lunes, 31 de julio de 2017

Gracias por recordarnos quiénes somos

Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza

Santiago 4:9.

Lectura: Santiago 4:1-12.  Versículo del día: Santiago 4:9.

MEDITACIÓN DIARIA

Ante el Señor no nos queda nada más que humillarnos porque si nos ponemos a razonar: ¿qué somos? O ¿qué nos creemos? Somos nada más que barro en las manos de Dios; moldeados por Él. Si tenemos algo, simplemente es prestado; es en custodia mientras estamos de paso por acá. Ni siquiera podemos decir que los hijos son nuestros porque son también prestados. Todo, absolutamente todo es de Dios. Aquí somos sus mayordomos y tenemos que rendirle cuentas cuando nos encontremos frente a frente.
Lo mejor es entonces reconocerlo como el Dios Soberano, Omnipotente, Omnisciente, Omnipresente y nosotros humillarnos en su presencia. Reconocerle que a pesar de darnos tanto, de demostrarnos su amor inagotable, su misericordia que va más allá, su fidelidad que nunca se acaba, fácilmente nos olvidamos de nuestro Creador y queremos pasarle por encima. Nuestro enemigo, el diablo, es muy sutil y nos hace creer que así como él lo hizo, también podemos llegar a ser más que Dios. De ahí que el mundo y su vanagloria nos atraigan tanto. “¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios” (v. 4). Dios nos quiere para su gloria únicamente; “Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros” (v. 5). 
No estamos en el mundo porque sí. Si Dios nos trajo al mundo fue con un propósito y ese propósito lo podemos encontrar cuando conocemos el plan de Dios para nuestra vida. En el devocional anterior hablábamos de buscar a Dios. Aquí igual nos lo manda el apóstol: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!” (v. 8). Humíllense, reconozcan que no son nada. Hay que estar de rodillas delante de Dios para estar de pie ante los hombres: “Humíllense delante del Señor, y él los exaltará” (v. 10).

Amado Señor: gracias por tu hermosa Palabra que nos hace bajar de las nubes para reconocer que lo que somos aquí es por tu gracia. No tenemos nada porque los títulos, la riqueza, la vanagloria de este mundo es ilusoria y pasajera. Reconocemos que sólo te tenemos a Ti que eres nuestro Dios, Rey, Señor y Salvador. Que nuestras vidas están en tus manos. Gracias bendito Señor por recordarnos de dónde venimos y para dónde vamos. ¡Te amamos buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 29 de julio de 2017

Si no lo conoces, búscale

El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. 
Hechos 17:24.

Lectura: Hechos 17:16-34.  Versículo del día: Hechos 17:24.

MEDITACIÓN DIARIA

El denuedo de Pablo para llevar el mensaje de Jesús es una buena lección para todos. Admirable su modo de llegar a la gente. En Atenas se cogió del altar con la inscripción: ‘A un Dios desconocido’, para entrar a decirles que sobre ese Dios era que él iba a hablarles. Les practica sobre el Dios que hizo el mundo y todo cuanto existe; “No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas” (vv. 24-25). Les habla de que es Él quien determina los tiempos de su historia y quien define las fronteras de sus territorios. Sigue tocando puntos muy importantes como: “Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos” (vv. 27-28); concluye Pablo diciéndoles que Dios no necesita esculturas humanas y continúa: “Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan” (v. 30). Punto clave: manda a todos, en todas partes, que se arrepientan. Esto lo hace a través de Jesús. Dios eligió a Jesús  para que sea el juez de todos, y lo demostró resucitándolo para que nosotros también resucitemos con Él (v. 31).
Si no crees en Dios o le hablas a tu Dios como quizá al desconocido, yo te digo: búscale como algo más que estás buscando y solo quieres probar si es cierto. Tal vez dudas de que exista, lánzate y pregúntale. Dios está dispuesto a escucharte; y si sinceramente lo buscas, Él se deja encontrar: “el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo 7:8). Su voluntad es que nadie se pierda: “Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9b). Jesús está tocando a la puerta de tu vida, ábrele tu corazón. Te puedo insinuar la siguiente oración:

Señor Jesús: Te necesito. Nunca he creído que existas pero hoy me dicen que te busque así sea a tientas. Necesito que vengas a mi vida.  Te abro la puerta de mi corazón y decido aceptarte como mi Señor y Salvador. Hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por morir por mí en una cruz, por perdonarme y salvarme. Gracias porque resucitaré Contigo. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 28 de julio de 2017

Más sobre la sabiduría

¿Quién como el sabio? ¿Quién conoce las respuestas? La sabiduría del hombre hace que resplandezca su rostro y se ablanden sus facciones.
 Eclesiastés 8:1.

Lectura: Eclesiastés 8:1-8.  Versículo del día: Eclesiastés 8:1.

MEDITACIÓNDIARIA

Retomé el libro de Eclesiastés que está dentro de los de mis lecturas devocionales y el Señor me siguió hablando sobre la sabiduría. ¡Qué bonito! Y también es gratificante saber que la sabiduría ilumina el rostro y transforma la dureza de semblante. Es decir, se verá siempre sonriente, amable y por ende esa alegría hará que el rostro se hermosee; una razón más para que el corazón entendido busque la sabiduría (Proverbios 15:13-14). Eclesiastés 7:12 dice: “Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee” (Eclesiastés 7:12). ¿Queremos tener larga vida? Esta es una de las claves. El dinero se esfuma rápidamente mientras la sabiduría sigue. El dinero no nos garantiza una vida eterna, la sabiduría sí.
¡Cuántas ventajas nos da la sabiduría! No desperdiciemos el tiempo como necios ya que el Señor nos sigue hablando sobre ella; busquémosla y no la dejemos ir. Recordemos que el principio para encontrarla es el temor del Señor (Proverbios 1:7). Dios es Dios y nos demanda que le honremos y le respetemos a través de la obediencia a Él. ¡Hagámoslo! Nos llenaremos espiritualmente y siempre tendremos su Palabra para responder; para proseguir y para fortalecernos en  tiempos de prueba.

Señor: queremos tener todo el conocimiento tuyo y ser inteligentes para saber discernir la verdadera sabiduría. Gracias por tu Palabra que nos guía para alcanzarla y lograr así un comportamiento de acuerdo a lo prescrito por Ti. Enséñanos a ser obedientes. ¡Es maravilloso ser sabios, queremos llenarnos de tu sabiduría!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 27 de julio de 2017

Busquemos la sabiduría que proviene de Dios

Pero, si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad. 
Santiago 3:14.

Lectura: Santiago 2:13-18.  Versículo del día: Santiago 3:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Buena pregunta la que nos hace el apóstol Santiago aquí: “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría” (v. 13).No podemos decir que andamos sabiamente cuando hay en nosotros envidias, celos, rivalidades y contiendas. Tal presunción es un orgullo que se convierte en una mentira que oculta la verdad. Esta es la sabiduría del mundo que es terrenal, puramente humana y diabólica. Hay confusión y toda clase de acciones malvadas (vv. 15-16). Tengamos cuidado con nuestros actos, pues estos demuestran quiénes somos. Como dice Proverbios: cuando no somos sabios nos convertimos en necios. “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera” (v. 17). Busquemos andar siempre bajo esa sabiduría; es la que proviene de Dios. Nada sacamos si nuestras obras son para mostrarle al mundo lo que somos.
Igual tengamos en cuenta que la buena sabiduría es pacífica. Así que “el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz” (v. 18). Es de sabios buscar la paz, pero además de eso, ser bondadosos y llenos de compasión. ¡Ay Dios, cuánta compasión nos falta! Y fijémonos que esta es indispensable si queremos caminar sabiamente.

Amado Señor: ¡Qué fácil es desviarnos y creer que estamos obrando sabiamente cuando en realidad estamos es alimentando nuestro orgullo! Gracias por tu Palabra Señor. Permite que la impregnemos en el corazón para que día tras día la recordemos y de este modo hacerla un hábito hasta que de verdad empecemos a andar como personas sabias que te temen y buscan agradarte en vez de agradar nuestra carne y al mundo. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones. 

miércoles, 26 de julio de 2017

Enséñanos a vivir como quieres Tú para gozar de tu presencia

Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. 
Salmo 139:23.

Lectura: Salmo 139:19-24.  Versículo del día: Salmo 139:23.

MEDITACIÓN DIARIA

Teniendo en cuenta que la esencia de este Salmo es la presencia del Señor, David le dice al Señor que ni siquiera desea ver a los impíos y a los que en vano se rebelan contra Él. “¿Acaso no aborrezco, Señor, a los que te odian, y abomino a los que te rechazan?  El odio que les tengo es un odio implacable; ¡los cuento entre mis enemigos!” (vv. 21-22). Esto lo entiendo como no queriendo David empañar esa ‘dulce presencia’ en su vida con los que no amaban al Señor. Claro, ya en el Nuevo Testamento las cosas cambian porque es un nuevo mandato el dejado por Jesús: que nos amemos todos, amigos y enemigos de la misma manera como Él nos ha amado (Juan 13:34). 
Lo importante de la lectura de hoy es concluir diciéndole al Señor que nos examine y mire a fondo lo que hay en nuestro corazón y en nuestros pensamientos. Si en verdad le estamos agradando, nuestras palabras serán coherentes con nuestro corazón y nuestras acciones. El Espíritu Santo se encargará de mostrarnos si algo de nuestra conducta va mal y de llevarnos por el camino recto (v. 24). De este modo gozaremos de su presencia real para siempre.

Amado Señor: Gracias por las enseñanzas dadas en este Salmo y la convicción de que tu presencia es real desde siempre y para siempre. Guíanos por la senda que te agrada y no permitas que nos desviemos de ella. Gracias porque aun si nos encontramos con los que no te conocen y difaman tu Nombre, ahí estás en medio nuestro para que encendamos tu luz y brillemos en la oscuridad. ¡Eres un Dios lleno de misericordia y de amor! ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 25 de julio de 2017

Tu presencia desde siempre y para siempre

Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos. 
Salmo 139:16.

Lectura: Salmo 139:13-18.  Versículo del día: Salmo 139:16.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta segunda parte es más que extraordinaria; ¡se sale de toda mente humana, de toda lógica, de lo coherente! Pensar que Dios estaba presente en el mismo momento de la gestación es para mí sublime. Dios, allí mirando y ordenándole al óvulo de mi madre que esperara el esperma de mi padre para que se unieran y empezar así su obra, rebasa mi comprensión; es tan alto que no puedo entenderlo (v. 6 de este mismo capítulo). Esto es más que significativo. No hay palabras para describir su presencia en ese momento crucial de lo que fue mi comienzo de vida. La versión Reina Valera Contemporánea dice: “Con tus propios ojos viste mi embrión”. ¡Qué belleza! Tú ya tenías anotado en tu libro, todo lo mío. Ya me mirabas con ternura y amor; ya decías: ‘mi propósito se cumplirá en ti”.
Miremos el versículo 18. Lo voy a tomar de la versión Traducción en Lenguaje Actual (TLA): “Dios mío, ¡qué difícil me resulta entender tus pensamientos! ¡Pero más difícil todavía me sería tratar de contarlos! ¡Serían más que la arena del mar! ¡Y aun si pudiera contarlos, me dormiría, y al despertar, todavía estarías conmigo!”. Por más de que fuesen millones, al despertar, mi Señor estaría a mi lado. No hay la menor duda: su presencia desde siempre y para siempre.
Dios también estaba presente cuando fuiste engendrado. ¡Alábalo!

