martes, 31 de enero de 2012

El Dios en quien confiamos

Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: .
Salmo 31:14.

Lectura diaria: Salmo 31:14-24. Versículo principal: Salmo 31:14.

REFLEXIÓN

No a todas las personas se les brinda confianza. Tenemos que saber muy bien a quien le estamos abriendo el corazón porque el hombre como género humano, es muy variable y en cualquier momento nos puede fallar. De ahí que sea tan difícil encontrar al verdadero amigo; por eso el Señor exclama con suma gravedad diciendo: “¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor!” (Jer. 17:5). Todos por naturaleza podemos flaquear, romper esa confianza y hasta ahí llega la relación que sea.
El rey David sabía muy bien ante quien derramar su corazón: ante la persona que jamás lo defraudaría ni lo estaría señalando con el dedo; ante su Señor y Dios en quien siempre ponía su mirada. A Él recurría para alabarle y adorarle; para contarle sus alegrías y tristezas; para desfogar su ira y aborrecimiento hacia sus enemigos; para hablarle de sus triunfos como de sus derrotas. El Señor: el mejor amigo en quien podemos confiar. No solamente Él quiere que lo tengamos como amigo sino como al Dios Altísimo y Poderoso que es. Simplemente desea que sus hijos le disfruten como al confidente por excelencia, y que a la vez lo vean como al Dios en quien confían plenamente. De este modo recibiremos la bendición tal como nos lo muestra Jeremías también: “Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto” (Jer. 17:8). Todo esto y mucho más, puede hacer el Dios en quien confiamos; nuestra vida entera está en sus manos.

Señor gracias ¡porque a quién más tenemos sino a ti! Y fuera de ti, todo lo demás es ilusorio.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 30 de enero de 2012

Hay un nuevo amanecer

Aunque el Señor te de pan de adversidad y agua de aflicción, tu maestro no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás.
Isaías 30:20.

Lectura diaria: Isaías 30:19-26. Versículo principal: Isaías 30:20.

REFLEXIÓN

Durante nuestro caminar diario nos encontramos con situaciones que nos afligen y hacen perder la paz. Muchas veces no entendemos los designios de Dios, máxime cuando vemos que todo está marchando sobre ruedas y de pronto ¡zas! El golpe acecha. Entonces retrocedemos, miramos, analizamos y nos damos cuenta que íbamos por el camino equivocado: “Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: "Éste es el camino, síguelo” (v. 21).
Quizá el pan de adversidad y el agua de aflicción que nos llegan son con el propósito de culminar el plan Dios en nuestras vidas. El Gran Hacedor, el Alfarero, tiene que ir puliendo poco a poco su vasija, solo con el deseo de ver su labor en el nuevo amanecer más perfeccionada y poderla mostrar al mundo como su obra majestuosa. “Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría” (Sal. 30:5). Podemos estar confundidos y no saber para dónde vamos, pero al final, el Señor nos afirmará en elevado baluarte (Sal. 30:7). El Señor nos pondrá en el nuevo amanecer por cabeza y no por cola. Estaremos en la cima y no en el fondo (Dt. 28:13).
Como reflexión, aceptemos las pruebas que nos lleguen entendiendo que están involucradas en la voluntad de Dios porque ésta siempre es: buena, agradable y perfecta; teniendo esto en cuenta brillaremos en el nuevo día como el oro y la plata y seremos codiciados por los que nos rodean.

Amado Señor: Gracias porque solamente en tu santa voluntad están puestos nuestros planes; así estén llenos de angustias y tristezas, nos darás un nuevo amanecer por tu inmensa bondad.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 29 de enero de 2012

Respecto a la oración

Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.
Mateo 29:35.

Lectura diaria: Mateo 29:35-39. Versículo principal: Mateo 29:35.

REFLEXIÓN

Jesús nos deja un ejemplo de oración a seguir: se levantaba de mañana e iba a un lugar solitario. De mañana porque es el mejor momento para dirigirnos al Padre y a solas porque es indispensable la intimidad donde nadie nos perturbe y podamos hablar libremente con nuestro amado Señor y Dios. “Por la mañana Señor escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos y quedo a la espera de tu respuesta” (Sal. 5:3). Dios como buen Padre está presto a escucharnos, es que en realidad no alcanzamos a darnos cuenta de la magnitud que nos corresponde como sus hijos que somos y Él, mejor que cualquier padre terrenal, se inclina hacia nosotros para oírnos. “Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán para que su alegría sea completa” (Jn. 16:23-24).
Claro, la relación con Dios debe ser compartida; de lo contrario no es relación. Debemos orarle pero también debemos de recibir su Palabra porque es una de las maneras que Dios usa para hablarnos. Esto es en sí, lo que llamamos el devocional.
Como reflexión, aprendamos a no dejar pasar un día sin encontrarnos a solas con nuestro gran Dios y Señor. La Palabra de Dios en una realidad; no es una historia más y a través de ella, nos instruimos, crecemos y aprendemos a conducirnos por la senda que nos tiene trazada.
También es bien cierto, que todos pasamos por momentos de soledad y tristeza. Considero muy importante, que en esos casos, recurramos a la oración sea la hora que sea. Todas nuestras inquietudes, cargas y anhelos deben de estar en su presencia porque ¿quién mejor que el Señor para tenerlas? El Señor dice: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer las cosas grandes y ocultas que tu no conoces” (Jer. 33:3). Muchos cristianos llaman a este versículo, el teléfono del Señor; usémoslo cuantas veces sea necesario.

Gracias Señor porque tú estás más listo a atendernos de lo que nosotros nos imaginamos.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 28 de enero de 2012

El milagro más maravilloso

El ángel dijo a las mujeres: –No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo.
Mateo 28:5-6.

Lectura diaria: Mateo 28:1-10. Versículos principales: Mateo 28:5-6.

REFLEXIÓN

En una ocasión, una tía monja: Alejita le decíamos con cariño, llegó a mi casa materna un domingo de resurrección y con mucha alegría empezó a darnos a todos las “felices pascuas”. Yo que aún no era cristiana, le pregunté extrañada el porqué de su regocijo y ella me contestó algo que para siempre quedó en mi memoria: “Porque mijita, el milagro más grande es la resurrección del Señor; es el milagro más grande para la iglesia. Él mismo como Dios que es, se levantó de los muertos”.


