martes, 15 de diciembre de 2015

Gracias porque eres nuestro Salvador



Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces.  Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. 
Lucas 17:15-16.


Lectura: Lucas 17:11-19.  Versículos del día: Lucas 17:15-16.

MEDITACIÓN DIARIA

Este devocional es como continuación del anterior. Pues el relato se refiere a los diez hombres sanados de lepra por el Señor y donde solamente uno se devolvió a darle las gracias. Y dice aquí la Palabra: “no obstante que era samaritano”. Recordemos que había enemistad entre judíos y samaritanos desde cuando el reino se dividió. La ciudad de Samaria por mucho tiempo fue la capital del reino del Norte de Israel. Aun así, ellos también esperaban el Cristo que habría de venir y era el Salvador del mundo. (Juan 4:25-27 y 39-42.
Pero nos preguntaremos igual que lo hizo el Señor: “¿Acaso no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?” (vv. 17-18 en la lectura). Podemos observar que al Señor le gusta que seamos agradecidos y ese agradecimiento no es solamente por lo sobrenatural que nos pueda suceder, es por todo y en todo tiempo y lugar: “den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18).
Que esta época sea un motivo para darle gracias a nuestro Padre celestial, por haber mandado a su Hijo al mundo; como dijeron los samaritanos podemos decir igual: “ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo” (Juan 4:42). Inspiración suficiente para darle gracias, alabarle y adorarle como lo merece.

Amado Señor: Son tantas cosas por las que tenemos que darte las gracias que si quisiéramos enumerarlas tal vez no tendríamos el campo suficiente. Pero hoy, como preámbulo para celebrar tu venida al mundo, queremos decirte gracias porque lo anunciado por los profetas se cumplió y se seguirá cumpliendo hasta tu nuevo retorno aquí en la tierra. Gracias Señor porque nos iremos contigo si antes no nos has llamado para ir a directo a tu presencia. ¡Eres Grande y Majestuoso! ¡Todopoderoso, fuerte e Invencible Dios! ¡Te amamos y nos gozamos contigo buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

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