Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.
1 Juan 2:23.
Lectura: 1
Juan 2:1-29. Versículo del día: 1 Juan
2:23.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
Evangelio de las Buenas Nuevas es precisamente dar a conocer a Jesús como el
Hijo de Dios venido al mundo para salvar al hombre pecador. Todo el Nuevo
Testamento nos habla acerca de Jesús, de su ministerio y de la misión
encomendada a quien le sigue. Por tanto el que no reconoce a Jesucristo como el
Hijo de Dios no puede decir que tiene al Padre. El Señor Jesús lo dijo: “El
Padre y yo somos uno” (Juan 10:30); “―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya
entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre.
¿Cómo puedes decirme: Muéstranos al Padre?” (Juan 14:9).
Por eso
empieza esta Carta también del apóstol Juan diciéndonos que no pequemos, pero
que si llegamos a pecar tenemos a un intercesor: el Señor Jesús. Nos insta
además a obedecerle cumpliendo sus mandamientos, si es que en verdad le
conocemos. Por tanto la exhortación es ya que estamos en tiempos finales de no
amar al mundo y cuidarnos de los engañadores (vv. 1-19 en la lectura). “Permanezca
en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán
también en el Hijo y en el Padre”; “En
cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no
necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les
enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó” (vv. 24 y
27). La mejor manera de permanecer en Él es conociendo lo que nos dice su
Palabra y siendo hacedores de ella.
Que ahora
sea el momento de activarnos definitivamente con los ojos puestos en el autor y
consumador de la fe. Ya el mundo y sus atracciones materiales deben de ser
desplazadas para buscar con rostro sincero al que ha de venir muy pronto por
nosotros. En especial, yo motivo a todo el que siga estos devocionales a
compartirle a los que no lo conocen porque en verdad, el día se acerca.
Amado
Señor: No solamente reconocemos que eres el Hijo de Dios, muerto y resucitado
por nuestros pecados para darnos salvación, sino también entendemos que tu
Evangelio debe de ser propagado por doquier para que sean muchos más los que conozcan
al Padre al recibirte a Ti como Señor y Salvador de sus vidas. Gracias te doy
bendito Dios por las personas que están leyendo el devocional y te ruego que en
todos, pongas el deseo incansable de llevar tu mensaje de amor y redención.
¡Bendito eres buen Señor! ¡Te alabamos y glorificamos por siempre!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario