sábado, 30 de septiembre de 2017

No es porque sí, es un mandato

Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. 
1 Juan 3:11.

Lectura: 1 Juan 3:11-24: Versículo del día: Juan 3:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Es tan importante el amor en el creyente que tiene que manifestarlo con hechos; hemos pasado de la muerte a la vida y si en el corazón hay odios, rencor, resentimiento quiere decir que todavía no ha conocido la vida, permanece en la muerte. Es tan serio esto que aquí la Palabra nos afirma que el que odia a su hermano es un asesino y los asesinos no tienen parte en la vida eterna (vv. 14-15). No es fácil decir que amamos cuando ni siquiera nos toleramos, nos colaboramos y mucho menos cuando tenemos que perdonar. Del mismo modo que el Señor entregó su vida por nosotros, también debemos de estar dispuestos a entregarla por nuestros hermanos y el Señor no solamente la entregó, también nos perdonó. El amar no es solamente decirlo por decirlo, hay que demostrarlo con hechos y de verdad (vv. 16-18).
La Biblia que es la Palabra de Dios es muy firme y clara en mandarnos que debemos amar: “Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto” (v. 23). No es por si queremos o estamos de humor, es porque es un mandato. Definitivamente delante de Dios, sin amor no somos nada.

Amado Señor: Qué fácil es decir que amamos hasta cuando alguien toca algo muy sensible nuestro. Te pedimos perdón por la cantidad de veces que no hemos amado como nos lo mandas Tú. Enséñanos a practicar el amor por doquiera que vayamos sin distingos de ninguna naturaleza y con actitudes que demuestren un corazón sincero. Gracias por reforzarnos la clase de amor que esperas de nosotros. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 29 de septiembre de 2017

El más dulce y bello amor

Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor. 
Cantares 8:6.

Lectura: Cantares 8:1-7.  Versículo del día: Cantares 8:6.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Qué hermoso poema es el Cantar de los Cantares! No solamente nos sirve para ver la relación entre esposos, también es la de nuestro Amado Señor con su novia, la Iglesia. Esa Iglesia de la cual tanto tú como yo hacemos parte y por lo mismo podemos igual decirle a nuestro Novio todas estas palabras amorosas con las que la Sulamita conquista a Salomón. Y es que ella de por sí se deja cortejar por su bien amado rey. Y nosotros ¿qué podemos decirle a nuestro Rey?
Sabemos que el amor que el Señor Jesús nos ofrece es un amor sin precedentes: el mejor de los amores, el que lo da todo sin exigir nada a cambio; el amor que nunca deja de ser. Del mismo modo, ¿por qué no retribuirle ese amor?, búscalo en medio del jardín en la mañana o en la tarde: “Me encanta sentarme a su sombra; dulce a mi paladar es su fruto” (Cantares 2:3); y si quieres en la noche también: “Ven, amado mío; vayamos a los campos, pasemos la noche entre los azahares” (Cantares 7:11). Dile que lo amas, que es todo para ti; halágalo con palabras dulces y tiernas: ¡“Cuán hermoso eres, amado mío! ¡Eres un encanto!” (Cantares 1:16). Hazle saber que necesitas su protección y sus abrazos: “¡Ojalá pudiera mi cabeza reposar sobre su izquierda! ¡Ojalá su derecha me abrazara!” (v. 3 en la lectura de hoy). Es que no hay obstáculo ni momento inoportuno para decirle cuánto lo amamos, cuánto deseamos estar en sus brazos y sentir su calor divino. Él es el amor que nunca nos traiciona, que nunca está ocupado ni el que nos dice: vuelve más tarde, te atenderé mañana. ¡Jesús, es el que lo da todo por amor!

Mi Amado Señor: Gracias por tenerte tan cerca y poder hablarte como al mejor de los enamorados. Gracias por ese amor que siempre nos ofreces sin pedir nada a cambio. Gracias porque siempre estás ahí, dispuesto a esperarnos, a soportarnos. En verdad, ni las muchas aguas pueden apagar tu amor ni los ríos extinguirlo. Tu amor, el más dulce y bello de los amores, porque ¡Tú eres hermoso Amado mío!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Nada es comparable con la gloria venidera

También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. 
ROMANOS 5:3. NTV.


Lectura: Romanos 5:1-5.  Versículo del día: Romanos 5:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Ayer mencionaba algo sobre esto, diciendo que en los sufrimientos también nos alegrábamos y hoy aunque repetitivo quiero extenderme un poco más en el versículo del día. Mirando este mismo capítulo en otra versión, vemos que el sufrimiento produce perseverancia y la perseverancia entereza de carácter que nos lleva hacia nuestra esperanza segura de salvación.
Volví a retomar esta porción de la Biblia porque hablando con mi hijo sobre personas utilizadas por el Señor y firmes en su fe, han muerto. Supe de algunos casos en que se oró sin cesar por ellas convencidos de un milagro y aun de una resurrección pero nada de esto sucedió. Y entonces llegamos a la conclusión de dos cosas innegables: la primera, que Dios es soberano por encima de quien sea y como sea. La segunda, que es la más bonita, es precisamente saber y entender que el sufrimiento puede llevarnos incluso a la muerte, pero que allí nos encontraremos con nuestro buen Señor porque nada es comparable en esta tierra a la gloria que nos espera cuando llegue el momento de partir. Mi hijo me comentaba de un padre que oró por tiempos para que su hijita se alentara de una leucemia y murió. Más tarde se le preguntó a este señor qué pensaba sobre lo ocurrido o si había cuestionado a Dios por esa decisión, y este padre gozoso expresó que nada se comparaba al saber que su hija ya no padecía ningún dolor porque lo más importante era su salvación y él sabía que estaba gozando con Jesús. Es que si entendiéramos lo que encierra ‘ser salvos’, seguro que aprenderíamos a despegarnos de muchas cosas materiales que nos atan y que al final se quedarán acá.
Todos estos testimonios me hicieron nuevamente recordar a mi amado sobrino Andresito que sufrió mucho con su cáncer de estómago, pero que gracias a la misericordia de Dios, recibió a Jesús en su corazón y partió con Él hacia la gloria futura. Yo te animo a que tengas presente esta porción de la Biblia, porque que si ha sido tu caso el de orar por un ser querido y cristiano que el Señor decidió llevárselo, entiende que esa persona está gozando directamente de la presencia de Dios y que allí en ese lugar no habrá más llanto, dolor ni angustia porque el Señor estará a su lado por siempre. ¡Nada es comparable con la gloria venidera!      

