porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio!
Santiago 2:13.
Lectura: Santiago 2:1-13. Versículo del día: Santiago 2:13.
MEDITACION DIARIA
Definitivamente, cada
día aprendemos más. Dura Palabra es esta. Si no somos compasivos se nos juzgará
fuertemente. Y es que la compasión está en todas las áreas de nuestra vida:
compasión con uno mismo, compasión con los de mi casa, mis familiares cercanos
como primos, sobrinos, tíos, suegros, cuñados, mis amigos y conocidos, y aún
los de fuera de mi casa. Pueden ser compañeros de trabajo o de estudio, mis
vecinos, hermanos en la fe. En definitiva todos los que son prójimo. Eso de ‘perdono
pero no olvido’ o ‘deseo que le hagan lo que me hizo’ o ‘no doy mi brazo a
torcer’ son muestras de poca o nada compasión. La lectura nos habla igualmente
de los favoritismos: si prefiero al uno más que al otro: tampoco hay compasión;
si quiero obtener lo mío pasando por encima de los demás: no hay compasión; si
no comparto lo que tengo: mucho menos.
Necesitamos compasión
al hablar y al actuar: no cayéndole encima al caído, más bien ofreciéndole brazos para levantarlo. Así que
si no queremos que se nos juzgue, tampoco juzgar; que se nos condene, tampoco
condenar. El Señor nos manda a amar, a perdonar, a disfrutar la vida en paz, a vivir
en armonía. Y si nos cuesta obedecerle
recordemos siempre este versículo: “habrá un juicio sin compasión para el que
actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa! Adentrándonos en la materia nos
damos cuenta cuán necesaria es la compasión para poder llevar una vida de
clemencia y misericordia por este camino. De no haber sido por la compasión del Señor, ninguno de nosotros sería salvo.
Amado Señor: Gracias
por tu Palabra que cada día nos deja una lección para aprender y llevar a la
práctica. Gracias por hacernos entender la compasión como una de las virtudes
más preciadas que debemos poseer. Queremos vivir siempre demostrando y
ofreciendo compasión hacia todo el que nos rodee. No permitas que nos soltemos
de tu mano, ya que Contigo podemos seguir ese ejemplo como lo fuiste Tú. ¡Te
amamos buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario