Ezequías tuvo éxito en todas las obras que emprendió. Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.2 Crónicas 32:30b-31.
Lectura: 2 Crónicas
32:24-33. Versículos del día: 2 Crónicas
32:30b-31.
MEDITACIÓN DIARIA
Bueno, Dios es soberano
y bien puede hacer con nosotros lo que quiera. A modo personal en la lectura,
considero que a pesar del éxito que tuvo Ezequías durante su reinado, y de
haber agradado al Señor (2 Reyes 18:3), el Señor decidió probarlo para
descubrir todo lo que había en su corazón.
Cuando el rey se
enfermó, el profeta Isaías le anunció que el Señor lo iba a sanar y en tres
días podía ya subir al templo; además le concedió quince años más de vida. Para
confirmar lo prometido, el Señor hizo que la sombra retrocediera diez gradas en
la escala de Acaz (2 Reyes 20:-11). Esta fue la señal maravillosa que fueron a
investigar los príncipes de Babilonia y que provocaron que Ezequías se
enorgulleciera de sus tesoros y les mostrara todo lo de su palacio y su reino.
Como consecuencia sobre las generaciones futuras, recayó la caída de Jerusalén
y la cautividad de Judá.
El punto que yo quiero
resaltar es que podemos hacer muchas cosas correctas y quizá sin darnos cuenta
en nuestro corazón hay algo que al Señor no le guste (orgullo, altivez,
prepotencia, etc.), y buscará la manera de sacarlo a flote. Tal vez por esto
mismo, muchas veces no entendemos cuando Dios nos está llamando al orden y en
vez de agradecerle nos vamos contra Él. Pidámosle al Espíritu Santo sabiduría
para tener el discernimiento necesario y que más bien nos llene de su poder
para no dejarnos llevar por las circunstancias adversas y entenderlas como
disciplina para nuestra vida.
Amado Señor: Permite
que tu Santo Espíritu escudriñe todo lo que hay en nuestros corazones y que
cada uno de nosotros podamos entender cuando nos muestres el orgullo o la
vanidad que aún están escondidos en lo más recóndito de nuestro ser. Perdona
las faltas de las que no somos conscientes y límpianos totalmente. No dudamos
de tu bondad y misericordia. Gracias por tu Palabra buen Dios.
Un abrazo y
bendiciones.
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