Señor Jesús: ¡Que alegría saber que estás tan pendiente de cada uno de los tuyos! Gracias buen Señor por la esperanza de un amanecer a tu lado en un sitio radiante y hermoso como es la patria celestial. Gracias por hacernos entender lo que verdaderamente encierra toda la palabra ‘salvación’. Llévanos de tu mano para que andemos siempre a la par Contigo y que cuando ya no sintamos tu mano, sea porque tus brazos nos están acogiendo a tu lado. ¡Hermoso eres amado Señor! ¡Bendecimos tu Nombre por los siglos de los siglos!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La alegría que produce nuestra fe

Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios. 
Romanos 5:2 NTV.

Lectura: Romanos 5:1-11.  Versículo del día: Romanos 5:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Por medio de Jesucristo tenemos paz con Dios porque hemos sido declarados justos por la fe. También por la fe ahora nos regocijamos en la bendita esperanza de participar de la gloria de Dios. De la misma manera nos alegramos también en el sufrimiento, porque ese sufrimiento conlleva a resistir con firmeza y fortalecer nuestra esperanza segura de salvación (vv. 3-4). Nada de esto merecíamos, solo el infinito amor de Dios permitió que siendo pecadores su Hijo Jesús muriera en nuestro lugar (v.8). Hermosas las palabras de Pablo al afirmarnos: “Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios” (v. 11).
Vale la pena recordar que después de la caída la relación del hombre con Dios se interrumpió y un gran abismo nos separaba. Pero con Jesús al morir en la cruz por nuestros pecados, hemos cruzado ese abismo por el único camino existente para llegar al Padre (Juan 14:6). Asimismo  cuando tú decides recibir a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida, por la fe en Él, tu relación con Dios se restablece y entras a gozar de su paz, de su justicia y de la esperanza de participar de su gloria en la vida eterna. Eso es, alegría tras alegría.

Amado Señor: Cada amanecer es un día más para agradecerte tanto bien que nos has dado. Definitivamente viniste a darlo todo por nosotros. Enséñanos a entender ese amor dado inigualable a cambio de nada. Señor bendito que los del mundo puedan conocerte de tal manera que también se regocijen en Ti que eres Dios y Salvador. Utilízanos en tu obra. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 26 de septiembre de 2017

El morir con Cristo es doble ganancia

Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. 
1 Juan 3:2.

Lectura: 1 Juan 3:1-10.  Versículo del día: 1 Juan 3:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Estaba leyendo este capítulo y recordé el audio pasado del pastor Navalon donde nos habla precisamente de esa linda promesa en que seremos semejantes a Jesús. Y sus palabras me recordaron a mi sobrino fallecido cuya enfermedad de cáncer lo disminuyó físicamente y murió no siendo ni la más remota sombra de lo que fue en vida saludable. Pero sí, qué alegría saber que cualquier enfermedad, dolencia, síndrome o amputación que hayamos tenido aquí en la tierra, será vencida por la presencia misma del Señor Jesucristo cuando nos encontremos con Él.
Esta bendita esperanza nos permite querer purificarnos cada día aborreciendo el pecado, practicando la justicia y amando al hermano (vv. 4-10). Y es que así debe ser: si amamos a Jesús y le seguimos, queremos ser como Él; aunque nuestra naturaleza carnal nos quiera arrastrar, tenemos al Señor quien nos ayudará y fortalecerá.  Somos miserables pero ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! (Romanos 7:24-25). “El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo” (v. 8 en la lectura). El Señor Jesucristo derrotó al pecado y derrotó a la muerte para que nosotros nos gocemos y deleitemos en el momento de partir. Definitivamente: ¡el morir con Cristo es doble ganancia! Salvos por Él y semejantes a Él.

Amado Señor: Es hermoso saber que este cuerpo mortal ya no nos seguirá martirizando en el momento de nuestro encuentro Contigo. ¡Bendita esperanza Señor! Tus palabras son fortaleza para el agobiado que las ha vivido y para sus familiares que las han compartido. Gracias, muchas gracias bendito Dios. Haznos entender cada día lo importante que es vivir a plenitud la gracia derramada en nosotros los que te conocemos y aceptamos como Salvador. Es el regalo más maravilloso recibido desde aquí en esta travesía. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Reconociendo a Jesús, reconocemos también al Padre

Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. 
1 Juan 2:23.

Lectura: 1 Juan 2:1-29.  Versículo del día: 1 Juan 2:23.