Ahora yo pienso que este milagro maravilloso nos ha abierto las puertas del cielo a todos los que queremos entrar con Jesús a la morada eterna. El Cristo crucificado, maltratado, humillado y herido ya no existe porque su tumba está vacía; el Señor triunfó sobre la muerte. Jesús es una realidad viva, porque Él no está muerto; vive y quiere vivir en el corazón de todo aquel que se lo permita. Tal vez, los corazones endurecidos no alcancen a captar este mensaje redentor, pero no importa; el Señor seguirá con su amor indescriptible buscando el momento propicio hasta que el mismo Jesús les confronte al igual que lo hizo con Saulo de Tarso. Muy seguramente también caerán de rodillas aceptándolo en su corazón, porque nadie que tenga un encuentro personal con Él puede negarse a seguirle. Por Saulo, después llamado Pablo, millones de personas han alcanzado la salvación. La vida de Pablo después de ese encuentro cambió totalmente, de igual modo como se transforman todas las que llegan a conocerle y seguirle. Sí, la resurrección del Señor es el milagro más maravilloso de la iglesia “porque si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada” (1 Co. 15:14), “vana sería nuestra fe”, dice la versión Reina Valera. Y lo que para nosotros es un privilegio: compartimos ese milagro porque hacemos parte de su iglesia.

Señor gracias por permitirnos entender esta verdad y saber que tu resurrección no es cosa del pasado, porque está vigente para todo aquel que se quiera acoger a ti.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 27 de enero de 2012

El baluarte de la vida

Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.
Salmo 27:13.

Lectura diaria: Salmo 27:1-14. Versículo principal: Salmo 27:13.

REFLEXIÓN

El rey David comienza el Salmo reconociendo al Señor como su luz y salvación; como la fortaleza de su vida (vv. 1-2a). Lo ve como a su Roca protectora y ante eso, él mismo se pregunta: “¿Quién podrá amedrentarme?” (v. 2b). No le teme a sus adversarios ni enemigos, así sea un ejército que vaya en su contra. En todo el capítulo se muestra la confianza y esperanza del rey, única y exclusivamente en su Señor. No le importa la aflicción ni el dolor por la desgracia o infortunio que pueda pasar, porque sabe exactamente en quien tiene fija la mirada. Llega inclusive a declarar: “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos” (v. 10). Es de admirar este corazón volcado exclusivamente a los píes del Señor. Con razón se dice de David que tuvo un corazón conforme al corazón de Dios.
Para reflexionar: No interesa si estamos solos, abandonados por los padres, por el esposo o por los hijos; tampoco afecta las dificultades físicas, financieras o emocionales por las que pasemos o quizá estemos viviendo actualmente; no podemos desmayar. Hay que confiar en el Señor, tener valor, cobrar ánimo, porque Él, jamás nos dejará. Hay que confiar en sus promesas: “No los voy a dejar huérfanos, volveré a ustedes”; palabras del Señor Jesús (Jn. 14:18); “No temas, porque no serás avergonzada; no te turbes porque no serás humillada… Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! (Is. 54:4 y 5). ¡Dios de toda la tierra! No hay nada imposible para Él. Dios es nuestro Hacedor, nuestro Libertador, nuestro Médico y Abogado por excelencia. El dueño de todo el oro y de la plata del mundo (Hag. 2:8), ¿por qué temer? ¡Estamos en las mejores manos! ¡Pongamos la esperanza en el Señor!

Señor: Gracias por demostrarnos que tu amor no tiene límites y en todo tiempo y lugar sacarás la cara por nosotros. ¡Sí Señor, estaremos vivos para ver tu bondad y majestuosidad en nuestras vidas!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 26 de enero de 2012

Muerte incondicional por obediencia total

Padre mio, si es posible, no me hagas beber ese trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Mateo 26:39.

Lectura diaria: Mateo 26:36-46. Versículo principal: Mateo 26:39.

REFLEXIÓN

No fue fácil para el Señor Jesús en su naturaleza humana, aceptar no solo la muerte sino todo el sufrimiento que le esperaba. Sin embargo, Él se somete al Padre y le dice que no se haga su voluntad sino la suya. Jesús había venido al mundo con una misión que debería llevar a cabo: la redención de la humanidad. Su sangre sería la del Cordero expiatorio quien sería inmolado para que solo bastara ese sacrificio para perdón de los pecados y transgresiones del hombre. El Señor Jesús sabía de antemano todo lo que tendría que soportar: la muerte más cruel y humillante de esa época.
Se refleja el amor del Padre celestial que no le importó dar a su Hijo unigénito para que por medio de Él, entrara la salvación al mundo (Jn. 3:16). Se refleja también, el amor de Jesús reconciliándonos con Dios Padre; nos amó de tal manera que entregó su vida por nosotros para crear una iglesia pura, sin mancha y sin arruga. Por su obediencia, nos constituimos en su novia que espera ansiosa su segunda venida como el Rey de reyes y Señor de señores. “Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de tus juicios; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra vida” (Is. 26:8); “Tu gran amor lo tengo presente” (Sal. 26:3a).
Como reflexión, aprendamos de Jesús a ser obedientes cumpliendo su voluntad, para que vivamos de manera digna, agradándole en todo (Col. 1:9-10), “Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos como en los días de fiesta. “Yo te libraré de las tristezas, que son para ti una carga deshonrosa” (Sof. 3:17-18).

Señor: Gracias porque no merecemos tanto amor de parte tuya. ¿Qué somos para que te acuerdes sin cesar de nosotros? Tu amor incondicional nos abre las puertas de la vida en primavera y ya no importan los vientos borrascosos, porque Tú, estás en medio de ellos acogiéndonos en tu regazo.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 25 de enero de 2012

Desde siempre tus planes seguros

Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros.
Isaías 25:1.

Lectura diaria: Isaías 25:1-5. Versículo principal: Isaías 25:1.