Mi amado Señor: Yo no alcanzo tampoco a comprender tu inmensa sabiduría. Tanto conocimiento tuyo es difícil de asimilar. Se sale de lo normal, de lo natural para pasar a lo sobrenatural. ¡Eres incomparable oh Dios! Con razón la creación entera te alaba y declara tu gloria; gloria que sólo Tú mereces. ¡Grande eres Dios y Señor mío! ¡Gracias por estar siempre a mi lado y por cumplir tu propósito en mí!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 24 de julio de 2017

Su presencia es real

¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? 
Salmo 139:7.

Lectura: Salmo 139:1-12.  Versículo del día: Salmo 139:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Este Salmo es quizá el capítulo de la Biblia que más habla a mi corazón. Resolví dividirlo en tres partes: su presencia real; su presencia desde siempre y conclusión. Hoy hablaré de su presencia real.
Creo que uno de los versículos que afirma mi fe en el Señor y por ende en mi salvación es precisamente el del día. En un momento crucial de mi vida me sentía desolada, triste, abandonada y que no valía nada. Recuerdo haberle dicho al Señor muy adolorida que no quería nada más con Él. ¿Y cómo me respondió? Con lazos de amor, con ternura poco a poco me fue llevando nuevamente hacia sus brazos. Era impresionante: si me subía en una buseta en mi ciudad natal, la persona de al lado empezaba a hablarme de Dios, de cuánto me amaba. A veces en Bogotá especialmente los conductores de transporte público son imprudentes con los usuarios y colocan emisoras a todo volumen; pues a mí me tocó en una ocasión una parte de una predicación dónde Dios también me hablaba de su amor; claro, no lo tomé como imprudencia sino como otro mensaje para mí.  En esos momentos y en otros más, pude percatarme que así me fuera para el lugar más recóndito mi Señor jamás me dejaría. “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia?”. En ninguna parte podría estar porque ya no me pertenezco; “aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!” (v. 10). Desde el instante en que le dije: ‘toma mi vida’ no soy yo la que me mando es Cristo quien vive en mí.
El Espíritu Santo estará continuamente abogando con gemidos que no pueden expresarse con palabras (Romanos 8:26); además de eso me hará entender cuando he pecado (Juan 16:8) y no queda nada más que hacer como en aquel entonces: pedirle perdón, echarme en sus brazos y llorarle a Él. Su presencia es real en mi vida y tienes que tener la seguridad que en la tuya también. Si un día le dijiste que tomara el centro de tu vida, Él lo hizo. Jamás te dejará, jamás te abandonará. Su amor lo cubre todo.

Señor amado: muchas gracias por estar siempre ahí. Porque tu amor es tan grande que rebasa todo entendimiento. Nada, absolutamente nada nos podrá separar de tu amor. Gracias por habernos dejado tu Santo Espíritu para que Él en nuestra debilidad interceda por nosotros. ¡Gracias buen Señor! No somos dignos de tanto amor que nos has dado.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 22 de julio de 2017

La triste historia de un divorcio

Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales. 
Hebreos 13:4.

Lectura: Hebreos 13:1-9.  Versículo del día: Hebreos 13:4.

MEDITACIÓN DIARIA

En mi nueva Iglesia tuvimos la oportunidad con mi esposo en la reunión de parejas, de ver una película que trata del divorcio que el esposo le pide a su mujer porque se enamoró de una chica mucho más joven y llena de vida. La historia es bien conmovedora porque ella muy inteligente cuando él le pide que firme los papeles, le dice que lo hará pero que por favor se den 30 días para que no se empañe el cumpleaños de su hijita adolescente que está próximo; durante esos días, le solicita que la vuelva a cargar como cuando se casaron y la sacó cargada de la iglesia hacia el auto. Él, escéptico por lo exigido acepta pensando más en que era una locura de su esposa. Así sucede: el primer día la carga con cierto desdén; en los siguientes se da cuenta que  es muy frágil y ha perdido peso e incluso cabello. Por un momento piensa que su juventud la gastó a su lado y siente algo de tristeza. Mientras tanto su hija se ve feliz de ver el amor de su padre hacia su madre; ella nunca se entera de la situación. Con el correr de los días se va llegando a la fecha determinada y el esposo se da cuenta que aun ama a su esposa y le dice a su amante que estaba equivocado y que jamás la dejará a ella ni a su hija. Esta mujer alega y le da una cachetada echándolo de la casa. El hombre va corriendo a una floristería a comprarle unas lindas rosas a su esposa y le dice a la vendedora que en la tarjeta le escriba: “te seguiré cargando por toda la vida”. Sale corriendo hacia su casa y empieza a llamar a su esposa pero no encuentra respuesta. Sube a su habitación y allí la haya tendida en el suelo muerta. Estaba sin su peluca y se da cuenta que ya no tenía pelo en su cabeza: tenía cáncer y quería dejarle a su hijita la mejor imagen de su padre. ¡Qué triste y conmovedora historia! Vi a los hombres llorar con el final trágico de la película.
Quise hacer mi devocional sobre esta historia porque cuántas veces pasamos por encima del versículo del día y no comprendemos lo importante que es en el matrimonio el lecho puro, como dice otra versión: ‘sin mancilla’. Es que siendo para Dios tan importante la relación del matrimonio (hombre-mujer), lo menos que desea es que estos se rompan quizá por la rutina, el descuido, la falta de detalles o por cosas todavía más insignificantes. No sé cómo se llame la historia; traté de buscar el nombre pero la verdad no lo encontré y fue escrita por un anónimo. Tal parece, pero no estoy segura: ‘Historia de un divorcio’. Si pueden les recomiendo que la vean; sacarán mucho provecho de ella. Deseo que sigan sacando adelante sus hogares y no pierdan el tiempo en discusiones tontas. Vivan el hoy; olviden el pasado; perdónense mutuamente las faltas que el futuro de amor, ternura, y comprensión todavía les espera.  