MEDITACIÓN DIARIA

El Evangelio de las Buenas Nuevas es precisamente dar a conocer a Jesús como el Hijo de Dios venido al mundo para salvar al hombre pecador. Todo el Nuevo Testamento nos habla acerca de Jesús, de su ministerio y de la misión encomendada a quien le sigue. Por tanto el que no reconoce a Jesucristo como el Hijo de Dios no puede decir que tiene al Padre. El Señor Jesús lo dijo: “El Padre y yo somos uno” (Juan 10:30); “―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: Muéstranos al Padre?” (Juan 14:9).
Por eso empieza esta Carta también del apóstol Juan diciéndonos que no pequemos, pero que si llegamos a pecar tenemos a un intercesor: el Señor Jesús. Nos insta además a obedecerle cumpliendo sus mandamientos, si es que en verdad le conocemos. Por tanto la exhortación es ya que estamos en tiempos finales de no amar al mundo y cuidarnos de los engañadores (vv. 1-19 en la lectura). “Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre”;  “En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó” (vv. 24 y 27). La mejor manera de permanecer en Él es conociendo lo que nos dice su Palabra y siendo hacedores de ella.
Que ahora sea el momento de activarnos definitivamente con los ojos puestos en el autor y consumador de la fe. Ya el mundo y sus atracciones materiales deben de ser desplazadas para buscar con rostro sincero al que ha de venir muy pronto por nosotros. En especial, yo motivo a todo el que siga estos devocionales a compartirle a los que no lo conocen porque en verdad, el día se acerca.

Amado Señor: No solamente reconocemos que eres el Hijo de Dios, muerto y resucitado por nuestros pecados para darnos salvación, sino también entendemos que tu Evangelio debe de ser propagado por doquier para que sean muchos más los que conozcan al Padre al recibirte a Ti como Señor y Salvador de sus vidas. Gracias te doy bendito Dios por las personas que están leyendo el devocional y te ruego que en todos, pongas el deseo incansable de llevar tu mensaje de amor y redención. ¡Bendito eres buen Señor! ¡Te alabamos y glorificamos por siempre!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Justificados por medio de la fe en Jesucristo

Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es solo para los que son de la ley, sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común delante de Dios, tal como está escrito: Te he confirmado como padre de muchas naciones. Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.. Romanos 4:16-17.

Lectura: Romanos 4:1-25.  Versículos del día: Romanos 4:16-17.

MEDITACIÓN DIARIA

Nosotros, como gentiles también somos parte de la descendencia de Abraham. Cuando creemos en el Señor Jesucristo somos justificados por la fe en Él; hay una promesa de parte de Dios. Abraham nunca desfalleció, al contrario, esto le sirvió para afianzar su fe; él creyó y esperó aunque era consciente de los años que tenía y de la matriz infértil de Sara (vv. 18-19): “Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido” (vv. 20-21). Igualmente, “Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación” (vv. 24-25). Vale la pena revisar lo que nos dice Efesios 2:8-9: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”.
Entonces la pregunta es: ¿Crees en Jesucristo como el Hijo de Dios, muerto y resucitado? Estamos en el periodo de la gracia; y gracia es regalo, don, bondad. Llegará el momento en que no estará la gracia derramada aquí en la tierra y todo va a ser muy diferente. Perdona que insista, persista y no desista de llamar al arrepentimiento. Dios lo ha puesto en mi corazón y me es difícil seguir sin volver a lo mismo. Es una obligación, una misión que Dios me encomendó a través de mis devocionales.
Si nunca has entendido lo que es recibir a Jesús en tu corazón, por regalo de Dios Padre para que Él te justifique a través de su Hijo y deseas hacerlo en este momento, te invito a orar:

Señor Jesús: acepto que soy pecador y reconozco que eres el Hijo de Dios quien vino a salvarme. Creo en tu muerte y resurrección y te recibo en mi corazón como Señor y Salvador. Gracias por perdonarme, limpiarme y justificarme ante Dios Padre. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida. ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Es tiempo de actuar

Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres!
Proverbios 14:21.

Lectura: Proverbios 14:1-35.  Versículo del día: Proverbios 14:21.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que todos nos acongojamos y dolemos al ver a tanta gente en este momento sin un techo en donde pasar la noche o sin una bolsa de leche para darle a sus hijitos. Es más, en otras ciudades ni siquiera tienen luz para refrescarse o hacer una comida, y el agua también escasea. Dios nos manda amar al prójimo. Nuestro prójimo no solo es quien está más cerca; es también el que está lejos, en necesidad y ha sufrido una calamidad. Hay un buen dicho que dice: ‘hoy por mí, mañana por ti’; y así es. Dios quien no se queda con nada guardado retribuirá con creces lo que hagamos. “Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza” (v. 23). Creo que es el momento de actuar y de mirar al prójimo; podemos empezar por los que están a nuestro alrededor. Quizá aquella familia que lo perdió todo o quizá la vecina más próxima que sabemos es adulto mayor y se encuentra sola en su casa. Tal vez, en la localidad se encuentren centros de acopio donde se pueden llevar víveres no perecederos y elementos de aseo. Quizá haya una cuenta para depositar alguna ayuda. Ante tanta catástrofe suscitada últimamente lo menos que podemos hacer es quedarnos con los brazos cruzados. Aprendamos que: “honra a Dios quien se apiada del necesitado” (v. 31b).
Tenemos que demostrar que somos cristianos: “Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones?... Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil” (Santiago 2:14 y 17 NTV).
Por otro lado, en esa misma Carta de Santiago se nos dice: “Escúchenme, amados hermanos. ¿No eligió Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe? ¿No son ellos los que heredarán el reino que Dios prometió a quienes lo aman?” (Santiago 2:5). Esto quiere decir que los pobres o necesitados también necesitan alimento espiritual. Somos llamados a ir y compartirles el mensaje de salvación sin distingos de ninguna naturaleza. Preguntémonos si estamos listos para obrar conforme a lo que Dios nos manda. Los tiempos no son nada buenos y corre apresuradamente. No nos hagamos los de la vista gorda: es tiempo de actuar.

Amado Señor: bien sabemos que eres Tú quien pones el querer como el hacer para que se cumpla tu buena voluntad. Te rogamos que nos des la capacidad de ir y buscar al necesitado no solo de bienes materiales sino también espirituales y afectivos. Enséñanos a marcar la diferencia con los del mundo. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

Afiancemos nuestra relación con Dios

Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 
1 Juan 1:3.