REFLEXIÓN

Empecé a hacer este devocional pasada la media noche porque mi niña ha estado enferma. Han sido ires y venires del médico domiciliario y citas prioritarias en la EPS; Dios permita que le tomen pronto esos exámenes y sepamos el diagnóstico. Como voy con el año, anoche leía el Salmo 25 también y le preguntaba al Señor ¿qué pasaba con mi hijita? El Señor como siempre me tranquilizó diciéndome en su Palabra: “¿Quién es el hombre que teme al Señor? Será instruido en el mejor de los caminos” (Sal. 25:12). Mi hija, ya toda una mujercita fue marcada en su infancia y principios de su adolescencia por múltiples situaciones, entre otras desafortunadamente, por niños y niñas que como en toda institución aparecen y en el colegio cristiano donde estudiaba no fue la excepción. En esta etapa de su vida no quiere saber nada de Dios ni de la iglesia, pero yo ando ahí; siempre en mis oraciones recordándosela al Señor y poniéndola a sus píes. Estoy convencida que el plan que le tiene será maravilloso para su vida y anoche precisamente el Señor me lo volvía a mencionar. Sé que mi niña tiene una infinidad de necesidades y que llegará el momento en que reconocerá a Jesús como el Señor Todopoderoso, quien será el único capaz de llenarle todos sus vacíos. Entendí que como dice su Palabra: los caminos del Señor no son los nuestros y Él sabe exactamente por dónde la está dirigiendo y su dolencia ahora, hace parte de ese plan.
“Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que siempre me has mostrado”; “Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino. Él dirige en la justicia a los humildes y les enseña su camino. Todas las sendas del Señor son amor y verdad” (Sal. 25:6 y 8-10).
Esa fue la enseñanza que aprendí y sobre la cual reflexioné y ahora la comparto con ustedes.

Sí, mi buen Señor: Sé que la ternura y el amor que siempre me has mostrado, también los gozará mi hija; sé que tú le enseñarás el camino y la guiarás por sendas de justicia y paz. Lo sé y lo declaro porque lo dice tu Palabra y ella es verdad desde siempre y para siempre.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 24 de enero de 2012

Jesús, el Rey de la gloria

¿Quién es este Rey de la gloria? Es el Señor Todopoderoso; ¡él es el rey de la gloria!
Salmo 24:10.


Lectura diaria: Salmo 24:1-10. Versículo principal: Salmo 24:10.

REFLEXIÓN

El Señor es el Rey de la gloria porque es el dueño absoluto de todo cuanto existe; “el mundo y cuantos lo habitan” (v. 1). Es el Rey de la gloria porque es el fuerte, el valiente guerrero (v. 8). Jesús es el Rey de la gloria porque es el Rey de reyes y Señor de señores (Ap. 19:16). Jesús es el Rey de la gloria porque es el “Verbo de Dios”, quien aparecerá en el cielo vestido con un manto teñido en sangre (Ap. 19:11-13) y todo ojo lo verá y por Él harán lamentación (Ap. 1:7).
Vendrá como ladrón en la noche (1 Ts. 5:1 y 2 P. 3:10), sin saber el día ni la hora; por eso debemos estar preparados. “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan• (2 P. 3:9). Sí, mis buenos amigos que leen este devocional: el Señor, Rey de la gloria está esperando por cada uno de ustedes. La salvación que vino a darnos con su propia sangre no es cuento de hadas, es una realidad y de nosotros depende si la aceptamos o no. Si la aceptamos, tendremos vida eterna junto al Rey de reyes y si la rechazamos tendremos el fuego eterno por casa, junto al príncipe de este mundo: Satanás; gozaremos pero del castigo eterno: “Allí habrá llanto y rechinar de dientes” (Lc. 13:28).
Como reflexión para los cristianos: comportándonos como tal; esperando ansiosamente su venida y sin que nos coja desapercibidos. Para los que no lo son: tienen la oportunidad de abrirle su corazón a Jesús y reconocerle como el Señor de la gloria para tener derecho a la entrada triunfal en la patria celestial.

Señor Jesús: Gracias porque siendo tú el Rey de reyes, el Todopoderoso, viniste a darnos el regalo más precioso; no escatimaste nada de lo tuyo con tal de vernos en la gloria a tu lado. ¡Amor más grande no existe!


Un abrazo y bendiciones.

lunes, 23 de enero de 2012

Lamento del Señor

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!

Mateo: 23: 37.

Lectura diaria: Mateo 23:12-39. Versículo principal: Mateo 23:37.

REFLEXIÓN

Este versículo es uno de mis predilectos. Quebranta mi corazón saber que el Señor sufre por su ciudad. Lo triste es que cada uno de nosotros nos convertimos en su Jerusalén y también llora y sufre porque no volteamos los ojos hacia Él o porque quizá decimos que sí, pero nuestras actuaciones dejan mucho que desear. ¡Cuántos de sus hijos se apegan al cristianismo como a una tradición más y actúan igualmente que los escribas y fariseos! Muchos líderes y pastores se convierten en guías ciegos y cierran el paso a los que quieren entrar. Otros hablan exclusivamente de las ofrendas y diezmos pero la justicia, la misericordia y la fidelidad la dejan a un lado. También los hay, enaltecidos hasta el firmamento y de humildad y compasión por los suyos, no se ve nada. El Señor los llama sepulcros blanqueados quieren demostrar lo que no son (vv. 11-28). “Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas” (v. 4).
El Señor se conmueve por todos aquellos que están desamparados y su amor llega al punto de querer albergar a cada uno debajo de sus alas si le es posible y éste accede. Simplemente quiere tomar el lugar de los llamados “sus hijos” que no practican lo que predican, para no dejar desamparados a esos “pollitos” que todavía no se pueden defender solos. ¡Qué conmovedoras sus palabras! ¡Cuánto amor demuestra nuestro buen Señor! Desafortunadamente la indiferencia, el desgano, la apatía, y en ocasiones el maltrato de su iglesia, son los caracteres que no permiten acunarlos.
Como reflexión que nos conduela su lamento y seamos en verdad los discípulos que el Señor desea, sin ser piedra de tropiezo para nadie.

Amado Jesús: Gracias por tu amor y compasión por la humanidad; permite que sigamos tu ejemplo.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 22 de enero de 2012

El mayor de los mandatos

–Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” –le respondió Jesús–
Mateo 22:37.

Lectura diaria: Mateo 22:34-40. Versículo importante: Mateo 22:37.

