miércoles, 15 de diciembre de 2010

La cosecha está lista

¡Abran los ojos y miren los campos sembrados! Ya la cosecha está madura.
Juan 4:35b.


Lectura diaria: Juan 4:27-38. Versículo del día: Juan 4:35b.


ENSEÑANZA


Éstas fueron las palabras del Señor Jesucristo a sus discípulos, cuando todavía estaban en Samaria hacia el tiempo del almuerzo, como para hacerles entender que no importa el lugar ni la hora para llevar el mensaje de salvación. La lección dejada es muy valiosa porque la sed del hombre por Dios es mucha y no hay que perder las oportunidades que se nos presentan para compartir a otros del Señor. Nos insta a abrir los ojos y observar los campos preparados ya para la siega: “Ya el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna” (v.36). Los segadores somos nosotros y en nuestro caso, se aplica perfectamente porque la misma historia del cristianismo en Colombia nos muestra hasta dónde tuvieron que padecer los que sembraron para ahora los que venimos detrás, podamos recoger la cosecha: “Yo los he enviado a ustedes a cosechar lo que no les costó ningún trabajo” (v. 38). Le doy gracias al Señor por haberlo conocido a través de la “Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo”, movimiento profesional que promulgó fuertemente el nacer de nuevo con Jesús y que aún a pesar de haber cambiado su nombre y volverse netamente nacional, nunca ha dejado esa noble misión de compartir a tiempo y a destiempo. Legado que trasmitió a la nueva iglesia de los que se separaron de ella. Hablo del “CENFOL” (Centros cristianos de formación y liderazgo). Sinceramente he pasado por muchas congregaciones y no he encontrado ninguna que enseñe y practique en sus discípulos tanto denuedo para llevar a otros a los píes de Jesús, como lo hizo y hace la Cruzada. Si somos sinceros y de verdad practicamos que debemos “honra al que merece honra”, tenemos que ser agradecidos y orar por la Cruzada y sus líderes porque ésta fue la institución que Dios utilizó para sacarnos a tantos, del letargo tradicional en el que nos encontrábamos. La mayoría de iglesias y aún “mega-iglesias” provienen de semillas sembradas allí. Pasando estrictamente al campo de la cosecha, al compartir, nos encontramos con personas que están ansiosas de Dios y que por lo general han asistido a una u otra reunión donde algo les ha quedado porque la Palabra de Dios no regresa vacía. Así que la lección está dada: Alcemos los ojos y echemos un vistazo; veremos un campo ávido de Dios, con hambre y sed de justicia, listo para que nosotros como discípulos obedientes empecemos a segar.


Un abrazo y bendiciones.

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