Lectura: 1 Juan 1:1-10.  Versículo del día: 1 Juan 1:3.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Juan nos habla del Verbo (Jesucristo), que es vida. Él fue discípulo del Señor y estuvo con Él hasta su muerte. Después también fue testigo de su resurrección y contempló su ida al cielo. Por eso nos habla de esta manera. Nosotros como creyentes también podemos hablar y afirmar las maravillas que el Señor Jesús ha hecho en nuestras vidas y eso es lo que proclamamos. Su mensaje es de luz y de comunión con Dios. Si vivimos en oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. Pero si seguimos creyéndonos muy buenos y que no hemos pecado nos engañamos (vv. 5-8). En cambio: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (v. 9).
Es tiempo de reconocer que Dios es santo y que el hombre es pecador. De reconocer que hay un gran abismo entre los dos. De reconocer que Jesús es el puente para llegar a Dios Padre. De reconocer que somos pecadores pero que la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. Y por supuesto, reconocer que de esta manera podemos tener comunión con el Padre y con el Hijo.
La comunión es la perfecta unión; es la relación que Dios espera que tengamos con Él. Búscale y seguro lo encontrarás.

Amado Dios: Enséñanos a reconocer que eres un Dios de luz y de amor y que necesitamos afianzar nuestra relación Contigo a través de Jesucristo. Queremos que nuestros lazos de unión estén fuertemente ligados para de esta manera unirnos con los demás hermanos en amor fraternal. Gracias Jesús porque tu preciosa sangre nos perdona y limpia de todo pecado.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Para que no nos coja por sorpresa

Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él. 
2 Pedro 3:14.

Lectura: 2 Pedro 3:1-18.  Versículo del día: 2 Pedro 3:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Dice el apóstol Pedro en su Segunda Carta: “Pero el día del Señor vendrá como un ladrón” (v. 10). Un ladrón no avisa cuando va a llegar. Cuando el Señor venga, lo hará sorpresivamente y el mundo no estará preparado para ese acontecimiento: habrá división y destrucción. Para los cristianos será diferente; por eso el apóstol Pablo también se refirió al tema: “Ahora bien, hermanos, ustedes no necesitan que se les escriba acerca de tiempos y fechas,  porque ya saben que el día del Señor llegará como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:1-2). La advertencia es para estar preparados. Nosotros tenemos la sabiduría y el discernimiento divino y no podemos seguir en lo que hace el mundo. En el Evangelio de Mateo el Señor mismo afirma que será como en los días del diluvio: todos estaban en sus quehaceres diarios; comían, bebían y se casaban. No supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será la venida del Hijo del hombre (Mateo 24:37-39).
Este mensaje es para ti mi hermano que aún no tomas las cosas del Señor en serio. Es para ti, amigo, familiar o conocido que no has querido entender la verdad de la Palabra de Dios y consideras que el cristianismo es una religión más, sin comprender que es una relación personal con Jesucristo. Yo te insto, quien quiera que seas que dispongas tu corazón para Dios; que aceptes a su Hijo Jesús en tu vida y te prepares para que no te coja por sorpresa.
“Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable y esperando ansiosamente la venida del día de Dios?” (vv. 11-12 en la lectura); “Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él” (v. 14).

Amado Señor: Mi corazón se conduele y llora por tanta catástrofe sucedida últimamente. Pero Señor, me duele más, que a pesar del hombre ver todo lo sucedido a su alrededor, no se humilla ante Ti y baja su orgullo para aceptarte como Señor y Salvador. Oro por mis hermanos de México, de La Florida, de Houston, de las Islas Menores, de Puerto Rico. Reconocemos tu poder y soberanía y mi Dios pedimos perdón por los pecados de esta tierra y clamamos tu compasión y misericordia. Pon un corazón de carne y ablándalo para que se arrepienta. Esperamos en Ti. ¡Gracias buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 19 de septiembre de 2017

Justicia de Dios por medio de Jesucristo

Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios. 
Romanos 3:22-23.

Lectura: Romanos 3:9-31.  Versículos del día: Romanos 3:22-23.

MEDITACIÓN DIARIA

La Biblia es muy clara en afirmar que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Pero también nos da la solución, porque mediante la fe en el Señor Jesucristo podemos ser salvos. Este es el regalo más maravilloso de nuestro Papá Dios. Desde el mismo momento de la caída del hombre en el Edén, nos prometió un Salvador y no dudó un momento en mandar a su Hijo Jesús a morir en nuestro lugar.
Por eso mismo, en el Evangelio de Juan leemos lo siguiente, hablando de Jesucristo: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12). Podemos considerarnos muy buenos, siguiendo una religión, haciendo buenas obras, grandes filósofos, etc. (vv. 10-18), pero nada de esto nos acerca a Dios. No hay ni un solo justo y precisamente por esto, tuvo que venir el Salvador como puente entre Dios Santo y el hombre pecador. El sublime puente existente es Jesucristo. Él dijo ser el único camino para llegar al Padre (Juan 14:6).
Si dejamos el orgullo a un lado, la falsa humildad, la devoción engañada y admitimos que somos pecadores, entonces, podemos decirle a Jesús que aceptamos lo que Él hizo en la cruz en reemplazo nuestro y conseguiremos llegar al Padre; porque: “si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (Romanos 10:9-10).
No existe otra alternativa o solución. Te pregunto: ¿Deseas que Dios te justifique mediante la fe en Jesucristo? ¿Quieres atravesar el puente con Jesús de la mano? Te invito a orarle así:

Señor Jesús: Hoy confieso con mi boca y creo  en mi corazón que eres el Hijo de Dios muerto por mis pecados y levantado de entre los muertos para darme salvación. Te acepto Jesús en mi vida como mi Señor y Salvador personal. Ven a mí, perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por perdonarme y limpiarme. Gracias por darme una nueva vida a tu lado. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 18 de septiembre de 2017

¡Levántate amada mía!

