miércoles, 16 de mayo de 2018

Déjate llevar a la tierra que fluye leche y miel


Moisés le dijo al pueblo: Acuérdense de este día en que salen de Egipto, país donde han sido esclavos y de donde el Señor los saca desplegando su poder. 
Éxodo 13:3.

Lectura: Éxodo 13:1-16.  Versículo del día: Éxodo 13:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Todos los que el Señor ha rescatado también hemos salido de nuestro Egipto. Tú pensarás: ¿cómo es eso? Pues sí. El Egipto nuestro era el mundo en el que nos encontrábamos; el Egipto en el que quizá estás sin darte cuenta de ello. Es allí en donde se está esclavizado del pecado; en donde has tenido la opresión y el engaño; donde reina la envidia, los celos, la traición, el desamor y la depresión. Es el sitio de desánimo, oscuridad y soledad en que te encuentras. Pero hay una buena noticia para ti: Dios ha venido también en tu búsqueda porque te ama tanto que sufre de verte llevando el peso de un yugo que no puedes.   
Ahora que lo sabes, puedes humillarte ante el Señor y buscarlo con corazón sincero. Para esto tienes que nacer de nuevo como le dijo Jesús a Nicodemo (Juan 3:3). De esta manera, Él te llevará a una tierra que fluye leche y miel (v. 5 en la lectura). Después que pase el tiempo y estés allí le recordarás y le darás gracias porque ha sido tal el rescate, que entenderás que lo pagó con su propia sangre. Y al igual que Israel iría a contarle a sus descendientes lo que el Señor hizo para sacarlos de Egipto, tú les dirás a los tuyos el testimonio de cómo el Señor te libró de las garras del infierno en las que estabas sumergido y les contarás las proezas de Dios en tu vida.  

Señor Jesús: Deseo nacer de nuevo y dejarme llevar por Ti a la tierra que fluye leche y miel. Toma mi vida, te la entrego para que hagas de mí la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonar mis pecados y rescatarme del valle de la muerte y la desesperación, para ponerme en lugares celestiales a tu lado. ¡Alabo y anuncio tu Nombre! ¡Eres por siempre Dios de amor!

Un abrazo y bendiciones.

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