Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera.Juan 11:25.
Lectura: Juan
11:1-44. Versículo del día: Juan 11:25.
MEDITACIÓN DIARIA
Jesús no fue a presidir
un funeral, fue a manifestar su poder y gloria en medio del dolor y la tristeza
de los familiares y amigos de Lázaro y para enseñarnos, lo que sucederá con
nosotros.
Esta es la gloriosa
esperanza de los cristianos: pasaremos por la muerte física pero no por la
espiritual. Cuando nos llegue el momento
de partir como a Lázaro, dormiremos solamente (v. 11); porque “todo el que vive y cree en mí no
morirá jamás” (v. 26). Si hemos creído en Jesús, no moriremos, tendremos vida
eterna (Juan 3:16). ¡Bendita esperanza! “Cuando
Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán
manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:4).
La fe de Marta en su
Señor se resquebraja al ver morir a su hermano; pero al llegar Jesús a su lado
no solamente la consuela, con firmeza le declara: “—Yo soy la resurrección y la
vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí
no morirá jamás”; y a la vez le pregunta: “¿Crees esto?”. “—Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo” (v. 27), le responde Marta.
Por mi parte, ¡Yo lo
creo fuertemente! La misma pregunta, Jesús
te hace: —¿Crees esto? Jesús es la misma
vida (Juan 1:4), y tiene poder sobre la muerte: “Estuve muerto, pero ahora vivo
por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno”
(Apocalipsis 1:18). ¿Crees esto? Hay que
tomar una decisión: ¿Deseas vida o muerte?
Amado Señor: Gracias
porque sabemos que eres la resurrección y la vida; contigo, tenemos la certeza
de una vida gloriosa a tu lado. Lo creemos Señor, lo manifestamos y lo
proclamamos. Enséñanos a llevar este mensaje de vida a todos los que comparten
con nosotros en el diario vivir.
Un abrazo y
bendiciones.
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