¡Mira, el invierno se ha ido, y con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado! Ya se escucha por toda nuestra tierra el arrullo de las tórtolas. 
Cantares 2:11-12.

Lectura: Cantares 2:8-13.  Versículos del día: Cantares 2:11-12.

MEDITACIÓN DIARIA

En nuestras vidas hay épocas de sol y épocas de frío. De frío intenso con lluvias, tormentas y borrascas. Creo que todos las pasamos. Pero miremos lo que hace nuestro Amado Señor: Él va tras de nosotros buscándonos y atisbando por el camino sin perdernos de vista (vv. 8-9). A veces creemos que nos ha abandonado y que estamos solos, sin embargo, no es así. Nuestro Jesús nos dice que nos levantemos, que ya no hay más invierno; que ha llegado el tiempo de la canción. Tenemos que ser optimistas y ante todo tener fe y confianza en nuestro Dios. Él promete una hermosa primavera en donde hará florecer cada una de las áreas marchitadas. Levantémonos valientemente y esforcémonos; no vamos errantes. Tenemos al frente un camino sólido y despejado. “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. Isaías 41:10.
Como su novia prometida, a ti y a mí, Jesús nos dice: ¡Levántate amada mía, no tengas miedo!

Gracias bendito Señor. Gracias porque tu Palabra es reconfortante y prometedora. Porque si Tú lo dices yo lo creo y lo confieso. Gracias porque eres la fortaleza y el sostén de mi hogar. Porque mi familia se regocija en Ti como Señor y Salvador. Tú dices y se hace. Gracias porque el tiempo de la canción ha llegado; las vides fragantes están en flor y vamos de tu mano por los campos en verdor. ¡Gracias buen Señor porque Contigo salimos adelante!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Somos elegidos y llamados

Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 
2 Pedro 1:5-7.

Lectura: 2 Pedro 1:1-11.  Versículos del día: 2 Pedro 1:5-7.

MEDITACIÓN DIARIA

Dice al apóstol que nosotros ya somos parte de la naturaleza divina porque Dios nos ha entregado ya sus preciosas y magníficas promesas para que escapemos de la corrupción del mundo (vv. 3-4). Entonces, por eso debemos buscar fe, virtud, entendimiento, dominio propio, constancia, devoción a Dios, amor fraternal y amor. Cualidades que nos permitirán crecer en el conocimiento del Señor Jesucristo y que evitarán que seamos inútiles e improductivos en el llamamiento (v. 8). ¿Crees que no tienes ningún llamamiento? No te dejes engañar, todos lo tenemos. Si Dios nos eligió tenemos que cogernos de esas cualidades porque son las que nos abrirán las puertas del reino de quien es nuestro Señor y Salvador; nosotros estamos en el grupo privilegiado de Dios: somos sus escogidos y por lo tanto los llamados a servirle. Por consiguiente debemos esforzarnos por agradarle en todo lo que hagamos. Esas ocho cualidades descritas son la base para que podamos vincularnos como verdaderos discípulos del Señor y permitir que Él nos utilice en su obra. Empecemos con la fe a buscarlas hasta que completemos el ciclo y lleguemos al amor que es en últimas el que nos mueve a ser mejores e íntegros, y a la vez, a tener compasión por los que sufren y por los que están alejados de Dios. Dispongámonos con un  corazón sensible y abierto a escuchar su voz para dejarnos llevar de su mano y entender cuál es su propósito. Él desea usarnos y nos corresponde darlo todo para cumplir su labor. Somos elegidos y llamados.

Señor Jesús: Gracias por habernos elegido y entender que tenemos que crecer para que puedas hacer en nosotros la obra completa, de acuerdo al llamamiento de cada uno. Somos miembros de un solo cuerpo Señor, que aprendamos a dar todo el amor que encierras Tú para que ese cuerpo no se debilite sino que tome más fuerza. Fuerza que nos permita atraer a los débiles hacia tu reino. Gracias por tu Palabra sembrada en nuestros corazones. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.     

viernes, 15 de septiembre de 2017

¡Cuidado con lo que pronunciamos!

El  que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. 
Proverbios 13:3.

Lectura: Proverbios 13:1-6.  Versículo del día: Proverbios 13:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Siempre debemos tener en cuenta qué hablamos porque las palabras tienen poder bien sea de vida o de muerte. Por eso no podemos hablar por hablar sino pensar antes de abrir la boca. Bendecir es bien decir como maldecir es mal decir. Muchas veces ni siquiera nos damos cuenta que estamos maldiciendo con palabras a personas que amamos, incluso a nuestro cónyuge o a nuestros hijos. Un ejemplo, decirle a un niño: ‘no tienes arreglo’ o ‘eres un inútil’ se constituyen en maldición. Tenemos que cortar con todos estos malos hábitos y estar recordando la Palabra de Dios con versículos que nos cambien el ‘chip’ porque “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).
Como muy seguramente incluso sin intención alguna hemos pronunciado frases como las descritas, tenemos no solamente que pedirle perdón a Dios por ellas, sino romperlas en el nombre del Señor Jesucristo para que libere totalmente a los agredidos. Que nuestro hablar siempre sea con palabras sinceras, honestas. Palabras que bendigan constantemente; que transmitan la bondad y el amor de Dios.

Amado Señor: Enséñanos a ser prudentes con nuestros labios. Que siempre estemos listos para bendecir y aprendamos a callar sin dejarnos llevar por palabras de las que más tarde tengamos que arrepentirnos. Instrúyenos en entender el valor que tienen las palabras dichas, para que cada día nos propongamos a regalar mensajes que den vida, levanten y animen. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Alerta en medio de la prueba

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. 
Santiago 1: 2-4.