Señor amado: hoy te ruego por todos los matrimonios para que si no te conocen entiendan que Contigo es fácil el perdonar y continuar. Si ya saben de Ti permite que estas uniones florezcan cada día más para que precisamente el mundo note la diferencia y busquen que sus hogares estén centrados en tu Nombre.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 21 de julio de 2017

Así será el renacer de mi Colombia

Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes, tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te dará.
 Isaías 62:2.

Lectura: Isaías 62:1-12.  Versículo del día: Isaías 62:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Le dije al Señor: dame una palabra que pueda ser para mi patria también y el Señor me mostró este capítulo de Isaías. Colombia: un  país hermoso bañado por dos mares; con montañas, sabanas, laderas y ríos que lo cruzan, ha tenido que soportar dolores entrañables por el narcotráfico y la violencia desatada a lo largo de su territorio y a la vez,  ha sido mirado por otros como indeseado. Pero la calidez de su gente, el aroma de su café, el dulce de su caña y el sabor de sus frutas, así como la diversidad de su flora y fauna junto con sus tres climas tropicales, me hacen pensar que es un terruño donde Dios ha querido poner su mano bondadosa y no hay que dejarlo escapar. ¡Colombia, mi patria bella volverá a renacer!
Todos los que la amamos e invocamos al Señor no podemos cesar en nuestras oraciones por ella porque Dios la levantará con orgullo, como la nación que se convertirá en la alabanza de la tierra (vv. 6b-7). Su posición geográfica estratégica le permitirá ser grande: “Las naciones verán tu justicia y todos los reyes, tu gloria… Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa, ¡como una diadema real en la palma de tu Dios!” (vv. 2-3). Ya no volverán a tildarte como desolada ni abandonada porque serás llamada: ‘deleite’ (v. 4). Yo le digo a mi Colombia: “¡Ahí viene tu Salvador! Y trae su premio consigo; su recompensa lo acompaña”. Sí veré a mi patria levantada como antorcha y sirviendo de luz para América Latina y sus gentes serán llamados: ‘pueblo santo; redimidos del Señor; pueblo anhelado’ (v. 12). Esa será mi Colombia cuando todos los cristianos nos unamos para luchar por ella. Y yo creo, confieso y proclamo que ¡Colombia será para Cristo y tendrá un nuevo renacer!

Amado Señor: Sé que todo lo que has puesto a los pies de mi país no ha sido porque sí. Tienes un propósito con ella y mi Señor, hoy te clamo con todo mi corazón porque le permitas conocerte y tenerte como el Señor y Salvador a todo lo ancho de su territorio. Gracias por esa tierra linda y prospera que nos has regalado y perdónanos porque no la hemos sabido aprovechar ni defender. Gracias porque tu Nombre renacerá en medio del dolor y la aflicción y será el deleite de todo el que la quiera acoger. ¡Bendito eres buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 20 de julio de 2017

Famiias completas se regocijarán Contigo

Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. Hechos 16:31.

Lectura: Hechos 16:16-40.  Versículo del día: Hechos 16:31.

MEDITACIÓN DIARIA

Cada vez admiro más al apóstol Pablo; el denuedo que tenía para compartir es envidiable. ¡Cuánta falta nos hace llevar el mensaje de salvación a tiempo y a destiempo! Pablo y Silas fueron azotados y encarcelados; aun estando en esa situación se pusieron a orar y alabar al Señor de tal modo que todos los presos los escuchaban. El Señor quien es el que vela y guarda a sus mensajeros permitió que se produjera un terremoto, las puertas de la cárcel se abrieran y  se soltaran las cadenas de los presos. Ante esta situación el carcelero estuvo a punto de matarse pero Pablo le gritó que nadie había escapado (vv. 22-29). El carcelero al ver quizá la tranquilidad y paz de Pablo y Silas se les echó a los pies preguntándoles: “Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?” (v. 30b). Nuevamente por la conversión de uno como en el caso de Lidia, toda su familia se convirtió: “A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia. El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia por haber creído en Dios” (vv. 33-34).
Fijémonos que Dios utiliza lo que aparentemente es malo para glorificar su Nombre. No nos dejemos derrotar por el enemigo cuando las cosas resulten adversas, pues no sabemos detrás de esto qué estará planeando el Señor; simplemente dispongámonos y quedemos a la espera de lo que Dios hará.

Amado Señor Jesús: Deseamos ser fieles a Ti y compartir el mensaje de salvación a diestra y siniestra. ¡Utilízanos Señor! Somos tus obreros y queremos ser portadores de buenas noticias ante tanta gente que va perdida sin rumbo fijo en este mundo. Muchos se alegrarán con su familia por haber conocido y creído en Dios y nosotros felices de ser parte en el crecimiento del reino de Dios ¡Gracias buen Señor!   

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 19 de julio de 2017

No abandones la obra de tus manos

Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por sobre todas las cosas.
 Salmo 138:2.

Lectura: Salmo 138:1-8.  Versículo del día: Salmo 138:2.

