jueves, 30 de diciembre de 2010

El buen Pastor

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
Juan 10:11.


Lectura diaria: Juan 10:1-30. Versículo del día: Juan 10:11.


ENSEÑANZA


El buen pastor, aquel que da la vida por sus ovejas es el verdadero pastor. Es el que está dispuesto a entregarse por ellas si fuese necesario; no le importa correr y alcanzarlas hasta que vuelvan nuevamente al redil. ¿Cuántas ovejitas se han extraviado sin que siquiera su pastor lo haya notado? El pastor por excelencia es el Señor Jesús; pero aquí, de este relato, tenemos mucho que aprender. Cada líder se convierte en pastor y por lo tanto debe guardar con sumo cuidado cada miembro de su manada. El primer redil se encuentra en el hogar y es allí donde todo padre y madre deben practicar su pastoreo. Si los hijos ya han escuchado la voz del Señor, quiere decir que le reconocen donde estén y le seguirán y por lo tanto no debemos temer porque el gran Pastor, los cuidará. Pero si por el contrario, vemos que se han alejado y se encuentran extraviados, debemos hacer lo imposible para atraerlos nuevamente, con la ternura y el amor propios del pastor. Nuestra obligación con los hijos tanto de carne como con los espirituales, es estar pendiente de ellos y si ya son completamente renuentes a no hacer parte de ese redil, nos queda el arma más poderosa: la oración. Orar constantemente por ellos, con la certeza de que en algún momento volverán a unirse a su manada porque nuestro pastor mayor, el Señor Jesús, ha dicho: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar” (vv. 28-29). Esta es la convicción: Aunque hayan salido a correr y buscar nuevos pastos, volverán porque nadie, absolutamente nadie, podrá ya arrebatarlas y sacarlas del propio redil. Aprendamos a practicar el verdadero pastoreo y no las dejemos descarriar.


Un abrazo y bendiciones.

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