—Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.Juan 21:17c.
Lectura: Juan 21:15-25. Versículo del día: Juan 21:17c.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Cuánto amor del Señor
por su discípulo! En vez de recriminarle
por las tres veces que lo negó, piensa más bien en levantarlo y restituirlo a
fuerza de amor. Amor como solamente Él
sabe dar. Amor del que nos falta mucho a nosotros por entregar.
A través de ese hecho,
el Señor vuelve a restaurar la confianza en Pedro. El pequeño dialogo que tuvo con él,
restableció nuevamente la comunicación entre los dos. Debió ser muy alentador y significativo para
Pedro este acto de amor y restauración ya que tal parece, era la primera vez
que estaban juntos después de su resurrección.
Después de su confesión, el Señor le dice: “—¡Sígueme!” (v. 19b).
Personalmente aprendo
de la lectura dos cosas: una que el Señor cuando fallamos, no nos da garrote
hasta acabarnos, sino que con toda su bondad y ternura nos vuelve atraer con
lazos infinitos de amor; y de la ofensa ni siquiera retrocede para acordarse de
ella.
Lo segundo que aprecio
es que para seguir al Señor, primero tiene que existir un gran amor por
Él. Se debe de estar convencido de quién
es en verdad Aquel en quien hemos creído y puesto nuestra confianza plena. Y la única manera de saberlo es experimentando por
sí mismos su amor incondicional, que a la vez nos hace devolver en algo tan
incomparable sentimiento. No podemos
decir que lo seguimos sin antes haber probado y degustado su inmensa bondad.
Amado Señor Jesús:
Gracias te damos por mirarnos con lo ojos de compasión que solo Tú sabes
ofrecer. Queremos seguirte por siempre Señor, sin desviarnos ni a derecha ni a
izquierda. ¡Enamóranos cada día más de
ti!
Un abrazo y
bendiciones.