El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.Salmo 103:8.
Lectura: Salmo
103:1-22. Versículo del día: Salmo 103:8
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando suceden catástrofes
la gente a menudo se va contra Dios cuestionando su amor y su misericordia. Vale la pena mostrarles con la Biblia en la
mano, la cantidad de versículos donde nos habla de su perdón y compasión. Lo
que pasa es que las personas no entienden por un lado, la soberanía de Dios, y
por otro, el libre albedrío que Él nos ha dado.
En este Salmo podemos
ver todo lo que el Señor hace por nosotros: David dice que lo alabemos con toda
el alma sin olvidar ninguno de sus beneficios, porque hay que reconocer que es Él
quien perdona todos nuestros pecados y sana nuestras dolencias; es Él quien nos
libra de la muerte y nos llena de amor y ternura. Nos colma de bienes; y algo
que nos gusta en especial a las mujeres: nos rejuvenece como a las águilas. Su
amor nunca se apagará; nunca dejará de existir. Nadie puede ofrecernos un amor
más desinteresado y misericordioso como nos lo ofrece el Señor. No está
martillándonos todo el día lo que hicimos mal; al contrario se olvida de las transgresiones
echándolas tan lejos como está el oriente del occidente. Sabe que somos de
barro y que nuestra vida es pasajera como la flor del campo; vuelve y recalca: “Pero el amor del Señor es eterno
y siempre está con los que le temen” (v. 17).
Bien sabemos que el
sol sale para todos, sean buenos o malos. La clemencia de Dios está al alcance
de todos también. El Señor es un caballero y no va a obligarte a que la admitas.
Es decisión de cada uno. Si quieres estar dentro de los que le temen y honran
su Nombre, vas a tener todos esos beneficios de los que habla este Salmo; de lo
contrario te los perderás y muy seguramente ante los desastres naturales
estarás echándola la culpa a Dios que lo único que hace es buscar que lo mires
y aceptes en tu corazón. Te exhorto a que leas y reflexiones sobre este Salmo
tan bello. Pon tu nombre ahí y te darás cuenta de la grandeza y bondad que Dios
quiere regalarte.
Amado Señor: Gracias por los que
están leyendo este devocional pero cuestionan tus designios. Quizá nunca han
entendido el amor que nos diste hasta el punto de morir en la cruz por ellos
también. Te ruego Señor que su entendimiento se abra para que de igual manera
abran sus corazones hacia ti, alcancen la salvación y desde ahora gocen de todo
tus beneficios. ¡Gracias buen Señor por sus vidas!
Un abrazo y
bendiciones.
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