Lectura: Santiago 1:1-8.  Versículos de día: Santiago 1:2-4.

MEDITACIÓN DIARIA

Bueno, en nuestros países no alcanzamos a imaginar lo que puede ser un huracán y creemos simplemente que puede ser un fuerte viento. No, no es un viento es un ciclón y más este ‘Irma’ que quería arrollar con todo. Gracias a Dios vimos la misericordia de nuestro Señor con este pueblo. La cuestión es que por lo menos para mí, sí fue una prueba muy dura porque nunca lo había vivido tan cerca. Con mi esposo e hijo y otros familiares que viven aquí en Miami nos fuimos más para arriba, hacia Orlando. Cuando estábamos allá las noticias decían que seguiría en esa dirección y mi sobrino logró ubicarnos a todos en el hotel donde él trabaja y en verdad desde allá fue menos impactante el paso del huracán.
Ahora, después de lo sucedido y regresar a Miami, valoro mucho más a Jesús el Salvador. Y si soy sincera necesité que otros me abrieran los ojos y me hicieran entender todas las cosas bellas que Dios había puesto en estos ocho días. Aquí fue cuando entendí también el versículo que dice: “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe” (1 Pedro 5:8-9). Quizá por mi temperamento soy muy sensible a las cosas que veo e inmediatamente las tomo muy a pecho. Si hubo algo que tanto a mi esposo como a mí nos llamó la atención cuando llegamos aquí fue la limpieza, el orden y el verde que rodea esta península. Ahora al regreso de Orlando y encontrar a lo largo tanto árbol caído, semáforos sin servir y fuera de eso supermercados sin nada, nada de alimentos en los anaqueles, fue impactante y triste. El caso es que me dejé llevar por la tristeza y hasta esta mañana porque me lo hicieron entender, logré comprender a ciencia cierta todo el propósito que Dios había programado en medio de este huracán. Entendí cómo me estaba dejando llevar por mis emociones y se me había olvidado por completo la obra maravillosa del Señor resguardándonos de tanto daño. Mi fe empezó a tambalear y poco tenía de firme porque sencillamente Satán supo exactamente por cuál lado atacarme; anduvo como león rugiente buscando la ocasión, y se la abrí. Él conoce mi área sensible y yo ingenuamente caí en su trampa.
Les comparto esto para que siempre por más firmes que nos creamos no bajemos la guardia. Hoy no había podido hacer mi devocional por inconvenientes en el apartamento pero gracias a Dios porque les puedo compartir sobre esto. El enemigo busca robarle toda la gloria al Señor. El Señor puso a nuestro alrededor miles de ángeles invisibles unos y en persona otros que nos tendieron su mano bondadosa al paso de ‘Irma’. Además de esto, tuvimos la oportunidad de orar todos los que nos reunimos y compartirles a muchos de ellos no cristianos, el Evangelio de las Buenas Nuevas. ¡Claro! Satán no podía dejar que la gloria se la llevara el Señor y me hizo tropezar. No se les olvide: manténganse alerta para que Satán no los coja de sorpresa.

Señor Jesús. Antes que nada quiero pedirte perdón por dejar que Satán se robe lo que te corresponde. Gracias porque hiciste por nosotros más de lo pedido en esa estadía allí en Orlando. Gracias porque preservaste nuestras vidas y quizá le dijiste al enemigo como en el caso de Job: puedes hacer lo que quieras, pero no toques sus vidas. ¡Gracias buen Dios! Gracias porque esta prueba de fe nos ayuda a crecer y a ser cada día más constantes y firmes. Que tu Nombre sea exaltado mucho más, después de esta tormenta. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 12 de septiembre de 2017

Que todo lo que respire alabe tu Nombre

¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! 
Salmo 150:6.

Lectura: Salmo 150:1-6.  Versículo del día: Salmo 150:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Tal vez nos pareciera que solamente nosotros somos los únicos que podemos alabar a Dios y reconocerlo como Tal. Mi madre contaba que en una ocasión estaba en el campo y un rayo cayó de un momento a otro; o sea sin tormenta ni lluvia, y vió  a una gallina hincarse y cacarear mirando al cielo como pidiendo protección de Dios. Para mi madre este episodio la marcó terriblemente. Creo que lloró al ver esa escena. Igual dice mi esposo que sucede en el Llano: el ganado percibe antes un temblor y ellos se hincan también, bramando al Creador. Recien convertida al Señor, escuché el testimonio de un muchacho que se fue a orar a un jardín lleno de flores y decía que allí se sentía la presencia del Señor y se quebrantó cuando de pronto las flores empezaron a doblarse todas como reconociendo quién se hallaba en ese lugar. Con todos estos episodios empecé a entender lo que era: “¡Que todo lo que respira alabe al Señor!”.
Te pregunto: ¿Tú le alabas? Mira que eres el único ser que tiene poder de raciocinio, y si lo hacen los animales y las plantas, ¿por qué no lo haces tú? Que este día no vaya a terminar sin que tu alabanza se haga notoria. Dios está esperando por ella.

¡Aleluya! ¡Alabado sea nuestro Dios creador de cielos, mares y tierras! ¡Queremos alabarte y exaltarte bendito Señor Rey del universo! Gracias por darnos la capacidad no solo de dialogar Contigo sino también la de reconocerte como el Amo y Señor de la Creación.

Un abrazo y bendiciones.

Es un llamado al arrepentimiento

Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. 
Romanos 1:18-19.

Lectura: Romanos 1:18-32.  Versículos del día: Romanos 1:18-19.

