miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vino expresamente a buscarte y salvarte



Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. 
Lucas 19:10.


Lectura: Lucas 19: 1-10. Versículo del día: Lucas 19:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Acabamos de celebrar la Navidad pero podría decir casi con seguridad que no son  muchos los que verdaderamente entienden el verdadero significado de la Navidad. Sí, Jesús vino a nacer en un humilde pesebre, a tener una infancia muy parecida a la de todos los niños y una adolescencia también igual. Pero, por lo general, ahí se queda todo el conocimiento. Somos felices celebrando la Navidad pero tenemos que pensar y ser conscientes que el Señor Jesús no se quedó bebé; creció como todos los demás sino con  una diferencia: empezó su vida pública a los 30 años con el fin de cumplir con la misión impuesta por el Padre y ahí es donde entra a jugar lo que dice claramente el versículo del día: “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
Tristemente, la mayoría de las personas no entienden o no quieren entender el mensaje de salvación que vino a entregarnos el Señor. Vivimos de emociones; nos alegramos por la Navidad y supuestamente nos arrepentimos en Semana Santa pero de ahí no pasa. No se  analiza ni se hace algo por entender, cuáles fueron las buenas noticias dadas por el ángel del Señor a los pastores. El Señor Jesús vino en rescate por todos; el vino a reconciliar al hombre con Dios; a ser el puente que restableciera nuevamente, la relación perdida en la caída de Adán y Eva. El Señor Jesús fue el amor sublime y total manifestado por Dios para nosotros: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Y  ese amor está disponible tanto para ti como para mí. El Hijo del hombre vino expresamente a buscarte para salvarte, la decisión es tuya: lo tomas o lo dejas; lo aceptas o lo rechazas.

Amado Señor: Gracias por lo que viniste a hacer por nosotros. Gracias porque si no hubieras muerto y resucitado no podríamos decir ahora, que tenemos vida eterna contigo. Gracias por el amor infinito que nos demostraste con tu venida al mundo y gracias por los que están leyendo este devocional y entienden tu obra redentora. Te ruego por ellos Señor, para que su testimonio sirva para que otros se acerquen también a Ti.

Un abrazo y bendiciones.

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