REFLEXIÓN

Con frecuencia el ser humano cambia las prioridades de su vida y Dios nos decretó desde tiempos antiguos, cuando le dio a Moisés las Tablas de la Ley, el primer mandamiento que está por encima de todos los demás (Dt. 5:7-10). El agite diario muchas veces no da tiempo ni para la familia, con menor razón para acordarse de Dios. Desafortunadamente, Dios está, si acaso en el último minuto de la noche, sin haberlo tenido en cuenta para nada y después hay quejas y lamentos porque los sucesos no salen como quisiéramos.
Dios nos manda amarlo sobre todas las cosas; espíritu, alma y cuerpo deben estar disponibles a sus píes; amarlo con el pensamiento, con las palabras y con las obras. No hay nada que pueda estar por encima de ese amor: ni esposo(a), ni hijos, ni padres o hermanos. Mucho menos se debe tener como ídolo al carro, el trabajo, la casa, la iglesia, ni objeto alguno, porque todo esto se convierte en abominación para Él. El amor a Dios es en sí mi modo de vida ante sus ojos haciendo lo que le agrada, teniéndolo en cuentas en las decisiones, haciendo su voluntad, y algo muy importante: amando también al prójimo (v.39).
Dios quiere que le amemos de la misma manera que Él lo hace con nosotros; con amor incondicional, tajante, infinito, inmutable y personal. Cuando valoramos ese amor tan grande que el Señor nos da, empezamos a amarlo, temerlo, reverenciarlo y adorarlo como Dios único y verdadero. “Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Jn. 4:19).

Señor: Gracias por la pildorita inagotable de tu amor con la que cada día nos sostienes. Ese amor tuyo que jamás se extingue, nos permite verte con ojos agradecidos y exaltando tu Nombre por doquier.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 21 de enero de 2012

¿Palabras sinceras?

Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: –¡Hosanna al Hijo de David! –¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! –¡Hosanna en las alturas!
Mateo 21: 9.

Lectura diaria: Mateo 21:1-11. Versículo principal: Mateo 21:9.

REFLEXIÓN

Esta gente que lo estaba aclamando, era la misma que unos días más tarde gritarían con toda su furia: “–¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!” (Lc. 12:20-21). Lo alabaron solamente de labios pero con su corazón no decían la verdad. “¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mt. 15:7-8).
Preguntémonos si nosotros hacemos de igual modo. Cuántas veces no adoramos al Señor repitiendo palabras por inercia, pero en el fondo no hay sinceridad. Recordemos bien lo dicho por el apóstol Santiago en su carta: “Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición” (Stg. 3:9-10). Esto no debe suceder así. Como reflexión aprendamos a adorar a nuestro Dios y Padre en espíritu y en verdad, como Él quiere que sea (Jn. 4:23). Dios es Espíritu y como tal quiere que le adoremos: totalmente. Con adoración verdadera no falsa; adoración que salga de nuestro interior, con un corazón recto y quebrantado de saber que se está ante su presencia.

Señor: Danos la pildorita de la adoración completa hacia ti, tal como tú la mereces.

Un abrazo y bendiciones,

viernes, 20 de enero de 2012

Para todos igual

Amigo no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por esa paga? Tómala y vete. Quiero darle al último obrero contratado lo mismo que te di a ti.
Mateo 20:13-14.

Lectura diaria: Mateo 20:1-16. Versículos principales: Mateo 20:13-14.

REFLEXIÓN

Gracias a Dios el Señor nos mira a todos del mismo modo. A través de la parábola de los viñadores nos deja una gran lección que a veces mucha falta nos hace, ya que somos dados a criticar y hablar más de la cuenta. Para el dueño de ese viñedo, valía igualmente el trabajo realizado por el que llegó a las ocho de la mañana, como del que llegó a las cinco de la tarde; ese fue su convenio (vv. 7-7). Sin embargo, los que llegaron temprano estaban murmurando contra el propietario sin ninguna razón, pues él decidió darles a todos por igual y tenía derecho a hacerlo ya que era su plata (v. 15).
La misión del Señor Jesucristo es que todos le conozcan, se arrepientan de sus pecados y se salven (1 Ti. 2:4). No le importa si le hemos conocido y confesado a los ocho, quince, treinta, cincuenta o setenta años. Incluso puede ser horas o minutos antes de la muerte; el hecho es que tuvieron la oportunidad de ir al viñedo y recibieron su paga completa: la salvación. El Señor no nos adquirió ni con oro ni con plata, pagó con su propia sangre por todos; fuimos comprados por un precio muy elevado (1 Co. 6:20). Viendo la misericordia de Dios bajo esta perspectiva, no nos incumbe a nosotros lanzar el dedo acusador contra aquel que por más cruel que haya sido, ha vuelto los ojos al Señor, se ha arrepentido y convertido. Quizá somos egoístas y envidiosos como si pretendiéramos que el reino de Dios es para unos pocos y los demás no tienen derecho a gozar de él.
Como reflexión, bajémonos de ese pedestal en que nos encontramos y miremos al pecador con el mismo amor y misericordia que Dios lo mira. Más bien, que la parábola nos sirva de ejemplo para entender que tenemos que llevar el mensaje de Jesús a tiempo y a destiempo porque no sabemos si para esa persona el día se ha agotado y es la oportunidad de permitirle su entrada al reino celestial. "Así que los últimos serán primeros, y los primeros, los últimos" (v. 16).

Señor: gracias por prodigarnos tu compasión a todos por igual.

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 19 de enero de 2012

La importancia de los niños para Dios

Jesús dijo: Dejen que los niños vengan hacia mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
Mateo 19:14.

Lectura diaria: Mateo 19:13-15 y 18:1-10. Versículo principal. Mateo 19:14.

REFLEXIÓN

Para Dios, los niños son supremamente importantes. Nadie puede dañarles su ingenuidad e inocencia. Quien se mete con un niño no sabe lo que le espera. La Biblia afirma que: “mas le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar” (18:6). Desafortunadamente los violadores de niños hacen caso omiso a las palabras del Señor, y cada día vemos a hombres depravados mancillando la inocencia de muchos pequeños. “¡Ay del mundo por las cosas que hacen pecar a la gente! Inevitable es que sucedan, pero ¡ay del que hace pecar a los demás!” (18:7). No saben lo que significa ese “Ay”. “¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo” (Heb. 10:31).
Cuidemos a nuestros niños como los más grandes tesoros que tenemos y oremos continuamente por ellos. “Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial” (18:10). Los niños son tiernos, sinceros y captadores de lo que hacen los mayores; de ahí el ejemplo que les demos. –Gracias a Dios por la senadora Gilma Jiménez, defensora de los niños en Colombia; Dios la bendiga y siga usando en pro de la infancia–. Y como parte de la reflexión aprendamos a actuar como niños: sin titubeos, sencillamente, y con mucha originalidad, entendiendo que el reino de los cielos es de quienes son como ellos.

