martes, 31 de mayo de 2016

Ella le es fuente de bien




Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. 
Proverbios 31:12.


Lectura: Proverbios 31:10-31.  Versículo del día: Proverbios 31:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Considero que nosotras las mujeres casadas no nos cansaremos de esta lectura. ¡Es que hay tanto por aprender aquí! ¡Cómo quisiéramos ser esa mujer ejemplar! La mujer que dice amar a Dios también debe amar a su esposo y ser ayuda idónea para él, como Dios quiso que fuera desde el momento de su creación. Fijémonos que es “fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida”. No es porque hoy estoy de ‘buenas pulgas’, pero mañana quizá no. O  le seré de bien, ‘dependiendo del día y del ánimo con el que amanezca’. Así no es como Dios quiere que obremos. Dios espera siempre lo mejor y estamos llamadas a ofrecerle lo mejor.
Dice la Biblia que el hombre es cabeza de la mujer como Cristo lo es de su Iglesia. Por lo tanto, así como la Iglesia se somete a Cristo, la mujer debe someterse a su esposo. Siempre he dicho y explicado que este sometimiento no es esclavitud. Es el sometimiento basado en el amor mismo que su esposo le profesa. Las mujeres no debemos ver este sometimiento como pensando que nos tenemos que rebajar o menospreciar; es simplemente actuar en la relación, bajo el papel que nos corresponde. Estamos leyendo Proverbios 31 de donde podemos concluir que el marido antes de querer manipular a su esposa, le da completa libertad para que desempeñe sus funciones como bien le parezca. Ella es hábil administradora: compra campos y los pone a producir; es decidida para el trabajo; misericordiosa con los pobres. Su esposo respetado y admirado por la comunidad porque todos saben lo que él significa para ella y lo hace sentir bien. Lo trata como a rey y él a ella, como reina. En todo lo que habla esta lectura, personalmente no veo nada de esclavitud ni de subyugación. Es diferente someter a subyugar. Yo me somete porque acepto esa autoridad. Y al final tiene su recompensa: “Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas” (v. 29).

Amado Dios y Señor mío: Enséñanos a ver nuestro papel de mujer como Tú lo diseñaste. Queremos ser mujeres ejemplares que demos testimonio con nuestra vida como esposas, madres y administradoras del hogar. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 30 de mayo de 2016

¡Ese es tu amor! Queremos alcanzarlo




El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. 
1 Corintios 12:8.


Lectura: 1 Corintios 12:1-13.  Versículo del día: 1 Corintios 12:8.

MEDITACIÓN DIARIA

Siempre hablamos mucho sobre este capítulo pero quizá no habíamos notado la importancia tan grande del amor; tanto que no importa ni siquiera el conocimiento. Con esto nos demuestra Dios, que por más que se tengan todos los demás dones mientras no se tenga amor, de nada sirve.
Y es que ofrecer la clase de amor que nos describe la Biblia no es fácil. El amor tiene que estar dispuesto a darlo todo. Por ejemplo en una relación: no se puede esperar que sea la otra persona quien ame primero para de igual manera responder. Es muy cierto el dicho que si en el caso de las mujeres queremos que nos traten como reinas, debemos empezar por tratar a nuestro cónyuge como rey. Con frecuencia pedimos mucho, pero no ofrecemos nada. La Nueva Traducción Viviente nos describe más claro estos versículos. “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia” (vv. 4-7 NTV). Si hay que bajarnos a la estatura de la persona que está a nuestro lado, tenemos que hacerlo porque esto es el amor.
La pregunta es, si estamos dispuestos a dar esta clase de amor. Reflexionemos sinceramente y cuando creamos que los demás no nos miran con ojos de agrado, recapacitemos si cada uno en particular, estamos dándolo todo para brindar el amor que Dios quiere que ofrezcamos.

Amado Señor Jesús: El amor que nos describes es la misma esencia tuya. Es el amor incondicional que nos diste sin pedir nada a cambio, Perdona nuestro atrevimiento si queremos asemejarnos para lograr alcanzarlo. No lo hacemos Señor por irrespeto sino porque sabemos que eres feliz cuando cumplimos tu voluntad, y deseas que cada día nos parezcamos más a Ti. Enséñanos ese tu amor buen Señor, ¡queremos alcanzarlo!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 28 de mayo de 2016

La oración es el motor que activa la promesa




Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron. 
Hechos 16:31.


Lectura: Hechos 16:16-40.  Versículo del día: Hechos 16:31.

MEDITACIÓN DIARIA

En la lectura hay dos puntos para destacar: la respuesta de Dios a la alabanza y la conversión. Pablo y Silas en la cárcel a medianoche se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios y el suelo se estremeció. El carcelero creyendo que ellos aprovechando el terremoto se hubieran fugado, quiso matarse, pero Pablo le gritó que no se hiciera daño pues todos estaban ahí. Al escuchar las palabras de Pablo el hombre cayó a sus pies preguntando qué tenía que hacer para ser salvo y le responden: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos”. El Señor obra como quiere y permitió que tanto el carcelero como toda su familia fueran bautizados esa misma noche (vv. 25-31).
Aquí, una promesa más del Señor, y sobre esto es que quiero hace énfasis porque no quiere decir que por la conversión nuestra, ya quedan incluidos los de nuestra casa; no. Es que cuando aceptamos a Jesús y le abrimos la puerta del corazón, Él mismo se encarga por su amor hacia nosotros de tocar también a los demás miembros de la familia. Puede suceder como con el carcelero que toda su familia esa misma noche se convirtió juntamente con él, o que se demore en llegar la promesa. Los tiempos los define Él.
Nos corresponde entonces, ser persistentes en la oración y reclamarle al Señor directamente lo que nos aseguró, haciendo alusión a su Palabra. Nuestra oración se convertirá en el motor que activará la acción de Dios para cumplirnos lo prometido.

Amado Señor Jesús: Gracias porque no se te escapa ningún detalle por insignificante que parezca. Gracias por lo que nos dices en tu Palabra: lo tomamos, confesamos y proclamamos que así es y que se cumplirá totalmente para que todos los nuestros alcancen  también la salvación. ¡Te amamos Señor por tu inmensa bondad!

Un abrazo y bendiciones.