sábado, 5 de mayo de 2018

Puesta la mirada en Jesús el Salvador


Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. 
Mateo 14:28.

Lectura: Mateo 14:22-36.  Versículo del día: Mateo 14:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Después de alimentar el Señor a cinco mil, hizo que sus discípulos subieran a la barca y Él subió al monte para orar a solas. Al anochecer la barca estaba lejos de la tierra. En la madrugada se acercó a ellos caminando sobre el lago y ellos se atemorizaron creyendo se trataba de un fantasma: “Pero Jesús les dijo en seguida: ―¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo” (v. 27). Pedro un poco incrédulo le dice al Señor: ‘si eres tú, mándame que vaya a ti sobre el agua’, y el Señor le dice: ‘ven’. Pedro en su euforia baja de la barca y camina sobre el agua, pero al sentir el ímpetu del viento, tuvo miedo y se dejó hundir; entonces gritó: ‘Sálvame y el Señor tendió su mano y sujetándolo lo reprendió por su poca fe (vv. 29-31).
Un poco parecido a nuestra vida: estamos navegando en la barca del Señor y lo vemos a Él firme a nuestro lado; sin embargo, nuestra incredulidad no nos deja avanzar y sentimos hundirnos en medio de la prueba hasta que clamamos a nuestro buen Señor para que nos tienda su brazo.  Lógico que Él está siempre disponible y nos saca de las aguas turbulentas, pero nuevamente escuchamos su voz diciendo: ¿por qué dudaste, hombre de poca fe? No nos digamos mentiras, podemos haber vivido con anterioridad situaciones similares y el Señor, no nos dejó solos: nos miró con ojos compasivos, nos arrulló en sus brazos, nos levantó y nos sanó. Viene una aflicción, quizá incluso mucho menor y nuestra fe vuelve a fallar. Roguemos a Dios para que acreciente esa partícula minúscula de fe que poseemos; y que, si nos es necesario caminar con vientos fuertes, sigamos sin dar marcha atrás ni temor alguno, porque tenemos la mirada puesta en Jesús el Salvador.

Señor Jesús: no queremos seguir andando con pasos de incertidumbre. Enséñanos a fijar los ojos siempre en Ti para lograr caminar sobre las mareas altas que quieren derrumbar nuestra fe. Gracias Señor por tenerte y saber que eres un Dios fiel lleno de amor y de bondad que entiendes nuestra debilidad. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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