jueves, 31 de diciembre de 2015

Que el favor del Señor esté sobre nosotros




Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. 
Salmo 90:12.


Lectura: Salmo 90:1-17.  Versículo del día: Salmo 90:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Tal vez muchos dirán: ‘un año que termina sin que los propósitos y metas se cumplieran’. Pero bueno, ya no se puede devolver el tiempo y lo importante es que para el nuevo tengamos bien claro los planes y proyectos, dejándolos en manos de quien es el dueño de todos nuestros tiempos porque están en sus manos (Salmo 31:15).  
Lo significativo es que tengamos presente que aquí solamente somos administradores de ese tiempo que Dios nos permite gozar. Por eso mismo, cada nuevo día es una nueva experiencia que se nos da para vivir y debemos sacarle el máximo provecho. Lo que hagamos, se convertirá en la obra que el Señor irá perfeccionando día tras día en cada uno. Que en el Nuevo Año el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros (v. 17).

Amado Señor: Te damos gracias por el año que termina con los logros y afanes que tuvimos; por las alegrías y tristezas que lo rodearon porque siempre a pesar de las dificultades, estuviste presente rodeándonos de tu paz y amor. Dejamos en tus manos el nuevo año para que sigas a nuestro lado, llevándonos y guiándonos a contar bien nuestros días para adquirir sabiduría y aprender a cumplir tu voluntad.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vino expresamente a buscarte y salvarte



Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. 
Lucas 19:10.


Lectura: Lucas 19: 1-10. Versículo del día: Lucas 19:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Acabamos de celebrar la Navidad pero podría decir casi con seguridad que no son  muchos los que verdaderamente entienden el verdadero significado de la Navidad. Sí, Jesús vino a nacer en un humilde pesebre, a tener una infancia muy parecida a la de todos los niños y una adolescencia también igual. Pero, por lo general, ahí se queda todo el conocimiento. Somos felices celebrando la Navidad pero tenemos que pensar y ser conscientes que el Señor Jesús no se quedó bebé; creció como todos los demás sino con  una diferencia: empezó su vida pública a los 30 años con el fin de cumplir con la misión impuesta por el Padre y ahí es donde entra a jugar lo que dice claramente el versículo del día: “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
Tristemente, la mayoría de las personas no entienden o no quieren entender el mensaje de salvación que vino a entregarnos el Señor. Vivimos de emociones; nos alegramos por la Navidad y supuestamente nos arrepentimos en Semana Santa pero de ahí no pasa. No se  analiza ni se hace algo por entender, cuáles fueron las buenas noticias dadas por el ángel del Señor a los pastores. El Señor Jesús vino en rescate por todos; el vino a reconciliar al hombre con Dios; a ser el puente que restableciera nuevamente, la relación perdida en la caída de Adán y Eva. El Señor Jesús fue el amor sublime y total manifestado por Dios para nosotros: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y  ese amor está disponible tanto para ti como para mí. El Hijo del hombre vino expresamente a buscarte para salvarte, la decisión es tuya: lo tomas o lo dejas; lo aceptas o lo rechazas.

Amado Señor: Gracias por lo que viniste a hacer por nosotros. Gracias porque si no hubieras muerto y resucitado no podríamos decir ahora, que tenemos vida eterna contigo. Gracias por el amor infinito que nos demostraste con tu venida al mundo y gracias por los que están leyendo este devocional y entienden tu obra redentora. Te ruego por ellos Señor, para que su testimonio sirva para que otros se acerquen también a Ti.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 29 de diciembre de 2015

Acudir a quien es capaz de resolverlo todo




Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos! 
Nehemías 6:9.


Lectura: Nehemías 6:1-14.  Versículo del día: Nehemías 6:9.

MEDITACIÓN DIARIA

El ejemplo de Nehemías es de admirar. Cuando los enemigos le hicieron la guerra por la reconstrucción de la muralla, él, en vez de airarse y enfrentarse a ellos obró muy prudente y con cabeza fría; no se dejó llevar por iras ni venganzas ni se dejó tampoco intimidar por la situación. Al contrario, buscó la ayuda del Señor para que más bien, fuera el mismo Señor quien lo fortaleciera y lo animara.  
Nuestra vida diaria es una construcción  donde tenemos que enfrentarnos a situaciones diferentes; y de pronto, a raíz de éstas, surgen problemas en el momento menos esperado. Es difícil a veces sortear estos escenarios;  incluso en ocasiones, nos dejamos llevar por los impulsos y palabras y perdemos el norte de nuestra actuación. Considero muy positivo tomar el ejemplo de Nehemías ya sea administrando una empresa, institución o nuestro mismo hogar. Cuando los problemas se nos vienen encima hay que obrar prudentemente y acudir a quien es el único capaz de resolverlos y darnos la paz necesaria para retomar las tareas y proseguir: “Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!”.

Amado Señor: Gracias porque tu Palabra es viva y eficaz; llega en el momento adecuado para instruirnos, revelarnos y a la vez disciplinarnos sabiendo que deseas lo mejor para nosotros. Enséñanos a ser buenos administradores en el lugar en que nos has puesto para que desde allí demos el mejor testimonio como conocedores de la fe que profesamos.

Un abrazo y bendiciones.