MEDITACIÓN DIARIA

A veces nos cuesta entender el porqué de tanta tribulación; aun así, el Señor no nos deja. Al contrario nos vuelve a dar un hálito de vida como diciéndonos: ‘aquí estoy, no te dejaré ni te abandonaré’: “Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas” (v. 3). Miremos bien todo lo que nos dice este Salmo y encontremos que cuando vienen las dificultades no son más que toques del Señor para ir formando en nosotros su carácter: “Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida” (v. 7a). Es moldeada tras moldeada hasta creo yo, Él estar satisfecho con la obra de sus manos; y todo porque mientras estamos pensando en lo malo que son los desiertos, Dios está preparándonos para cumplir su propósito en nuestras vidas.
Gocémonos cuando las muchas aflicciones lleguen porque es la mano del Señor con su gran amor tendida, para llevar a cabo lo que buenamente empezó. Digamos igual que el Salmista: “El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!” (v. 8). Si Señor: ¡no abandones esta tu obra!

¡Cómo no alabarte y adorarte buen Dios! Tu amor y fidelidad son tan grandes que no alcanzamos a valorarlos. Todo lo que nos pasa: bueno o malo ya está encasillado en el propósito que tienes con cada uno de nosotros. Gracias porque así no lo entendamos, somos la obra tuya que deseas impecable y brillante para mostrarle al mundo tu poder y tu gloria. ¡Bendito eres Señor!  

Un abrazo y bendiciones.

martes, 18 de julio de 2017

La conversión de Lidia

Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. 
Hechos 16:14.

Lectura: Hechos 16:1-15.  Versículo del día: Hechos 16:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo tuvo la visión de ir a Macedonia y ayudar a evangelizar a la gente de allá. Así que él y Silas partieron en esa dirección a cumplir con su misión. En su viaje misionero hacia Filipos buscan un lugar para orar y de pronto se encuentran reunidos con varias mujeres y entre ellas una llamada Lidia. Ella adoraba a Dios y fue muy receptiva al mensaje que predicaba Pablo. Esta mujer de Macedonia, quizá ha pasado inadvertida para muchos pero veamos su actitud: Tuvo disposición para abrir su corazón; fue bautizada; el mensaje no fue para ella solamente, su familia también lo recibió; les ofreció su casa para que se hospedaran. ¡Qué bonito encontrar personas como Lidia con un corazón abierto a escuchar y obedecer la Palabra de Dios!
Dios al mover sus fichas sabe perfectamente el propósito que tiene con cada uno de sus hijos. La bondad de Dios se muestra nuevamente permitiendo que sus apóstoles enviados primero hablen con mujeres y les compartan las Buenas Nuevas de Jesús. Fue tan relevante el momento que quedó registrado en las Escrituras.
Aprendamos de Pablo a obedecer cuando el Señor nos manda a determinado sitio, pues allí veremos que su Nombre se enaltecerá. Y aprendamos también de Lidia a estar dispuestas para escuchar y aceptar cuando Dios nos habla a través del Pastor, Predicador o Líder. El Espíritu Santo siempre permite que el mensaje enviado sea el que necesitamos exactamente.

Amado Señor: Gracias porque en tu Palabra vemos lo importante que somos las mujeres para Ti. Gracias por lo que nos enseñas con la conversión de Lidia. Queremos ser mujeres dispuestas a escuchar y obedecerte para glorificar tu Nombre.

Un abrazo y bendiciones. 

lunes, 17 de julio de 2017

Ganémosle la batalla a la lengua pecaminosa

Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa!
Santiago 3:5.

Lectura: Santiago 3:1-12.  Versículo del día: Santiago 3:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien lo dice Santiago: la lengua siendo uno de los órganos más pequeños del cuerpo puede incendiar todo un bosque. ¡Cuánto tenemos que aprender a frenar la lengua! Considero que la mejor manera de controlarla es fortaleciendo el espíritu con la oración, la Palabra de Dios y la alabanza. De la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6:45); y si el corazón lo tenemos lleno de Dios, nuestras palabras deben ser las más honestas, amigables y puras. Miremos que muchas de las obras de la naturaleza pecaminosa provienen de la lengua como el odio, la discordia, los celos, los arrebatos de ira (Gálatas 5:20-21). Todas estas cosas nos llevan a pecar con la boca. Pero si en vez de alimentarnos con ellas nos nutrimos de oración, alabanza y Palabra en un momento de ira por ejemplo, el Espíritu de Dios nos detiene porque estamos llenos de Él. Tenemos guardado en nuestro corazón una buena provisión y esto será lo que fluirá.
Propongámonos a estar en continua actitud íntima con Dios. Que nos gocemos con nuestro trabajo sea en casa, en oficina o en el lugar donde se esté laborando. Para esto necesitamos invitar al Señor cada nuevo día y en cada acción a tomar parte. Podemos estar hablando y compartiendo nuestros quehaceres con Él; podemos alabarle y darle gracias también aunque estemos en otra actividad. Dios se agrada como buen Padre que es, que se lo digamos con palabras amorosas. De esta manera lograremos ganarle la batalla a la lengua pecaminosa.

Amado Señor: Enséñanos a empaparnos de Ti completamente. A buscar tu rostro minuto a minuto de nuestra vida para tenerte guardado en el corazón como al mejor tesoro que queremos cuidar y no dejarlo quebrar. No queremos pecar con nuestros labios; queremos cambiar nuestra queja en alabanza y adoración para que de allí broten frutos de labios que demuestren que somos tuyos y te pertenecemos. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones. 

sábado, 15 de julio de 2017

Aunque creas no saberlo eres culpable

Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas. 
Salmo 135:15.