Señor: Gracias por la pildorita de la alegría que imprimes en los niños. Te pedimos por sus vidas para que los abraces, los bendigas y pongas tu mano alrededor para que desde su infancia aprendan a sentir tu calor y abrigo rodeados del amor que les ofreces.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 18 de enero de 2012

Nuestro Dios de imposibles

¿Acaso hay algo imposible para Dios? El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara habrá tenido un hijo.
Génesis 18:14.

Lectura diaria: Génesis 18:1-15. Versículo principal: Génesis 18:14.

REFLEXIÓN

Cuando nuestra naturaleza carnal empieza a actuar, creemos que si nosotros no podemos con un problema, Dios tampoco podrá. ¡Cuán equivocados estamos! La lectura del día nos demuestra que cuando el mundo dice: “no”, Dios dice: “sí”. Abraham era ya de edad avanzada y a Sara se le había retirado la menstruación. Las esperanzas de tener un hijo para ellos ya no existían; Abraham creía que la promesa de ser padre de multitudes vendría a través de su hijo Ismael, el que había tenido con Agar, la criada de Sara. Sin embargo el Señor le aclara a Abraham: “¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac!” (Gén. 17:19). Cuando Sara lo supo, también se rió: “¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que podrá tener un hijo en la vejez?” (v. 13 en la lectura). Y tal como el Señor lo prometió, sucedió. “El camino de Dios es perfecto, la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian” (Sal. 18:30). Busquémosle sinceramente y Él nos otorgará los anhelos del corazón.
El Señor está presto a darnos pildoritas de sus promesas todos los días; necesitamos creer que Él es el Dios de los imposibles y desde ya, darle gracias porque: que se cumplen, se cumplen.

Señor Jesús: muchas gracias por darnos tus ricas palabras de bendición; desde ahora las recibimos y proclamamos que vendrán como tú lo dices. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 17 de enero de 2012

Un alto para escucharle

Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!
Mateo 17:5b.

Lectura diaria: Mateo 17:1-13. Versículo principal: Mateo 17:5b.

REFLEXIÓN

Vivimos en un mundo tan caótico y vertiginoso que no hay tiempo para escuchar a nadie: los padres no escuchan a sus hijos, ni los hijos los escuchan a ellos. La misma tecnología a pesar de permitir que las comunicaciones avancen, es al mismo tiempo una barrera entre la comunicación cara a cara. Ya no hay necesidad de llamar el jefe a la asistente porque precisamente para ganar tiempo existe el internet para dirigirla. No es necesario hablar con el dependiente del supermercado porque de igual manera el computador o teléfono puede mandar el pedido; aún si salimos de viaje ya no se necesita el vigilante, las luces se apagan y encienden solas, únicamente con accionar un botón. Por eso cada día será más difícil para el hombre escuchar a Dios.
Sin embargo, nuestro Padre amoroso se las ingenia para que por fin volteemos los ojos hacia Él y comprendamos su amor. Es tanta su preocupación que nos lleva al reposo absoluto o al descanso de unas vacaciones; nos aparta como queriéndonos brindar un momento a solas con Él y que podamos reflexionar sobre su grandeza y majestad. ¿Quién puede decir que no ve a Dios en el murmullo de los ríos o en la belleza de las flores? ¿Quién lo negará ante el porte fastuoso del felino o la fragilidad hermosa de la mariposa?
Como reflexión si queremos ver al Hijo amado de Dios, tenemos que parar y poner oído atento a sus palabras: “Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin” (Ap. 22:13). Jesús, el Verbo que existía desde el comienzo y por el cual fueron creadas todas las cosas, la vida y la luz de la humanidad, está ahí presente y nos habla desde el trinar de los pajaritos hasta en el portento trueno de la tempestad. Hay que escucharle para creer en Él y que el Padre nos tenga por hijos suyos también (Jn. 1:12). “Si mi pueblo tan solo me escuchara”. Sí, si tan solo lo escucháramos podríamos llevar a otros a sus pies.

Señor: ¡Enséñanos a callar y permitirte que nos hables a través de tu grandeza!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 16 de enero de 2012

¿Quién es Jesús de Nazaret?

Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente –afirmó Simón Pedro.
Mateo 16:16.


Lectura diaria: Mateo 16:13-20. Versículo principal: Mateo 16:16.

REFLEXIÓN

Para el común de la gente ¿quién es Jesús? Unos aseguran que un gran líder espiritual; otros que un hombre histórico, otros pueden decir que un profeta antiguo, etc. En aquellos tiempos también había respuestas parecidas: “Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas” (v. 14). Pedro, nos da la respuesta exacta: “El Hijo del Dios viviente”. La pregunta surge ahora para nosotros: ¿Quién es Jesús de Nazaret?
Los cristianos coincidimos exactamente con Pedro: Jesús, es el Hijo de Dios; el Redentor del mundo que vino a dar su vida en rescate de muchos. Eso fue lo primero que reconocimos cuando le entregamos nuestra vida a Él. Y al igual que a Pedro, es el Padre celestial quien a través de su Santo Espíritu nos revela esta gran verdad para alcanzar la salvación. Jesús nuestro Salvador se convierte en el mejor amigo, consejero y confidente de cada uno de cuantos declaramos su deidad. Es nuestro todo: “Tú, Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte. Bellos lugares me han tocado en suerte, ¡preciosa herencia me ha correspondido! Bendeciré al Señor que me aconseja; aún de noche me reprende mi conciencia” (Sal. 16:5-7). Sí, ese es nuestro amado Señor y Rey; nuestro amado Jesús de Nazaret, quien guía nuestros pasos y conduce por el mejor camino hasta el momento de encontrarnos con Él en la patria celestial.
Como reflexión, oremos para que otros se hagan esa pregunta y también el Espíritu Santo les revele que necesitan de Jesús para obtener la vida eterna.

Amado Padre Celestial: Gracias por regalarnos la pildorita más grande de tu amor, al enviarnos a tu Hijo amado para redimirnos de las garras del enemigo y lograr un cupo eterno a tu lado.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 15 de enero de 2012

Mi andar diario refleja mi cristianismo

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.
Mateo 15:8-9.

Lectura diaria: Mateo 15:1-20. Versículos principales: Mateo 15:8-9.

