lunes, 31 de mayo de 2021

Mujer: Jesús espera por ti

 ¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar le dio a Judá!

Rut 4:12. NVI.


Lectura: Rut 4:1-12.  Versículo del día: Rut 4:12.   


MEDITACIÓN DIARIA


Como era de esperarse, Bozz redimió a Rut cuando compró a Nohemí toda la propiedad correspondiente a su esposo e hijos fallecidos y de paso se casó con ella. Al saberlo los de su pueblo ante quienes había hecho la transacción, solo tuvieron palabras de aliento y de bendición para ellos. Igual, desearon que Rut llegase a edificar el pueblo de Israel tal como Raquel y Lea lo habían hecho; también le dijeron a Bozz: “¡Que seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén!” (v. 11c). No solamente su familia fue como la de Fares, llegó muchísimo más lejos: Booz, descendiente directo del Señor Jesús, por lo cual su nombre junto con el de Rut, se encuentran entre la genealogía de Él.

Antiguamente no se hacía énfasis en la mujer y tan importante fue Rut, que en el linaje de Jesús se halla entre las cinco mujeres que se nombran: Tamar, Rajab, Rut, Betsabé y lógicamente también está María (Mateo 1:3,5, 6, 16). A pesar de su condición, estas primeras cuatro mujeres fueron dignas de aparecer en la genealogía de nuestro Salvador. Los designios de Dios y su soberanía solamente le incumben a Él. Ahí se cumple lo que dice la Palabra de Dios: “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1 Corintios 1:27-29).

Mujer: si hubo algo admirable en el Señor Jesús fue el trato que le dio a la mujer; Él levantó su imagen y la restituyó del lugar donde se tenía antiguamente, como lo hizo con María Magdalena, la mujer samaritana y María la hermana de Lázaro. Así que no temas llegar a sus pies y abrirle tu corazón. Eso es lo que Jesús desea. Yo te invito a orarle de este modo:


Señor Jesús: Tú conoces mi vida y cuanto sucede conmigo. Para Ti vale tanto Rut o Rajab, como María y por eso me postro ante Ti. Yo te pido Señor que vengas a mi vida y tomes el control de ella. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme, levantarme y darme una nueva vida Contigo. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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