domingo, 19 de diciembre de 2010

El verdadero pan

–Yo soy el pan de vida –declaró Jesús–. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed..
Juan 6:35.


Lectura diaria: Juan 6:25-59. Versículo del día: Juan 6:35.


ENSEÑANZA


El Señor les aclara a los judíos que no fue Moisés el que les dio el pan del cielo, hablando del maná del desierto. “El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre. El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo” (vv. 32-33). Pero ¿cuál es ese pan? Jesús mismo les afirmó: “Yo soy el pan de vida”; bajó del cielo enviado por el Padre como el verdadero alimento. Afirma ser ese pan necesario de asir, como pre-augurándoles que su cuerpo sería inmolado para salvación: “También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: –Este pan es mi cuerpo entregado por ustedes” (Lc. 22:19). Se convierte así en el alimento dispuesto en la mesa para que todo el que tenga hambre espiritual llegue hasta Él, lo tome y pueda gozar de la vida eterna. Hoy nos está invitando a su banquete, es tiempo de proveerse ya, del pan que nos permite no volver a tener hambre jamás y gozar de su presencia. Aparte de eso, todo aquel que lo toma para sí, se le concede el derecho a participar en el mejor de los banquetes ofrecido para la novia radiante (su Iglesia), en el gran día de las bodas del Cordero (Ap. 19:7). Ese pan de vida es el mismo Jesús, nacido en un humilde pesebre, enviado como puente entre el Padre y el hombre para salvación de la humanidad y está disponible para ti. Te invito a que aceptes su cuerpo como ofrenda grata de vida eterna. Señor, como aquella gente te pedimos: “danos siempre ese pan”. Tú eres el pan de vida y queremos tomarlo, aceptando lo que Dios Padre hizo por nosotros, al enviarte a calmar el hambre y la sed espiritual que tenemos. Tú eres el verdadero pan de vida eterna. Gracias Jesús.

Un abrazo y bendiciones.

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