MEDITACIÓN DIARIA

No podía dejar pasar toda esta tragedia del huracán Irma, sin hacer también un llamado a todos los que leen este devocional para que se reflexione si se está viviendo al modo de Dios, o al contrario, haciendo lo que le gusta al mundo. Dios es un Dios bueno y santo. Su santidad no puede aceptar de ningún modo el pecado. Me explico: Dios ama al pecador pero odia el pecado. Bajo esta razón Él le ha ido dando al hombre la capacidad de entender la magnitud de su obra: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (v. 20). Sin embargo, dice la Escritura el hombre se ha alejado de Él, de manera tal que Dios está afuera y el que se cree invencible y poderoso es él. Siguió su propio camino: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios” (vv. 21-22).
Continúa: “Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros” (v. 24); y aunque parezca muy duro sigue diciendo así: “Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión” (vv. 26-27). Es que ese no fue el orden en la creación de Dios y mientras se violen sus leyes, lo único que queda es un libertinaje que no conduce a nada bueno. “Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican” (v. 32). Dios nos habla muy claro y no hay vuelta de hoja en sus palabras.
Entendamos que dentro de su misma ira va su infinita misericordia y estas catástrofes también hacen reaccionar y voltear nuevamente los ojos al Creador del universo, con el fin de que el hombre se arrepienta. En tus manos está el tomarlo o dejarlo.

Amado Señor: En verdad tu Palabra es más cortante que espada de dos filos, pero gracias porque es el Manual que nos dejaste para saber cómo comportarnos. Permite que al ser humano se le abran los ojos y el entendimiento para que vean y comprendan lo que Tú deseas de cada uno, reconozca su pecado y tenga una comunión sincera Contigo. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Gracias, muchas gracias ¡Bendito Dios!

Alaben al Señor, porque el Señor es bueno; celebren con música su precioso nombre. 
Salmo 135:3. NTV.

Lectura: Salmo 135:1-21.  Versículo del día: Salmo 135:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Cómo no darle gracias al Señor en este momento, cuando despierto y compruebo su bondad y su grandeza. Una vez más ha manifestado su amor y compasión hacia sus hijos: “Yo conozco la grandeza del Señor: nuestro Señor es más grande que cualquier otro dios. El Señor hace lo que le place por todo el cielo y toda la tierra, y en los océanos y sus profundidades. Hace que las nubes se eleven sobre toda la tierra. Envía relámpagos junto con la lluvia y suelta el viento desde sus depósitos” (vv. 5-7).
Solo quedan palabras de agradecimiento para en verdad exaltar tu precioso Nombre y que todos conozcan que no hay otro aparte de Ti. “Tu nombre, oh Señor, permanece para siempre; tu fama, oh Señor, se conoce en cada generación” (v.13).

Mi Señor Tu grandeza no se puede comparar. No solamente me demuestras que me sanas sino que siendo el Dios Poderoso tuviste misericordia y nos guardaste en el paso de este temible huracán. Pusiste ángeles a nuestro alrededor; no exclusivamente los invisibles sino a todos los que utilizaste para tendernos su mano bondadosa. Tú estabas en cada uno de ellos.  Gracias, muchas gracias bendito Dios.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Mi Papito consentidor y guardador

Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía! 
Salmo 34:4. (Traducción en lenguaje actual) TLA.

Lectura: Salmo 34:1-22.  Versículo del día: Salmo 34:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Siendo sincera ayer en la mañana al despertar tenía miedo y cuando empezó a sonar la alarma del Estado me confundí y lloré. Resolví levantarme a bañarme rápido y mientras me bañaba le oraba al Señor pidiéndole me calmara y misericordia por esta tierra. Haciendo una cosa y otra, organizando nuevamente otra salida, se pasó el tiempo y ya era hora de salir para el hotel donde trabaja mi sobrino puesto que su jefe, nos había conseguido una habitación para resguardarnos un poco más del huracán. Después de la llegada nos invitaron a una comida y para sorpresa le avisaron a mi sobrino que tenía a su disposición otra habitación. Así que pudimos repartirnos y estar todos mucho más cómodos, sin gastar un céntimo porque es cortesía del hotel. Todo esto fue como un llamado de mi Señor para decirme: ‘aquí estoy; no te he dejado ni abandonado’. ¡Gloria al Señor! Él es fiel y si dice que jamás nos dejará es porque así es.
“Ustedes, pueblo de Dios, vengan y prueben su bondad”; “Dios siempre cuida a los suyos y escucha sus oraciones”; “Dios escucha a los suyos y los libra de su angustia”. “Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza. Los que son de Dios podrán tener muchos problemas, pero él los ayuda a vencerlos. Dios cuida de ellos y no sufrirán daño alguno” (vv. 10, 17-20). Amén.
Puedo decir como David en el Salmo: “Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía!”. Nuestro Dios es Grande, Poderoso y Misericordioso. Aparte de eso es mi Papito Consentidor.

Gracias Papito Dios por tenerme en cuenta y por ser tan especial. Gracias porque eres el Dios en quien me refugio, mi fuerza, mi libertador y más alto escondite. Como David, también ¡yo estoy muy orgullosa de Ti! ¡Todo el tiempo te bendeciré! ¡Mis labios siempre te alabarán!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Escucha mi plegaria Padre amado

Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada. 
2 Pedro 3:10.

Lectura: 2 Pedro 3:1-18.  Versículo del día: 2 Pedro 3:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Leyendo esta segunda Carta del apóstol Pedro y viendo todos los acontecimientos que están pasando, sin estar segura como muchos otros de que se acerca el día en que el Señor vendrá, pienso de todas maneras que es bueno tener en cuenta lo que aquí se nos dice: “Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él. Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación” (vv. 14-15). Y es que en estos casos el hombre tiende a cuestionar a Dios en vez de entender que todo esto acontece porque Él en su infinita misericordia, espera a ver si por fin el ser humano le reconoce como Dios, se arrepiente de sus pecados y acepta la obra redentora de su Hijo Jesucristo.
Para nosotros, los creyentes, nos exhorta: “Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (vv. 17-18). Más claro no nos puede hablar su Palabra.
El Señor permita que este devocional llegue no solo a mis hermanos en la fe, sino a amigos, conocidos y familiares que aún no reconocen a Jesús de Nazaret como el Salvador de sus vidas.