Lectura: Salmo 135:1-21.  Versículo del día: Salmo 135:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Es bien difícil tratar este tema con personas que siguen una religión tradicional. Cuando nos convertimos al Señor el Espíritu Santo nos revela lo equivocados que estábamos al rendirle culto a imágenes de un santo u otro e incluso hasta los mismos crucifijos. Se creía que entre más caros mucho mejor y aquí la Palabra nos dice: “Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca!” (vv. 16-17), y dura Palabra la que sigue: “Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos” (v. 18). ¿Qué nos quiere decir? Que los ídolos son falsos y por consiguiente todos los que los crean o elaboran como los que confían en ellos son falsos. A los ojos de nuestro Dios celoso, todos, todos son falsos: “No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso” (Éxodo 20:4-5).
Muchas veces se peca por ignorancia: “Si alguien peca inadvertidamente e incurre en algo que los mandamientos del Señor prohíben, es culpable y sufrirá las consecuencias de su pecado” (Levítico 5:17). Por eso es que la gente de afuera necesita que se le diga y enseñe lo que dice la Biblia al respecto, para que volteen los ojos hacia el Señor, entiendan y dejen estas prácticas. “Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?” (Romanos 10:14). “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo” (Santiago 4:17). No nos queda más que obedecer.

Amado Señor: Te rogamos que toques el corazón de tantos que se inclinan ante dioses falsos y les reveles tu Palabra. Enséñanos a ser misericordiosos con los que no te conocen y compartirles lo que ya sabemos para que también ellos alcancen la salvación y te tengan como al Único y Suficiente Dios. Gracias bendito Señor por tu Palabra que es verdad.

Un abrazo y bendiciones.


viernes, 14 de julio de 2017

Debemos atraer y no ahuyentar

Por lo tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios. 
Hechos 15:19.

Lectura: Hechos 15:1-21.  Versículo del día: Hechos 15:19.

MEDITACIÓN DIARIA

Quizá no suceda como a los gentiles de Antioquía recién convertidos donde unos creyentes de la secta de los fariseos les quería imponer la circuncisión (vv. 5-6), pero infortunadamente se presentan hechos en las iglesias que sacan corriendo a los nuevos que llegan imponiendo reglas humanas que nada tienen que ver con el mensaje de salvación. Para citar unos ejemplos y darnos cuenta del asunto podemos ver respecto al vestuario; gracias a Dios ya se acepta que la mujer asista en pantalón, antes no. Igualmente pasaba si su cabello era corto. Supuestamente era vista como pecadora y por ende rechazada. Sin embargo sí hay cierto recelo cuando un hombre asiste en pantalón deportivo o pantaloneta; cuando notan que tiene un arete en la oreja o cuando lo ven con el cabello largo. No se dan cuenta que Dios no mira esas tonterías, mira el corazón. ¿Es que acaso nos creemos mejores que ellos? “Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe” (vv. 8-9). Y si es una persona que va por primera vez, no la estamos atrayendo sino alejando. Dios busca corazones contritos y humillados.
Tengamos en cuenta que las Buenas Nuevas son para todos; no hay que discriminar a nadie: “para que busque al Señor el resto de la humanidad” (v. 17). Reflexionemos y miremos qué tanto estamos aportando para que el reino de Dios crezca en nuestra Congregación. Somos llamados a ser luz y no piedra de tropiezo para el débil en la fe.

Señor Jesús: Te pedimos sabiduría para aceptar y tratar a los que se acercan a Ti con sumo cuidado sin causarles problemas, puesto que todavía no están debidamente enseñados. Que la libertad que Tú nos das sea para levantar y no para desanimar; para atraer y no para ahuyentar. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 13 de julio de 2017

Vivir para Cristo para gozar en su presencia

Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente. 
Eclesiastés 7:2.

Lectura: Eclesiastés 7:1-9.  Versículo del día: Eclesiastés 7:2.

MEDITACIÓN DIARIA

En general todos rehúsan pensar en la muerte. Incluso conozco personas que nunca van a un funeral porque los deprime. Me atrevería a opinar que antes de deprimirse es más bien cuestionarse, porque sea quien sea se tiene una conciencia y un libre albedrío, y por más valiente, estas situaciones mueven el piso. Sin embargo, hay una diferencia enorme entre los cristianos practicantes y los que no lo son. La Palabra de Dios es clara al respecto y esa es precisamente la bendita esperanza añorada por los fieles. Si es verdad que tenemos al Señor Jesús en nuestras vidas y que deseamos obedecerle y hacer su voluntad entonces no debemos temerle a la muerte; Pablo dijo: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).
Nuestra vida estará marcada por lo que hagamos y la única manera de saber cómo hacerlo es a través del Manual que Dios nos dejó: su Palabra toda impresa en la Biblia. La Biblia no es un libro más, es el libro por excelencia y del cual Dios nos habla. Ese Libro nos dice que la verdadera vida está en Cristo Jesús y que su muerte y resurrección fue precisamente para darnos vida eterna. Así que si el Señor Jesús está en el centro de nuestro corazón debemos vivir para Él teniendo como finalidad que su propósito se cumpla en nuestras vidas: “Vale más el fin de algo que su principio” (v. 8a), y por ende sin tenerle ya ningún temor a la muerte.

Amado Señor Jesús: Gracias porque eres la Resurrección y la Vida. Gracias porque no solamente viniste a darnos una vida con propósito aquí en la tierra sino también por la certeza que tenemos de una vida eterna a tu lado. Gracias bendito Señor.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 12 de julio de 2017

Enséñanos a ser compasivos como Tú

porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio! 
Santiago 2:13.

Lectura: Santiago 2:1-13.  Versículo del día: Santiago 2:13.

MEDITACION DIARIA

Definitivamente, cada día aprendemos más. Dura Palabra es esta. Si no somos compasivos se nos juzgará fuertemente. Y es que la compasión está en todas las áreas de nuestra vida: compasión con uno mismo, compasión con los de mi casa, mis familiares cercanos como primos, sobrinos, tíos, suegros, cuñados, mis amigos y conocidos, y aún los de fuera de mi casa. Pueden ser compañeros de trabajo o de estudio, mis vecinos, hermanos en la fe. En definitiva todos los que son prójimo. Eso de ‘perdono pero no olvido’ o ‘deseo que le hagan lo que me hizo’ o ‘no doy mi brazo a torcer’ son muestras de poca o nada compasión. La lectura nos habla igualmente de los favoritismos: si prefiero al uno más que al otro: tampoco hay compasión; si quiero obtener lo mío pasando por encima de los demás: no hay compasión; si no comparto lo que tengo: mucho menos.
Necesitamos compasión al hablar y al actuar: no cayéndole encima al caído, más bien  ofreciéndole brazos para levantarlo. Así que si no queremos que se nos juzgue, tampoco juzgar; que se nos condene, tampoco condenar. El Señor nos manda a amar, a perdonar, a disfrutar la vida en paz, a vivir en armonía.  Y si nos cuesta obedecerle recordemos siempre este versículo: “habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa! Adentrándonos en la materia nos damos cuenta cuán necesaria es la compasión para poder llevar una vida de clemencia y misericordia por este camino. De no haber sido por la compasión del Señor, ninguno de nosotros sería salvo.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra que cada día nos deja una lección para aprender y llevar a la práctica. Gracias por hacernos entender la compasión como una de las virtudes más preciadas que debemos poseer. Queremos vivir siempre demostrando y ofreciendo compasión hacia todo el que nos rodee. No permitas que nos soltemos de tu mano, ya que Contigo podemos seguir ese ejemplo como lo fuiste Tú. ¡Te amamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 11 de julio de 2017

¡Por qué cuesta tanto perdonar!

Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 
Mateo 5:39.

Lectura: Mateo 5:38-48.  Versículo del día: Mateo 5:39.

MEDITACIÓN DIARIA

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido ofendidos o denigrados y si queremos que no se formen raíces de amargura debemos perdonar. El guardar rencor es como estar alimentando el alma con veneno y las consecuencias pueden ser nefastas. La Biblia nos manda: “No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol” (Efesios 4:26). Es bien cierto que el corazón queda resentido cuando nos hacen mal o nos dicen algo que consideramos injusto pero tenemos que aprender de estas ofendidas porque de lo contrario ¿cómo sabríamos que estamos amando en verdad al prójimo? El Señor nos dice en la lectura: “Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos?” (v. 46), (los recaudadores de impuestos eran personas muy corruptas). Incluso si nosotros no fuimos los agresores debemos tomar la iniciativa e ir a pedir perdón.
Estoy convencida que perdonar es también desatar las ligaduras de impiedad porque si no lo hacemos estamos encadenados y es más el daño para la persona que no perdona que para el mismo agresor. Lo terrible de esto es que no solamente se va a hacer daño personal sino que se lleva por delante a los hijos si los tiene. Hay que perdonar cuántas veces sea necesario incluso a la misma persona: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete (Mateo 18:22 BHH). Si no lo hacemos nos recibiremos bendición de Dios y la verdad es que si nos cuesta es porque no valoramos el perdón de Dios en nuestras vidas.

Amado Padre Celestial: ¡no sé por qué cuesta tanto perdonar! Yo te ruego que toques el corazón de toda persona que esté leyendo este devocional y le permitas entender la necesidad que tiene de perdonar. No dejes que su alma siga llenándose de rencor y hazle entender que si no lo hace Tú tampoco estarás disponible cuando te necesite; que así como Tú la has perdonado, pides a ella que igualmente lo haga. Oro a Ti Papito Dios porque en especial los cristianos aprendan a agachar la cabeza y a ser humildes para perdonar. Gracias buen Dios por escuchar mi oración.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 10 de julio de 2017

Que solamente seas Tú nuestro Dios

Señores, ¿por qué hacen esto? Nosotros también somos hombres mortales como ustedes. Las buenas nuevas que les anunciamos son que dejen estas cosas sin valor y se vuelvan al Dios viviente, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. 
Hechos 14:15.

Lectura: Hechos 14:1-20.  Versículo del día: Hechos 14:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo y Bernabé estaban predicando la Palabra de Salvación en Listra y ocurrió que un hombre lisiado de nacimiento nunca había caminado y al ordenarle Pablo que se levantara empezó a caminar. Esto suscitó que la gente pensara que  eran dioses que habían ido a visitarlos y querían por lo tanto ofrecerles sacrificios. Pablo les reprende haciéndoles saber que eran tan mortales como ellos y que les anunciaban las buenas nuevas para que dejaran precisamente todo aquello que carece de valor y se volvieran al Dios viviente.
Tú conoces ya el mensaje de las Buenas Nuevas y lo has aceptado como tal.  Entonces, ¿si has dejado todo lo que en realidad es vano o te sigues preocupando por un sinnúmero de tonterías que a la hora de la verdad poco o nada importan? O quizá como esta gente de Listra ¿sigues creyendo en dioses ajenos, tal vez en horóscopos, agüeros, brujerías u ocultismo? ¿Sigues teniendo como dios al dinero, a la fama, a la posición profesional, a tu intelecto o trabajo? Recuerda que Dios te exige adoración total y que nada ni nadie lo desplace del trono en el que debe permanecer desde cuando le permitiste ser el Señor y Salvador de tu vida.

Mi Señor, si hay algo que nos ha desviado de tu Palabra o adviertes que hay algo que no te agrada, te ruego que nos lo hagas entender con tu Santo Espíritu. Que nuestro corazón se vuelque para adorarte única y exclusivamente a Ti. Gracias por tu Palabra y por la enseñanza que nos permites entender cada vez que recurrimos a ella. ¡Te amamos Señor y glorificamos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 8 de julio de 2017

Ahora mi esperanza está puesta en Ti

Señor, mi corazón no es orgulloso, ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas, ni proezas que excedan a mis fuerzas. 
Salmo 131:1.

