viernes, 31 de diciembre de 2010

¿Crees esto?

Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
Juan 11:25-26.


Lectura diaria: Juan 11:1-44. Versículos del día: Juan 11:25-26.


ENSEÑANZA


A través de la muerte y resurrección de Lázaro, el Señor quería glorificar a Dios por su intermedio; el versículo 4 dice: “Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado”. Aunque estas palabras fueron dichas a Marta, la hermana de Lázaro, ella no las pudo comprender en su momento; quizá estaba tan agobiada por la muerte de su hermano que no podía entenderlas. Jesús, hubiese podido salir a prisa cuando supo que su amigo estaba enfermo, sin embargo, tardó dos días en ir a verlo y cuando llegó a Betania y fue al sepulcro ya Lázaro llevaba cuatro días de muerto. Cabe anotar, que ni Marta ni los discípulos y mucho menos los judíos entendieron las palabras del Señor y lo que sucedía alrededor de la muerte de Lázaro. Marta estaba convencida que su hermano resucitaría en el día final (v. 24); sus discípulos creían que Jesús hablaba de estar dormido (vv. 11-16); los judíos buscaban otra cosa más para criticarlo (v. 37). Ante la tumba, al ordenar Jesús retirar la piedra, Marta objetó que ya olía mal; el Señor tuvo que recordarle: “¿No te he dije que si crees verás la gloria de Dios?” (v. 40). Marta al igual que los demás no había entendido lo de “ver la gloria de Dios” y no tenía por qué comprenderla, puesto que aún no se había manifestado. Aprendemos a través de la lectura varias cosas: el Señor nos ama tal como amaba a Lázaro y su familia, esto no lo excluyó de ser probado. Podemos pasar por problemas sin entender como Marta y los demás, el propósito de Dios en la adversidad. Lo importante es saber que el Señor está ahí, en medio, sufriendo con nosotros como lo vimos al ver el dolor de María (lloró). Como enseñanza también nos queda la lección de que Dios no se glorifica en la enfermedad, se glorifica en la sanidad. Si Lázaro resucitó, fue porque su enfermedad cesó. La enfermedad es la causa y la consecuencia la gloria de Dios manifestada en esa causa. No importa qué tan grandes sean los problemas que estemos enfrentando: enfermedad, crisis financiera, crisis emocional, etc. El Dios de los cielos manifestará su poder en sus hijos para que se cumpla su propósito en cada uno de nosotros, para la gloria de Él. Debe ser motivo de alegría y orgullo, el sentirnos utilizados para su honra. ¿Crees esto?

Un abrazo y bendiciones.

P.D. Mañana comenzando un nuevo año, el bosquejo de mis devocionales cambiará. Gracias por leerlos.

jueves, 30 de diciembre de 2010

El buen Pastor

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
Juan 10:11.


Lectura diaria: Juan 10:1-30. Versículo del día: Juan 10:11.


ENSEÑANZA


El buen pastor, aquel que da la vida por sus ovejas es el verdadero pastor. Es el que está dispuesto a entregarse por ellas si fuese necesario; no le importa correr y alcanzarlas hasta que vuelvan nuevamente al redil. ¿Cuántas ovejitas se han extraviado sin que siquiera su pastor lo haya notado? El pastor por excelencia es el Señor Jesús; pero aquí, de este relato, tenemos mucho que aprender. Cada líder se convierte en pastor y por lo tanto debe guardar con sumo cuidado cada miembro de su manada. El primer redil se encuentra en el hogar y es allí donde todo padre y madre deben practicar su pastoreo. Si los hijos ya han escuchado la voz del Señor, quiere decir que le reconocen donde estén y le seguirán y por lo tanto no debemos temer porque el gran Pastor, los cuidará. Pero si por el contrario, vemos que se han alejado y se encuentran extraviados, debemos hacer lo imposible para atraerlos nuevamente, con la ternura y el amor propios del pastor. Nuestra obligación con los hijos tanto de carne como con los espirituales, es estar pendiente de ellos y si ya son completamente renuentes a no hacer parte de ese redil, nos queda el arma más poderosa: la oración. Orar constantemente por ellos, con la certeza de que en algún momento volverán a unirse a su manada porque nuestro pastor mayor, el Señor Jesús, ha dicho: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar” (vv. 28-29). Esta es la convicción: Aunque hayan salido a correr y buscar nuevos pastos, volverán porque nadie, absolutamente nadie, podrá ya arrebatarlas y sacarlas del propio redil. Aprendamos a practicar el verdadero pastoreo y no las dejemos descarriar.


Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Dónde está ese hombre?

–Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro, me lo untó en los ojos y me dijo: “Ve y lávate en Siloé”. Así que fui y me lavé, y entonces pude ver.
Juan 9:11.


Lectura diaria: Juan 9:1-12. Versículo del día: Juan 9:11.