REFLEXIÓN

No podemos dejar que el cristianismo se convierta en una religión más y resultemos de igual manera que el pueblo judío haciendo solo rituales, demostrando una rectitud y devoción falsas. El cristianismo es un modo de vida diario donde debemos acercarnos a Dios con corazón puro, libre de malicia, hablando siempre con la verdad y actuando en justicia con amor y misericordia (Sal. 15:2-5). Recordemos que las palabras bonitas se las lleva el viento; queda lo que sinceramente sale del corazón. Por eso, el Señor nos manda a cuidarlo como al mejor tesoro; de él depende la vida (Pr. 4:23), porque en la lengua hay poder de vida y muerte, de acuerdo a lo que hablemos (Pr. 18:21). Y las palabras fluyen de acuerdo a lo que hay en nuestro corazón, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias” (v. 19 en la lectura), como también la bondad, la compasión, la misericordia, la fidelidad y el amor; fruto del Espíritu Santo (Gál. 5:22-23).
Como reflexión, acerquémonos cada día al Señor con mente renovada, ofreciendo nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios en adoración espiritual (Ro. 12:2), para no permitir que nuestro cristianismo se vuelva rutinario y sin sentido, dirigido solo por leyes humanas que nos desvían de la verdad.

Señor Jesús: Regálanos hoy la pildorita del conocimiento y sabiduría tuyas, para encauzar nuestra adoración hacia ti de manera franca y espontánea con una vida ejemplar como es tu deseo.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 14 de enero de 2012

Caminar sin dudar

Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: –¡Señor, sálvame!
Mateo 14:30.

Lectura diaria: Mateo 14: 22-36. Versículo principal: Mateo 14:30.

REFLEXIÓN

Pedro, el discípulo líder quiso seguirle sobre el agua cuando el Señor le dijo: “Ven” (v. 29) y en un comienzo lo logró. “Pero al sentir el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse”.
Exactamente es lo que nos sucede: el Señor nos llama, le conocemos, le seguimos y cuando llegan los vientos fuertes, las tempestades, las dificultades, comenzamos a hundirnos. Cuando vemos que el agua ya llega al cuello, nos acordamos que tenemos a un Dios Todopoderoso, que extiende su mano y sujetándonos también nos reprende: “–¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (v. 31). Se nos olvida con frecuencia que el Señor es también el Señor del universo, el dueño absoluto de todo cuanto existe y que para Él no hay imposibles. Se nos olvida que hemos puesto en sus manos todas las áreas de nuestra vida y sabe perfectamente por dónde dirigirnos.
Como reflexión, propongámonos a permitir que nuestra fe funcione. No importa que esta sea pequeña. El Señor solo quiere ver al menos, la disposición y Él se encargará del resto. “Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza –les respondió el Señor–, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería” (Lc. 17:6). Cuando andamos por fe, estamos permitiéndole al Señor obrar libremente en nuestras vidas y podemos ser espectadores directos de su poder y gloria.

Señor: Enséñanos a ser sensibles a tu voz y caminar sin dudar, para que podamos ver tu perfección y adorarte por la grandeza con la que a diario nos sorprendes.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 13 de enero de 2012

No importa su tamaño

Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas.
Mateo 13:32.

Lectura diaria: Mateo 13:31-35. Versículo principal: Mateo 13:32.

REFLEXIÓN

Dice el Señor que el reino de los cielos se compara con la semilla de mostaza que es muy pequeña pero cuando crece es más frondosa y útil que cualquier otra. A veces sucede que vemos a alguien sin ánimo, escuálido y débil y lo menospreciamos; más después de conocer a Jesús y su bendita Palabra, su actitud cambia totalmente y de él no queda sino el recuerdo porque el Señor lo ha transformado completamente para su gloria. Son los casos donde el discípulo puede superar al maestro.
En ningún campo podemos repulsar a nadie. Todos tenemos guardados en nuestro interior multitud de dones y talentos que no salen a flote por el entorno en que nos movemos e incluso por familiares y amigos que es vez de subir tienen la tarea de bajar la autoestima de la persona. Cuando se conoce al Señor y se le entregan todas las áreas de la vida, Él provee la seguridad y el significado de su ser, de modo tal que empieza a dar fruto como ningún otro. Quizá esta persona no había tenido la oportunidad de demostrar todo lo que tenía y el Señor con su amor y compasión la saca avante como palmera que crece dando albergue y descanso a todos los que se arriman a ella.
Como reflexión, no hagamos distinción de personas. Ante los ojos de Dios todos somos iguales y el reino de los cielos es para compartirlo entre una gran multitud donde habrá ricos y pobres; bajitos y altos; blancos y negros; gordos y flacos; débiles y fuertes (Ap. 7:9-10). El Señor vino a morir por todos igual y no somos nosotros los encargados de criticar o juzgar; el Señor utiliza a quien quiera y como quiera. Mejor, tratemos de ser como el árbol frondoso para que otros vengan y encuentren sosiego y paz debajo de nuestras ramas.

Señor Jesús: Gracias porque la pildorita de tu amor se manifiesta en el poder de tu gloria.

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 12 de enero de 2012

La promesa de Dios

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición.

Génesis 12:2.

Lectura diaria: Génesis 12:1-9. Versículo principal: Génesis 12:2.

REFLEXIÓN

Si creemos que esta promesa se quedó solamente para Abraham, estamos equivocados. Toda persona que el Señor llame la tiene de hecho. Al igual que a Abram el Señor nos manda a dejar nuestra parentela (v. 1) y unirnos a su causa –la de predicar el evangelio–; no es que nos vayamos a tierras lejanas y nos olvidemos de los nuestros, es simplemente aprender a poner en primer lugar al Señor por encima de padre, madre, esposo o hijos (Mt. 10:37). Estamos entonces, llamados a seguir la herencia de Abram porque es el legado que él nos dejó como padre también de nosotros los gentiles y por consiguiente esto nos traerá bendición.
A Abram le fue cambiado su nombre por el de Abraham y a cualquiera que se llame su hijo también le dará un nombre nuevo. Al ser rescatados por la sangre del Señor Jesucristo, nacemos de nuevo; todo lo de atrás queda completamente olvidado para Dios. Somos nuevas criaturas (2 Co. 5:17), regeneradas completamente: “Las naciones verán tu justicia y todos los reyes tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te dará” (Is. 62:2). ¿Por qué nos ama tanto el Señor? No somos dignos de ello y sin embargo, ¡nos ve como a la niña de sus ojos! En nuestras manos queda el aceptar o no la promesa. Está escrita y solo nos resta apropiarnos de ella. La reflexión va directamente a permitir que el Señor nos use y el cumplimiento de lo prometido sea una realidad.