Lectura: Salmo 131:1-3.  Versículo del día: Salmo 131:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Quizá esta sea la oración tuya; pero también de pronto el Señor ha tenido que tratar contigo y ahora exactamente reconoces como David, que el orgullo y la grandeza quedaron atrás dando paso a la humildad: “Todo lo contrario: he calmado y aquietado mis ansias. Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre. ¡Mi alma es como un niño recién amamantado!” (v. 2). ¡Cuántas cosas tiene que hacer el Señor por nuestro bien! Ahí entra en juego su disciplina y nos cuesta entenderla. Hablo por mi propia experiencia. Es que vivimos en un mundo lleno de prejuicios y de mentira. Siempre desde niños nos han hecho creer que el orgullo va de la mano con la dignidad y así no es. Se cree que entre más orgullo demostremos vamos a sentar mejor nuestras posiciones y ¡cómo estamos de errados! Por lo menos eso no es lo que dice la Palabra de Dios y nos toca escoger entre lo que nos enseña el mundo y lo que nos enseña Dios. Si escogemos por el lado de Dios como cristianos, nos toca aprender a bajar la cabeza no una ni dos ni tres veces: son innumerables veces y esto también duele. Pero así humildes, sin arrogancia nos quiere Dios.
Por eso el Salmista termina este pequeño Cántico dándonos el consejo de poner la esperanza en el Señor ahora y siempre (v. 3). El mensaje es para ti: pon tu esperanza en Dios.

Amado Señor: Si hago una retrospectiva de mi vida, puedo decirte con sinceridad cuánto has cambiado mi alma. Gracias porque sé que por el mismo amor derramado has tenido que tratar con mi orgullo. Tómame en tus brazos porque ahora soy como recién nacida y necesito tu calor y protección. ¡Mi esperanza está en Ti Papito Dios! ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 7 de julio de 2017

Tanto hablar nos hace errar y enojar

Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. 
Santiago 1:19-20.

Lectura: Santiago 1:19-27.  Versículos del día: Santiago 1:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

A veces nos preguntamos ¿por qué nos habla tanto Dios de ser lentos para hablar? Y una de las respuestas es precisamente porque podemos entrar en discusión y enojarnos, lo cual nos lleva a pecar y no es lo que Dios quiere. Si esto nos ocurre con frecuencia, Santiago dice: “Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida” (v. 21). Si la ira es algo que nos afecta constantemente, hay que sacarla, dejarla a un lado. La ira nos puede llevar a actuar irrazonablemente; es enceguecedora. Hay casos en donde esta ira se produce por ataduras o por raíces de amargura; si es así, es necesario pedir ayuda espiritual para sanarse completamente. Cuando el iracundo agacha la cabeza con humildad reconociendo su proceder, está listo para recibir también con humildad la Palabra plantada en su corazón y todo le será más fácil.
También Proverbios 10:19 nos enseña que: “El que mucho habla, mucho yerra;  el que es sabio refrena su lengua”. Propongámonos ser sabios en el manejo de la lengua para quizá evitar malos entendidos y discusiones airadas. Pongamos a funcionar los dos oídos y limitemos las palabras dándole a la boca  el valor que le corresponde: esto para escuchar más y hablar menos.

Amado Señor: Gracias por repetirnos una vez más lo de saber escuchar y no hablar tanto. Gracias porque Tú deseas que llevemos una vida justa despojándonos de todo aquello que nos hace daño. Por favor Espíritu de Dios, redargúyenos en este campo y enséñanos a callar para no pecar con nuestra boca hablando lo que no es, o lo que no nos incumbe.

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 6 de julio de 2017

También eres luz y el Señor te necesita

Así nos lo ha mandado el Señor: Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra. 
Hechos 13:47.

Lectura: Hechos 13:38-52.  Versículo del día: Hechos 13:47.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo repitió lo mandado por Dios desde tiempos antiguos a través del profeta Isaías y en ese momento era el mensaje para ellos proclamar las Buenas  de salvación a los gentiles. En nuestro tiempo actual es un mensaje para tener en cuenta todos los cristianos, pues es una orden dada por el Señor que no fue solamente para sus discípulos y apóstoles sino para todo creyente.
Hay que insistir en esto porque Dios desea que todos los hombres le conozcan y no perezcan (2 Pedro 3:9). Da la impresión que nosotros nos recostamos en nuestros laureles y poco nos importa la gente de afuera. En cierto modo esta actitud viene a ser egoísta porque si ya conocemos tan grande tesoro y lo poseemos, es bueno compartirlo. No podemos pensar que tal persona es tan mala que no merece ser salva. El mismo Pablo no fue una pera en dulce: él antes de su conversión le hizo mucho daño a los primeros cristianos arrestándolos, encarcelándolos, sacrificándolos y se regocijaba en esto creyendo que estaba en lo correcto (Hechos 8:1). Pero el Señor lo tomó y lo utilizó para su gloria; y nosotros ahora, gracias al mensaje de Pablo para los gentiles gozamos también de la salvación.  El Señor Jesús ha hecho tanto bien a la humanidad a través de los siglos que por pecado que haya más se desbordará su bondad. Porque donde abunda el pecado sobreabunda la gracia (Romanos 5:20b).
Tú eres llamado a ser luz para las naciones; así que es hora de levantarte y proclamar lo que Dios ha hecho contigo a través de Jesucristo. Él te necesita.

Amado Señor: Gracias porque siempre nos estás insistiendo y recordando el ministerio que tenemos como herencia para seguir proclamando que eres el Salvador del mundo. Muéstranos Señor que de persona en persona el mensaje llegará hasta los confines de la tierra como fue tu mandato. Danos valor y denuedo para hablar de Ti. Gracias buen Jesús.

Un abrazo y bendiciones.