ENSEÑANZA


A lo largo de sus recorridos, Jesús iba sanando a su paso a los que encontraba. En este relato, el Señor nos hace saber que muchas enfermedades son para que la gloria de Dios se manifieste y los que lo vean, crean (v. 3). Claro; hay muchos tan endurecidos y ciegos espirituales que ni siquiera viendo creen. Exactamente como les sucedía a los judíos: veían, oían e incluso lo palpaban pero sus corazones estaban entumecidos y nada podía tocarlos espiritualmente. Este hombre que durante su ministerio aquí en la tierra hizo muchas señales demostrando ser quien dijo ser (el Hijo de Dios), después de su muerte y resurrección también está presente. No lo vemos ni vemos tangiblemente, pero por el mucho bien que le ha hecho a la humanidad, creemos en Él. Precisamente vino en carne para darse a conocer al mundo caído y esperar que todo aquel que le acepte y reciba en su vida, pueda alcanzar la salvación. Jesús no está lejos; está más cerca de lo que podamos imaginarnos. Él conoce el levantar y el sentar; los trajines y descansos; lo que hablamos, aún antes de pronunciarlo (Sal. 139:1-16); Está en el sol que llega para darnos luz y calor; en la lluvia que cae y riega la tierra; en las flores y cascadas. Aún sin entenderlo, está en medio de las dificultades y adversidades diarias. El Señor está ahí, en presente; no en pasado ni en futuro. Es el ahora diario que sigue buscando y llegando con amor al hombre. Desea restaurarlo y darle nueva vida. Busca el rastro de Jesús y déjate llevar por Él. Es Dios verdadero; nació y murió por ti. No lo busques para difamarlo ni ofenderlo. Búscalo porque es la luz verdadera que alumbra aún en la más densa oscuridad. Mira a tú alrededor, y seguro que lo encontrarás. Sanará tu ceguera espiritual y te dará una nueva vida a su lado. ¡Déjate encontrar por Él!


Un abrazo y bendiciones.

martes, 28 de diciembre de 2010

La vanagloria no debe existir en la Iglesia

¿Cómo va ser posible que ustedes crean, si unos a otros se rinden gloria pero no buscan la gloria que viene del Dios único?
Juan 5:44.


Lectura diaria: Juan 5:31-47. Versículo del día: Juan 5:44.


ENSEÑANZA


Los judíos, tanto escribas como fariseos perseguían al Señor porque les hablaba con la verdad; ellos eran demasiado hipócritas y legalistas y no aceptaban que “otro” según sus costumbres, viniese a decirles cómo deberían proceder. Considero que hay algo muy parecido con la realidad actual. En este tiempo, no es al pueblo judío, es al pueblo de Dios al que le gusta exaltarse y creo que tanto afán por levantar mega-iglesias, y cadenas de radio y televisión, deja un sinsabor, prestándose todo esto para críticas y para hablar en contra de la verdadera obra de Dios en su Iglesia. Por lo menos esta es mi apreciación por comentarios que he escuchado en diferentes sitios. La Palabra de Dios sí tiene que extenderse hacia todo el género humano pero no despojando a los fieles de sus pertenencias; es que pareciese que existiera una competencia entre los pastores a ver quién tiene más propiedades y miembros. No estoy de acuerdo con esto y lo dejo en manos del Señor para que sea Él quien juzgue, pero hay que decirlo como prevención porque hay muchas ovejitas sueltas e indefensas andando de un lado para otro. Pablo dijo: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. Personalmente, para mí nunca ha sido un problema el diezmo y si en mi corazón tengo el dar más, lo doy con muchísimo gusto, independiente de lo que haga o no haga la iglesia con él. Mi obligación es darlo porque está en su Palabra. Hasta ahí estoy muy de acuerdo, pero que las iglesias utilicen a sus seguidores para en nombre de Dios, buscar sus propios intereses, es inaudito. Buscan su propia gloria o unos a otros se rinden gloria, pero no buscan la de Dios. Tengamos cuidado con estas prácticas y pidámosle al Señor el discernimiento debido para actuar con la mayor cordura posible. En todo lo que hagamos tengamos presente al Señor, rindiéndole a Él toda la honra y gloria porque es el único que la merece.


Un abrazo y bendiciones.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Levántate y anda

–Levántate, recoge tu camilla y anda –le contestó Jesús.
Juan 5:8.


Lectura diaria: Juan 5:1-15. Versículo del día: Juan 5:8.


ENSEÑANZA


El hombre del relato llevaba inválido treinta y ocho años; esperaba poder meterse a un pozo que era milagroso: cuando el agua se agitaba el primer enfermo en entrar, quedaba sano. Sin embargo, este pobre hombre nunca lo lograba porque otro lo hacía primero. El Señor al enterarse de su situación le preguntó: “–¿Quieres quedar sano?” (v. 6b). Las palabras del Señor fueron contundentes: “Levántate y anda”. Así no más. Y el hombre obedeció y al instante quedó sano. ¿Tienes hoy alguna dolencia? ¿Estás indispuesto y crees que no puedes hoy levantarte? O ¿Quizá llevas mucho tiempo postrado en una cama? O ¿Han afirmado los médicos que ya no tienes cura? No soy yo, es el Señor Jesús quien hoy te dice, y no te dice; te ordena: “Levántate y camina”. Obedécele en el nombre de Jesús, dándole gracias porque su Palabra es verdad y ahí simplemente lo dice: “Levántate y camina”. Su Palabra nunca pasará y está presente para que nosotros nos apropiemos de ella. No tengas miedo a obedecerle a Jesús, simplemente hazlo. El Señor se glorificará en ti.


Un abrazo y bendiciones.