Amado Señor: Gracias por la pildorita de tu amor reflejada en la promesa de bendecirnos para bendecir a otros. Gracias por el nombre que has puesto a cada uno de los tuyos porque con este nos identificas para tu gloria.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 11 de enero de 2012

Cansados pero no derrotados

Vengan a mi todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Mateo 11:28.

Lectura diaria: Mateo 11:25-30. Versículo principal: Mateo 11:28.

REFLEXIÓN

No podemos decir que a lo largo de la vida cristiana no hemos sentido cansancio. Hay momentos, en que también nos sentimos abrumados y el estrés no se hace esperar. Es entonces, cuando el Señor nos ofrece su Palabra: “Vengan a mi todos los que estén cansados y agobiados, y yo les daré descanso”.
La reflexión es para todo aquel que está cansado en su rutina diaria; para el que busca un trabajo y no logra conseguirlo de acuerdo a sus expectativas; para la persona que tiene un pleito y tal pareciera que la justicia está paralizada; es también para aquella mujer que ora diariamente por su esposo y no ve ningún resultado; para la madre angustiada de ver a su hijo consumido en la droga o por el camino torcido, sin encontrar respuesta. Es para el padre agotado de ir de un lugar a otro consiguiendo el pan para sus hijos. Es para el enfermo convaleciente en una cama, donde sus esperanzas cada vez se esfuman más. Es sin lugar a dudas para el adolescente que no encuentra comprensión ni amor en su hogar. Es para quien que esté agobiado en este momento por cualquier clase de problema. A todos ellos, el Señor les ofrece recostarse en sus brazos y descansar. Hay que hacer un alto en el camino, parar, voltear los ojos al Dios amoroso que promete descanso y aprender a dejar sobre sus hombros todo aquello que nos pesa mucho y es difícil de cargar. Seguro que Él abrirá nuevas sendas y continuaremos con fuerzas renovadas porque ligera es su carga. Sí, estamos cansados pero no derrotados; el Señor Jesús lucha por nosotros cuando decidimos dejar en sus manos nuestro yugo. ¡Hagámoslo!

Señor Jesús: Gracias por darnos la pildorita acertada de descansar en tu regazo. De verdad que la necesitamos para proseguir.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 10 de enero de 2012

La injusticia social para Dios

¡Ay de los que emiten decretos inicuos y publican edictos opresivos!
Isaías 10:1.

Lectura diaria: Isaías 10:1-4. Versículo principal: Isaías 10:1.

REFLEXIÓN

Dios es un Dios justo y desde su trono está mirando todo cuanto acontece en la tierra; por algo hay un dicho que dice: “Arriba está, quien abajo mira”. Todo gobernante, rey, mandatario, primer ministro, jefe o magistrado algún día tendrá que presentarse ante su presencia y rendir cuentas de su gestión en este mundo.
La injusticia social viene de tiempos antiguos; el salmista nos muestra cómo se pide el clamor a Dios en aquella época: “¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos!” (Sal. 10:12). Nadie tiene por qué privar de sus derechos a los pobres porque son pobres, ni oprimir a las viudas y a los huérfanos. Desafortunadamente, guerra tras guerra cada día va dejando más huellas de amargura, tristeza y soledad a miles de mujeres y niños que quedan desamparados bajo la vista indiferente de los poderosos. Pero llegará el momento en que nuestro Dios actuará y caer en manos del Dios viviente es cosa bien seria; Él tomará entonces su autoridad y la venganza llegará por sus propias manos (Heb. 10:30-31). Un “Ay” en la Biblia infunde terror y este “Ay” es para quienes se aprovechan de los desamparados. “Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor. Tú defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror” (Sal. 10:17-18).
Recordemos que Dios no se queda con nada guardado, sea bueno o malo; Él actuará en su momento porque es un Dios justo. El cristiano, más que ningún otro debe andar siempre con la cabeza en alto y orgulloso de su Señor porque el Dios Restaurador, el Santo y Justo es nuestro gran Jefe y Abogado perfecto. Cuando alguien se mete injustamente en nuestro camino, tenemos al Dios temible que saca la cara por sus hijos y los defiende con todo su poder y gloria.
Señor: Gracias porque la pildorita de tu amor, voltea los ojos hacia los oprimidos por la injustica del mundo.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 9 de enero de 2012

La misericordia del Señor

Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.
Mateo 9:13.

Lectura diaria: Mateo 9:9-13. Versículo principal: Mateo 9:13.

REFLEXIÓN

Definitivamente, aún los cristianos nos creemos como si fuéramos otra clase de especie o no valoramos en sí, lo que fue el sacrificio del Señor por nosotros. Todavía nos cuesta entender que dentro del plan de salvación estamos incluidos todos, absolutamente todos así se llamen guerrilleros, paramilitares, asesinos despiadados, prostitutas, lesbianas, homosexuales masculinos, etc. Ante los ojos de Dios todos somos iguales de pecadores; para Él no existen más graves ni débiles. Lo que le importa es que el hombre se arrepienta y llegue a sus píes con un corazón contrito y humillado. Si creemos que el cielo va a estar lleno de justos, estamos equivocados; estará repleto de pecadores arrepentidos, justificados con la sangre del Cordero.
Viéndolo desde la perspectiva de Dios, ¿por qué nosotros seguimos tildando y levantando el dedo acusador ante una persona que ha querido cambiar sus armas por la democracia e incluso otros que dentro de su nueva armadura ahora tienen la Palabra de Dios? ¿Por qué no entendemos que la bendita misericordia de Dios también les pertenece? Y si esto es para Dios, ¿Quiénes somos nosotros para ir en contra de ella? Con razón el Señor mismo nos manda a aprender el significado de “misericordia”. ¿Qué importan los sacrificios si no se tiene este importante don? Porque en últimas la misericordia es la extensión del amor llevado a la práctica. Los cristianos debemos ser los primeros en cambiar esta actitud para dar ejemplo a los demás.

Señor: Regálanos una pildorita del amor tuyo reflejado en tu infinita misericordia, de manera que podamos prodigarla a otros de manera incondicional como tu lo haces.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 8 de enero de 2012

El único dueño del futuro



Sólo al Señor Todopoderoso tendrán ustedes por santo, sólo a
él deben honrarlo, sólo a él han de temerlo.


