martes, 1 de diciembre de 2015

Su misericordia y amor también son para ti




El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor. 
Salmo 103:8.


Lectura: Salmo 103:1-22.  Versículo del día: Salmo 103:8

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando suceden catástrofes la gente a menudo se va contra Dios cuestionando su amor y su misericordia.  Vale la pena mostrarles con la Biblia en la mano, la cantidad de versículos donde nos habla de su perdón y compasión. Lo que pasa es que las personas no entienden por un lado, la soberanía de Dios, y por otro, el libre albedrío que Él nos ha dado.
En este Salmo podemos ver todo lo que el Señor hace por nosotros: David dice que lo alabemos con toda el alma sin olvidar ninguno de sus beneficios, porque hay que reconocer que es Él quien perdona todos nuestros pecados y sana nuestras dolencias; es Él quien nos libra de la muerte y nos llena de amor y ternura. Nos colma de bienes; y algo que nos gusta en especial a las mujeres: nos rejuvenece como a las águilas. Su amor nunca se apagará; nunca dejará de existir. Nadie puede ofrecernos un amor más desinteresado y misericordioso como nos lo ofrece el Señor. No está martillándonos todo el día lo que hicimos mal; al contrario se olvida de las transgresiones echándolas tan lejos como está el oriente del occidente. Sabe que somos de barro y que nuestra vida es pasajera como la flor del campo; vuelve y recalca: “Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen” (v. 17).
Bien sabemos que el sol sale para todos, sean buenos o malos. La clemencia de Dios está al alcance de todos también. El Señor es un caballero y no va a obligarte a que la admitas. Es decisión de cada uno. Si quieres estar dentro de los que le temen y honran su Nombre, vas a tener todos esos beneficios de los que habla este Salmo; de lo contrario te los perderás y muy seguramente ante los desastres naturales estarás echándola la culpa a Dios que lo único que hace es buscar que lo mires y aceptes en tu corazón. Te exhorto a que leas y reflexiones sobre este Salmo tan bello. Pon tu nombre ahí y te darás cuenta de la grandeza y bondad que Dios quiere regalarte.

Amado Señor: Gracias por los que están leyendo este devocional pero cuestionan tus designios. Quizá nunca han entendido el amor que nos diste hasta el punto de morir en la cruz por ellos también. Te ruego Señor que su entendimiento se abra para que de igual manera abran sus corazones hacia ti, alcancen la salvación y desde ahora gocen de todo tus beneficios. ¡Gracias buen Señor por sus vidas!

Un abrazo y bendiciones.

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