miércoles, 27 de septiembre de 2017

La alegría que produce nuestra fe

Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios. 
Romanos 5:2 NTV.

Lectura: Romanos 5:1-11.  Versículo del día: Romanos 5:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Por medio de Jesucristo tenemos paz con Dios porque hemos sido declarados justos por la fe. También por la fe ahora nos regocijamos en la bendita esperanza de participar de la gloria de Dios. De la misma manera nos alegramos también en el sufrimiento, porque ese sufrimiento conlleva a resistir con firmeza y fortalecer nuestra esperanza segura de salvación (vv. 3-4). Nada de esto merecíamos, solo el infinito amor de Dios permitió que siendo pecadores su Hijo Jesús muriera en nuestro lugar (v.8). Hermosas las palabras de Pablo al afirmarnos: “Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios” (v. 11).
Vale la pena recordar que después de la caída la relación del hombre con Dios se interrumpió y un gran abismo nos separaba. Pero con Jesús al morir en la cruz por nuestros pecados, hemos cruzado ese abismo por el único camino existente para llegar al Padre (Juan 14:6). Asimismo  cuando tú decides recibir a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida, por la fe en Él, tu relación con Dios se restablece y entras a gozar de su paz, de su justicia y de la esperanza de participar de su gloria en la vida eterna. Eso es, alegría tras alegría.

Amado Señor: Cada amanecer es un día más para agradecerte tanto bien que nos has dado. Definitivamente viniste a darlo todo por nosotros. Enséñanos a entender ese amor dado inigualable a cambio de nada. Señor bendito que los del mundo puedan conocerte de tal manera que también se regocijen en Ti que eres Dios y Salvador. Utilízanos en tu obra. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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