En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el Señor.Proverbios 17:3.
Lectura: Proverbios
17:1-28. Versículo del día: Proverbios
17:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Dios es experto en
probar corazones y la fórmula perfecta que tiene para hacerlo son las
aflicciones. Alguna vez te has puesto a pensar por qué Dios, pareciera que le
gustara vernos en tribulación, porque llegan y llegan pruebas y uno le
pregunta: ¿Hasta cuándo Señor, y de respuesta obtiene una más? Yo era una de
las que pensaba exactamente así hasta que un día el Señor me enseño que si lo
hacía era porque me amaba más de lo que yo podía imaginar y quería irme
formando hasta pulirme y dejarme completamente aprobada para Él. “El oro, aunque
perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho
más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de
aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele” (1 Pedro 1:7). Además,
siempre lo he dicho: si no fuera por esas benditas pruebas tal vez ni siquiera
estaría escribiendo este devocional. Y sé que su trabajo continuará.
Al estar en aflicción
pueden suceder solamente dos cosas: dar la espalda y decir no más; o voltearnos
humildemente ante Dios y reconocer que por sí solos no somos capaces de soportarla
y que necesitamos como nunca su ayuda. En definitiva, es la manera de estar más
pegados de Dios. Les dejo para reflexionar, las mismas palabras el apóstol
Santiago: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse
con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.
Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e
íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:2-4).
Amado Señor: Bien
sabemos que las pruebas no son fáciles de soportar pero gracias porque a través
de ellas aumentas nuestra dependencia de Ti. Gracias por los momentos de
aflicción que nos llegan porque es la única manera de saber que nuestra fe es
digna de aceptación. Gracias porque sin las pruebas no estaríamos listos para
recibirte como parte de tu Iglesia limpia y resplandeciente. Queremos esperarte
como merecedores de esa gracia que nos
diste sin pedir nada a cambio. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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