Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: Qué vamos a beber?
Éxodo 15:24.
Lectura; Éxodo 15:22-27. Versículo del día: Éxodo 15:24.
MEDITACIÓN DIARIA
Esto fue lo que hicieron los israelitas porque no encontraban
agua para beber en el desierto y la que hallaron era amarga. Antes yo los
juzgaba en cantidades porque no entendía su proceder después de haber visto
tanta grandeza de Dios; pero un día, el Señor me mostró que no había ninguna
diferencia entre ellos y yo. Me di cuenta que a pesar de haber recibido tantos
beneficios y experimentado su poder en mi vida, me angustiaba y desanimaba por
circunstancias muchas veces menores de las que el Señor me había sacado. Y no
nos digamos mentiras, nos suele suceder yo creo, que a todos lo mismo.
Como para el Señor no existen los imposibles, Él le
mostró a Moisés un pedazo de madera que al echarlo al agua la volvía dulce (v.
25). Después el Señor los llevó a acampar a Elim, donde había doce manantiales
y setenta palmeras. Como quien dice: ‘después de la tempestad, la calma’. Pero
sí; así actúa nuestro buen Dios. Nosotros, que somos impacientes y queremos
todo para ya, nos queda difícil sincronizarnos con su tiempo y sus caminos.
Oremos para que aprendamos primero que todo a valorar
cada detalle que el Señor tiene con cada uno y para que a la vez no nos
desesperemos cuando aparentemente tarda. ¡Dios nunca llega tarde!
Amado Señor: gracias te damos por enseñarnos a confiar
plenamente en Ti y a saber que cuando no respondes es porque no es tu tiempo o
porque ese no es el camino a seguir. Guíanos con tu Santo Espíritu para que
sepamos discernir los tiempos y a esperar, confiando que Tú tienes los mejores
planes para nuestro bien. ¡Te alabamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.