Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. Salmo 90:12.
Lectura: Salmo
90:1-17. Versículo del día: Salmo 90:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Vemos que el tiempo
pasa de manera inexorable; no se detiene y nuestros días se van yendo y
marchitando como la hierba que se seca al anochecer. “se esfuman nuestros años
como un suspiro” (v. 9b). Ayer veíamos a nuestros hijos, cual chiquillos
corretear por la casa de un lugar a otro; y de pronto levantamos la mirada y ya
se han ido del hogar.
¿Qué ha pasado durante
ese día que de pronto nos detiene y no nos deja percibir la luz? Los atafagos de la vida, muchas veces nos
impiden desarrollarnos como hemos programado o como lo hemos deseado. Es hora
de levantarnos y no consentir que el tiempo que va haciendo estragos, continúe
su marcha vertiginosa, sin permitirnos tener un alto en el camino y mirar hacia
el horizonte para detectar, si el sol se está ocultando ya, y si aún nos falta
mucha tarea por terminar. La vida es demasiado corta y cuando miramos el
atardecer, vemos que está llegando la noche y muchos ideales, planes, proyectos
y deseos se han quedado quietos. No dejemos que el tiempo nos tome delantera.
Eclesiastés dice: “Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño;
porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni
conocimiento ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10).
Amado Señor: Tu palabra
también dice que debemos aprovechar bien el tiempo porque los días son malos.
Enséñanos a hacer las obras que tenemos que realizar en plena luz del sol y que
nuestro corazón tenga la satisfacción del deber cumplido. Llénanos de tu
sabiduría Señor, para que nuestros días no se esfuman como el viento.
Un abrazo y
bendiciones.