viernes, 28 de mayo de 2021

La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente

Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! 

Eclesiastés 4:9-10. NVI


Lectura: Eclesiastés 4:7-12.  Versículos del día: Eclesiastés 4:9-10.


MEDITACIÓN DIARIA


Definitivamente desde el comienzo de la humanidad (Génesis 2:18); Dios quiso que obráramos en pareja porque dos se defienden mejor que uno. Por algo el Señor envió a sus discípulos de dos en dos a predicar (Lucas 10:1). Y aquí nos deja Salomón la respuesta al porqué son dos mejores que uno. Se titula el párrafo: “La unión hace la fuerza” y así es. El hombre fue creado para vivir en comunidad y no aislado.

Precisamente por eso, la soledad no es buena para nadie. La soledad deprime, enferma, anula y hasta enloquece. Es causa de muchas muertes según comprueban las estadísticas. Es necesario que las personas que por alguna u otra circunstancia están solas, busquen compañía con familiares cercanos o con amistades porque esto es vida.

Y a los casados les recomiendo orar siempre por su cónyuge y aprender a valorarlo. Miremos lo que nos dice más adelante la lectura: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (v. 12). Tengámoslo siempre en cuenta.


Amado Señor Jesús: te damos gracias porque Eres Tú mismo motivándonos para ayudarnos mutuamente. Gracias porque tu Palabra es verdad y de ella aprendemos cada día a ser las personas que Tú quieres que seamos. Gracias por nuestros esposos(as); hijos, hermanos, sobrinos o amigos que siempre están a nuestro lado apoyándonos y levantándonos física, espiritual o moralmente. Oramos también y de manera especial por todas aquellas personas que por diferentes motivos están solas para que seas Tú su compañía. Abrázalas Señor y dales todo tu amor; que ellas te sientan de verdad y su soledad se mitigue. Gracias ante todo bendito Señor por tenerte a Ti, quién Eres nuestro verdadero soporte y apoyo incondicional. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones. 

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