Isaías 8:13.


Lectura diaria: Isaías 8: 11-22. Versículo principal: Isaías 8:13.



REFLEXIÓN



Comenzando un nuevo año, surgen a granel los pronosticadores, agoreros y adivinos que engañan a la gente haciéndoles creer que sus fechorías y predicciones se cumplirán. Es más triste sin embargo, ver a tanta gente cogiéndose de ellos y rindiéndoles culto como si fueran en verdad Dios, cuando solamente son dioses farsantes. “Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz” (2 Co. 11:14), para engañar a muchos. El Señor mismo a todas estas personas les dice: “¡Aténganse a la ley y al testimonio! Para quienes no se atengan a esto, no habrá amanecer” (v. 20). Después como sigue en el párrafo, cuando venga la aflicción y la penumbra, vendrán también los reproches no solo a Dios sino a los gobernantes echándoles la culpa de todo su infortunio cuando han sido ellos mismos quienes se han labrado su propia destrucción (vv. 22 y 23). Hay que tener mucho cuidado con todas estas prácticas porque lo único que acarrearán será oscuridad total. Sólo al Señor hay que temer y honrar porque Él es el Santo Todopoderoso. Como cristianos tenemos que guardar bien el testimonio como dice el versículo 16 y transmitir este mensaje a los discípulos y a los que nos siguen para que se entienda que solamente hay un Dios y Señor, soberano de todo cuanto hay, quien es el dueño absoluto de nuestra vida y quien es el que nos depara el futuro. Dios no es un astro, ni un horóscopo y una ruleta; es el Dios creador del universo y del ser humano a quien tanto los unos como los otros le debemos la plenitud de adoración. Porque “¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero para que Dios le pague? Porque todas las cosas proceden de él y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén” (Ro. 11:34).



Señor: Que la pildorita de tu amor guiando nuestros pasos, sea la que dirija nuestro caminar diario cumpliendo tu santa voluntad.



Un abrazo y bendiciones.

sábado, 7 de enero de 2012

Nuestra fe sobre la Roca


Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en
práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.

Mateo 7:24.


Lectura diaria: Mateo 7:24-29. Versículo principal: Mateo 7:24.

REFLEXIÓN

La vida del cristiano se asimila a la casa que se debe construir con cimientos sólidos en terreno firme como la roca. Una muestra de lo que sucede cuando se construye sobre lodo la tenemos bien diciente con la época invernal que nos ha azotado últimamente. Preciso: llegan vientos, tempestades fuertes, agua a borbotones y las casas se derrumban, se van al piso, porque les es difícil sostenerse. Desde su nacimiento espiritual el nuevo creyente debe aprender a cimentar su fe en Dios y su Palabra. Ir creciendo poco a poco pero con seguridad; porque en verdad sí soplan vientos huracanados y caen lluvias torrenciales que si no tenemos la suficiente firmeza, esa torre construida aparentemente muy bonita se desmoronará fácilmente.
Desde el comienzo debemos saber que el cristianismo es más un modo de vida que alguna otra cosa. No podemos creer que por el hecho de convertirnos todo nos vaya a salir a flor de piel. Al revés: el Señor empieza a hacer una limpieza total en el nuevo ser sacando aquello que está mal o hace daño y esto no es tarea simple. Y si su voluntad es continuar puliéndonos y esculpiéndonos como obra majestuosa de su creación, la labor duele y mucho. Así que el pensar que todo va a ser casa, carro y beca es una falacia. Al entregarle la vida al Señor Jesús le decimos que tome el control de nuestras acciones y nos haga de acuerdo a su santa voluntad. Cuando Él empieza la obra regeneradora no podemos ni debemos recriminarle nada porque para eso somos hechura suya y además le dimos paso; lo que nos toca es darle gracias porque “al que se ama se le corrige” y esto redundará en grandes beneficios más tarde. De este modo si desde un comienzo no empezamos a abonar nuestro terreno y fundir una buena base, nos caeremos ante el primer silbido del viento.

Señor: Enséñanos a aceptar la pildorita de tu corrección, de tal modo que nuestra fe no tambalee. Permite que crezcamos siempre sobre la roca que eres Tú.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 6 de enero de 2012

Nuestro Dios de pactos

Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras.

Génesis 6:18.


Lectura diaria: Génesis 6:9-22. Versículo principal: Génesis 6:18.


REFLEXIÓN


Consultando qué es un pacto, el Diccionario Ilustrado de la Biblia lo define como el convenio expresado entre dos partes que los vincula y obliga a una reciprocidad de beneficios y obligaciones. La misericordia y el amor de Dios son tan evidentes a lo largo de toda la historia, que vemos cómo buscando el propósito divino de salvar al hombre, Dios se acoge a sus pactos con tal de lograr su cometido.

Después de Adán, ante la maldad del hombre, Dios pensó acabar no solo con el género humano sino con todo lo creado; sin embargo, encontró a un hombre piadoso llamado Noé quien contó con su favor (Gén. 6:5-8), y después del diluvio, nuevamente lo bendigo a él y a sus hijos para que fueran fecundos y llenaran la tierra. Les entregó también el dominio sobre todos los animales de la tierra los cuales les servirían de comida junto con las verduras (Gén. 9:1-3). El corazón endurecido del hombre poco a poco va perdiendo el significado de los pactos y ahora en el Nuevo Testamento surge uno nuevo, profetizado por Jeremías 31:33 no como los antiguos sino incondicional de gracia pero rechazado por Israel y dispuesto entonces para los gentiles; aunque en el Milenio el reino prometido a la nación de Israel será una realidad.

Por su gracia y bondad nosotros estamos ahí, como herederos del reino celestial. Su amor incondicional nuevamente ofrecido al hombre a través del propio Hijo de Dios, sin tener en cuenta hasta dónde ha llegado su pecado, está disponible para todo aquel que lo quiera tomar. Al igual que en tiempos de Noé estamos viviendo en medio de maldad tras maldad y el deseo de Dios es que el hombre vuelva su corazón endurecido hacia Él y se arrepienta.

Como cristianos debemos llevar la dosis de medicina que Dios nos ha provisto, a todos cuantos estén enfermos de pecado. Es una obligación hacer llegar las buenas noticias del nuevo pacto para que ellos de igual manera, alcancen la salvación.


Señor: Danos el denuedo para hablar de ti y trasladar a otros las pildoritas de tu amor.


Un abrazo y bendiciones.