Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.Hechos 16:31.
Lectura: Hechos 16:16-40. Versículo del día: Hechos 16:31.
MEDITACIÓN DIARIA
En
la lectura hay dos puntos para destacar: la respuesta de Dios a la alabanza y
la conversión. Pablo y Silas en la cárcel a medianoche se pusieron a orar y a
cantar himnos a Dios y el suelo se estremeció. El carcelero creyendo que ellos aprovechando
el terremoto se hubieran fugado, quiso matarse, pero Pablo le gritó que no se
hiciera daño pues todos estaban ahí. Al escuchar las palabras de Pablo el
hombre cayó a sus pies preguntando qué tenía que hacer para ser salvo y le
responden: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos”. El Señor
obra como quiere y permitió que tanto el carcelero como toda su familia fueran
bautizados esa misma noche (vv. 25-31).
Aquí,
una promesa más del Señor, y sobre esto es que quiero hace énfasis porque no
quiere decir que por la conversión nuestra, ya quedan incluidos los de nuestra
casa; no. Es que cuando aceptamos a Jesús y le abrimos la puerta del corazón,
Él mismo se encarga por su amor hacia nosotros de tocar también a los demás
miembros de la familia. Puede suceder como con el carcelero que toda su familia
esa misma noche se convirtió juntamente con él, o que se demore en llegar la
promesa. Los tiempos los define Él.
Nos
corresponde entonces, ser persistentes en la oración y reclamarle al Señor directamente
lo que nos aseguró, haciendo alusión a su Palabra. Nuestra oración se convertirá
en el motor que activará la acción de Dios para cumplirnos lo prometido.
Amado
Señor Jesús: Gracias porque no se te escapa ningún detalle por insignificante
que parezca. Gracias por lo que nos dices en tu Palabra: lo tomamos, confesamos
y proclamamos que así es y que se cumplirá totalmente para que todos los nuestros
alcancen también la salvación. ¡Te
amamos Señor por tu inmensa bondad!
Un
abrazo y bendiciones.
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