Afilan su lengua como espada y lanzan como flechas palabras ponzoñosas.Salmo 64:3.
Lectura: Salmo
64:1-10. Versículo del día: Salmo 64:3.
MEDITACIÓN DIARIA
David pone de
manifiesto ante el Señor su lamento y le pide que lo guarde del enemigo: “Escucha,
oh Dios, la voz de mi queja; protégeme del temor al enemigo. Escóndeme de esa pandilla de impíos, de esa
caterva de malhechores” (vv.1-2). Y es
que si hay manera de tumbar a una persona es con la lengua. Con la lengua la destruyen totalmente y ¡ahora
sí que lo vemos! Unos y otros se dejan comprar para destruir al adversario en
política o al caído injustamente.
Por eso a lo largo de
la escritura se recalca sobre las palabras y el saber controlarlas; desde
cuando el Señor dio los ‘Diez Mandamientos”, ordena no dar falso testimonio en contra del prójimo
(Deuteronomio 5:20); en otras palabras no mentir. El chisme es mentira, la calumnia es mentira y
Dios aborrece la mentira; esta es una de las características principales de
Satanás y lógicamente él quiere que lo imitemos. Pero también hay que tener
cuidado de la manera en que hablamos;
muchos hablan como dice David: lanzando como flechas palabras ponzoñosas. O sea con intriga, con malicia, con
indirectas, con odio y rabia a la vez.
Santiago nos habla de domar la lengua (Santiago 3:1-12) y considero que
es bien necesario orar porque cada día
aprendamos a controlar las palabras; a
pensar antes de hablar o como dice un devocional de mi biblia: a poner en dieta
las palabras. Y así es; si queremos
tener una figura esbelta, pues hay que hacer dieta y cuidarnos mucho en lo que
comemos. De igual modo sucede con nuestras palabras; si las controlamos día a
día, poco a poco vamos mejorando nuestro
hablar, hasta estilizar completamente nuestras expresiones. Los cristianos estamos llamados a bendecir y
no a maldecir; edifiquemos y no derrumbemos.
Amado Señor: Te rogamos
nos enseñes a no pecar con palabras que ofenden y maltratan al prójimo. Queremos usar nuestro lenguaje en bien de
quienes nos rodean llevándoles palabras de ánimo, de victoria, de amor y
compasión y que ante todo sean de bendición para quienes las escuchan.
Un abrazo y
bendiciones.
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