sábado, 22 de marzo de 2014

Instruir no es lo mismo que imponer




Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. 
Proverbios 22:6.


Lectura: Proverbios 22:1-16.  Versículo del día: Proverbios 22:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Muy interesante este versículo para tener siempre en cuenta por todos los padres, abuelos e instructores. Como padres cristianos tenemos la obligación de instruir a los niños en el camino correcto, no solamente llenándolos de palabras sino también con el ejemplo; siempre he creído que la autoridad no se impone sino que se gana.  
Lo que hemos aprendido, ir transmitiéndoselo a ellos; es un mandato: “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7).  Sin embargo, también sería muy importante, ponerle atención al siguiente versículo: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor” (Efesios 6:4).  Los padres tenemos que pedirle al Señor mucha sabiduría para que esas enseñanzas impartidas, no lleguen a acosarlos y ahogarlos porque puede suceder lo visto en muchas familias cristianas especialmente de pastores, donde los hijos se han llevado tan mal por el camino del Señor, que en vez de atraerlos, los han alejado.  Esto porque simplemente los han saturado con prohibiciones y han querido tenerlos como encapsulados, sin darse cuenta que tarde o temprano se enfrentarán a un mundo hostil, caído y perturbador. Hay que poner los píes sobre la tierra y entender que mientras estemos aquí, no podemos flotar en el aire. 
Una frase célebre dice: "No puedo evitar que las aves vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido sobre ella".  Eso exactamente es lo que tenemos que infundir en los niños y jóvenes actuales. La inmoralidad sexual, la avaricia, la mentira, la desobediencia, la incredulidad, el desacato a la autoridad, la corrupción y todo lo demás que viene de la naturaleza pecaminosa, estarán rodeándonos continuamente, pero tenemos que impedir que hagan mella sobre nuestras vidas; y solamente lo podemos lograr con la ayuda del Espíritu Santo quien nos dará de su fruto prodigioso para salir victoriosos ante cualquier situación.

Amado Señor: Enséñanos a depender exclusivamente de ti, al educar en tu verdad a nuestros niños, para no exacerbarlos y confundirlos desde su infancia. Los ponemos hoy en tus manos y te rogamos nos des la capacidad suficiente, llena de sabiduría y amor para dirigirlos siempre hacia tus píes.

Un abrazo y bendiciones.

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