque de lo contrario siendo pecadores como lo somos, por la ley, nos hubiera sido muy difícil encontrar la salvación. “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo” (vv. 26-27). Por eso, teniendo tan apreciado combustible en nuestra vida, aprendamos a vivir por fe y no por vista. Que la fe sea el motor que nos impulse cada día a ser verdaderos seguidores de Cristo.

Amado Señor Jesús: Gracias por haber venido en nuestro rescate y hacernos partícipes de la herencia dada a Abraham. Enséñanos a tener la misma fe de este hombre que nunca vaciló esperando la promesa, sino dándote gloria por lo que sabía que vendría después. De igual modo nosotros también sabemos de una patria futura que nos tienes preparada y por fe queremos regocijarnos hasta tan ansiado día donde nos encontremos contigo. ¡Te amamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 25 de junio de 2016

Porque todos los gentiles necesitan conocerte




Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría.  
 Hechos 28:27.


Lectura: Hechos 28:1-31. Versículo del día: Hechos 28:27.

MEDITACIÓN DIARIA

Puesto que el pueblo de Israel rechazó el mensaje de Jesús, su mensaje de salvación fue dirigido a los gentiles (v. 28). Lo triste es que a los gentiles también se les ha endurecido el corazón, se les han cerrado los oídos y no quieren escuchar; están cegados dentro de su misma lujuria. Cada día pareciera que se obstruyeran más las puertas para que el hombre conociera a Jesús como su Salvador. Pero recordemos que así el mundo esté envuelto en un caos, no es razón para dejar de compartir; al contrario, hagámoslo con más arrojo porque donde abunda el pecado sobreabunda la gracia (Romanos 5:20). Nosotros somos los portadores de mostrarles y enseñarles esa gracia. Por esto, no dejemos de hablar ya que el tiempo se acerca cada día con más velocidad al regreso de Cristo, y tenemos la responsabilidad  del cumplimiento de la gran comisión.
Si no lo hacemos, entonces nos convertimos nosotros, su Iglesia, en el pueblo obstinado que tampoco quiere ver ni escuchar.  ¡Cuidado! Porque a los de afuera no se les puede exigir si no conocen, pero si los cristianos no practican lo que escuchan día tras día, mayor es el problema.  Con razón decía David Wilkerson que la dureza de corazón viene como resultado de rechazar repetidos avisos y que los endurecidos de corazón estaban dentro de la misma Iglesia.
El Espíritu Santo permita que nuestros labios se abran para que todo el que se nos acerque sepa, que hay un Dios amoroso dispuesto a recibirlo y acogerlo en sus brazos.

Amado Señor Jesús: Si el mensaje de salvación se volteó para los gentiles, enséñanos a no temer e ir con decisión y denuedo a llevar tu Palabra hacia los que no te conocen. Gracias porque Tú pones en nosotros el querer como el hacer y te rogamos que seas Tú mismo dirigiendo nuestros pasos para cumplir ese mandato, porque todos los gentiles necesitan conocerte. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 24 de junio de 2016

Busquemos agradarle mientras estemos en esta tienda



De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. 
2 Corintios 5:1.

Lectura: 2 Corintios 5:1-10.  Versículo del día: 2 Corintios 5:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta tienda de campaña es nuestro cuerpo. No olvidemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19), mientras vivimos aquí. En el cielo tendremos un edificio, una casa, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo.
Aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor, nos mantenemos confiados. Sería maravilloso estar ya a su lado; pero así sea que estemos en este cuerpo mortal, en esta tienda de campaña, o ya no lo estemos, nuestro objetivo es agradarle (v. 9). Para agradar a Dios necesitamos hacer lo que a Él le gusta, y el Señor se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor (Salmo 147:11). Por ahora nos corresponde agradarle aquí en la tierra. Entonces amémoslo por encima de todas las cosas; confiemos plenamente; seamos obedientes a su Palabra; permitámosle actuar; cantémosle Salmos e Himnos que honren su Nombre. Considero que también le agradamos cuando permitimos que se cumpla en nosotros su voluntad. Busquemos agradar a nuestro Dios mientras nos llega el día de encontrarnos cara a cara con Él. Allá en el cielo le agradaremos con toda la adoración y alabanza de un modo creo yo,  sobrenatural.

Amado Señor: Gracias por la promesa que nos das del cuerpo eterno en el cielo hecho por Ti mismo. Sabemos que queremos agradarte; enséñanos a entregarnos totalmente a Ti para conocer lo que esperas de nosotros y no seguir aquí como viajeros errantes sino con un propósito definido hasta el día en que nos encontremos contigo. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 23 de junio de 2016

¡Levántate! ¡El tiempo de la canción ha llegado!




¡Mira, el invierno se ha ido, y con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! 
Cantares 2:11b-12a.


Lectura: Cantares 2:8-13.  Versículos del día: Cantares 2:11b-12a.

MEDITACIÓN DIARIA

Todo cristiano pasa por el desierto o vive el tiempo del invierno con tormentas y borrascas. Pero hay que saber que el Señor no nos dejará por siempre ahí; aquí nos dice que ya ha pasado. ¡Aleluya! Nuestra vida comienza a florecer y es tiempo de canción para adorarle y alabarle por su grandeza; porque nos mira con amor y misericordia. Y Él cual novio enamorado nos busca nuevamente para cautivarnos. Somos parte de su Iglesia, su novia; y nos llama para que estemos a su lado: “¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!”.
Creo que las tormentas y aflicciones se dan para que nosotros aprendamos a cogernos más fuertemente de nuestro Salvador. Es que nos ama tanto, que si no fuera por el tiempo del invierno, muy seguramente rápido nos olvidaríamos de Él y ese no es su objetivo. Estemos dispuestos a ir a su encuentro y dejarnos amar totalmente por nuestro Rey y Señor. “¡Las flores están brotando y el arrullo de las tórtolas llena el aire!” (v. 12 NTV). Solamente el corazón enamorado puede percibir el olor fragante de las flores y el arrullo de las tórtolas; y aquí, ¡es el Señor quien sale a buscarnos!

Querido Jesús: Muchas gracias por los tiempos borrascosos que nos permites pasar. Gracias porque ahí es cuando más pendiente estás de nosotros y es cuando es el tiempo preciso para abrazarnos y buscarte. Queremos cantarte y loarte porque eres el más Grande y Hermoso. ¡Eres el amor de nuestra vida y sin Ti no podríamos ya seguir! ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.