Amado Dios: Perdona el pecado de esta tierra. En tu infinita misericordia te ruego que abras los ojos y los oídos de todos aquellos que están cegados y sordos espiritualmente. Buen Señor, que entiendan que eres el Creador del universo Poderoso y Soberano. Que eres paciente esperando que el corazón endurecido de los hombres se torne sensible y vuelva los ojos hacia Ti, aceptando el gran amor que tuviste al enviarnos a tu Hijo para morir por nuestros pecados. Gracias Padre por escuchar esta plegaria. ¡A Ti sea la gloria y la alabanza ahora y para siempre!

Un abrazo y bendiciones. 

viernes, 8 de septiembre de 2017

Buenas noticias a tiempo y a destiempo

Por medio de Cristo, Dios nos ha dado a nosotros, como apóstoles, el privilegio y la autoridad de anunciar por todas partes a los gentiles lo que Dios ha hecho por ellos, a fin de que crean en él y lo obedezcan, lo cual dará gloria a su nombre. 
Romanos 1:5. NTV.

Lectura: Romanos 5:1-17.  Versículo del día: Romanos 1:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo hablándoles a los romanos de las buenas noticias. “La Buena Noticia trata de su Hijo. En su vida terrenal, él fue descendiente del rey David, y quedó demostrado que era el Hijo de Dios cuando fue resucitado de los muertos mediante el poder del Espíritu Santo. Él es Jesucristo nuestro Señor” (vv. 3-4). ¡Ay! Si el mundo entendiera esta buena noticia no tendría necesidad de rendirle culto a imágenes ni a hombre alguno. El único capaz de morir en una cruz por nuestros pecados fue como dice el apóstol: Jesucristo nuestro Señor. Nadie más se ha inmolado pensando en el resto de la humanidad. Y lo más preciado: ¡su tumba está vacía!
Como sucesores de Pablo y discípulos del Señor nos corresponde continuar este legado donde quiera que vayamos. No podemos callar porque de lo contrario el Señor nos pedirá cuentas. Somos portadores de buenas nuevas y eso tenemos que expresarlo: “Pues siento una gran obligación tanto con los habitantes del mundo civilizado como con los del resto del mundo, con los instruidos y los incultos por igual” (v. 14). Tú y yo, si ya conocimos el Evangelio de la gracia démoslo a conocer a los que están a nuestro alrededor. No puede haber nada que nos detenga, ni tierra que se estremezca ni vientos huracanados ni lluvias torrenciales. Al contrario, pensemos en estas personas en el caso que mueran y tengan que ir a rendirle cuentas a Dios. Que todo escenario se convierta en ocasión para que otros lleguen a sus pies.

Amado Señor: aquí estamos. Listos a hacer tu voluntad y a predicar tu Palabra con el denuedo que nos enseñó el apóstol Pablo. Tú eres el Dios que salvas, sanas, que liberas de demonios y calmas vientos y tempestades. En medio de la tragedia queremos compartir lo que has hecho con nuestras vidas para que todos sepan que no eres un dios cualquiera, eres el Dios Santo, Poderoso, Misericordioso y Amoroso por los siglos de los siglos. Utilízanos y danos el valor sea a tiempo o a destiempo de glorificarte. ¡Bendecimos tu Nombre Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Acatamos tu soberanía Señor

Depositen en en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 
1 Pedro 5:7.

Lectura: 1 Pedro 5:1-11.  Versículo del día: 1 Pedro 5:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Es difícil a veces estar completamente calmados. El Señor que nos conoce no nos juzga por esto pero sí quiere que depositemos en Él todo lo que nos esté causando angustia o estrés. En momentos como los actuales, donde la furia de la naturaleza se hace sentir fuertemente es cuando en verdad debemos recurrir al que es Poderoso para calmar vientos y tempestades.
Tengo que reconocer que yo he estado estresada. Donde primero se me nota esto es en mi rostro. No solamente es la llegada del Huracán Irma; ayer nació mi segundo nietecito y bueno, ha tenido un poquito de dificultad para respirar. Sabemos que Dios está al tanto del bebé y sin embargo, mi fe se disminuye. Me siento agotada, cansada como si hubiese andado miles de kilómetros. El ajetreo de organizar la salida de casa; el viaje de por sí largo con tanto tráfico en la carretera; la incertidumbre de si tenemos que seguir hacia arriba donde no llegue Irma. Esto sin tener en cuenta a mi precioso bebé nacido. Llega el momento en que como ahora le digo al Señor: ‘me rindo, sigue Tú por mí porque mis fuerzas no dan más’. Pero oigo una voz en su Palabra que me dice que es ahí, cuando tengo que estar alerta y no dejarme engañar por el enemigo. Él va a usar mi debilidad para hacerme dudar y quebrantar mi fe (v. 8).
Mi buen Dios me responde como siempre: aquí estoy a tu lado; no te dejaré ni te desampararé. Yo mismo te restauraré y te haré firme, fuerte y estable (v. 10). Solo confía en mí y sigue adelante.

Amado Señor: Gracias por tenerte conmigo. Gracias por ofrecerme tu amor incondicional y por ser mi Torre fuerte. Oro buen Dios por la salud del bebé y porque tengas misericordia de esta tierra. Oro por todos los que ya se han afectado con la furia de ese huracán y por los damnificados de Houston. En tus manos está mi Señor detenerlo; pero si es tu voluntad que siga, acatamos tu soberanía. Haznos entender el camino que debemos seguir. ¡Bendito eres por toda la eternidad!

Un abrazo y bendiciones.