¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar le dio a Judá!
Rut 4:12. NVI.
Lectura: Rut 4:1-12. Versículo del día: Rut 4:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Como era de esperarse,
Bozz redimió a Rut cuando compró a Nohemí toda la propiedad correspondiente a
su esposo e hijos fallecidos y de paso se casó con ella. Al saberlo los de su
pueblo ante quienes había hecho la transacción, solo tuvieron palabras de aliento
y de bendición para ellos. Igual, desearon que Rut llegase a edificar el pueblo
de Israel tal como Raquel y Lea lo habían hecho; también le dijeron a Bozz: “¡Que
seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén!” (v. 11c).
No solamente su familia fue como la de Fares, llegó muchísimo más lejos: Booz, descendiente
directo del Señor Jesús, por lo cual su nombre junto con el de Rut, se
encuentran entre la genealogía de Él.
Antiguamente no se hacía énfasis
en la mujer y tan importante fue Rut, que en el linaje de Jesús se halla entre
las cinco mujeres que se nombran: Tamar, Rajab, Rut, Betsabé y lógicamente
también está María (Mateo 1:3,5, 6, 16). A pesar de su condición, estas primeras
cuatro mujeres fueron dignas de aparecer en la genealogía de nuestro Salvador. Los
designios de Dios y su soberanía solamente le incumben a Él. Ahí se cumple lo
que dice la Palabra de Dios: “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para
avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a
lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es,
para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1
Corintios 1:27-29).
Mujer: si hubo algo
admirable en el Señor Jesús fue el trato que le dio a la mujer; Él levantó su
imagen y la restituyó del lugar donde se tenía antiguamente, como lo hizo con
María Magdalena, la mujer samaritana y María la hermana de Lázaro. Así que no
temas llegar a sus pies y abrirle tu corazón. Eso es lo que Jesús desea. Yo te
invito a orarle de este modo:
Señor Jesús: Tú
conoces mi vida y cuanto sucede conmigo. Para Ti vale tanto Rut o Rajab, como
María y por eso me postro ante Ti. Yo te pido Señor que vengas a mi vida y
tomes el control de ella. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que
yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme, levantarme y darme una nueva vida
Contigo. Amén.
Un abrazo y bendiciones.