sábado, 16 de septiembre de 2017

Somos elegidos y llamados

Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 
2 Pedro 1:5-7.

Lectura: 2 Pedro 1:1-11.  Versículos del día: 2 Pedro 1:5-7.

MEDITACIÓN DIARIA

Dice al apóstol que nosotros ya somos parte de la naturaleza divina porque Dios nos ha entregado ya sus preciosas y magníficas promesas para que escapemos de la corrupción del mundo (vv. 3-4). Entonces, por eso debemos buscar fe, virtud, entendimiento, dominio propio, constancia, devoción a Dios, amor fraternal y amor. Cualidades que nos permitirán crecer en el conocimiento del Señor Jesucristo y que evitarán que seamos inútiles e improductivos en el llamamiento (v. 8). ¿Crees que no tienes ningún llamamiento? No te dejes engañar, todos lo tenemos. Si Dios nos eligió tenemos que cogernos de esas cualidades porque son las que nos abrirán las puertas del reino de quien es nuestro Señor y Salvador; nosotros estamos en el grupo privilegiado de Dios: somos sus escogidos y por lo tanto los llamados a servirle. Por consiguiente debemos esforzarnos por agradarle en todo lo que hagamos. Esas ocho cualidades descritas son la base para que podamos vincularnos como verdaderos discípulos del Señor y permitir que Él nos utilice en su obra. Empecemos con la fe a buscarlas hasta que completemos el ciclo y lleguemos al amor que es en últimas el que nos mueve a ser mejores e íntegros, y a la vez, a tener compasión por los que sufren y por los que están alejados de Dios. Dispongámonos con un  corazón sensible y abierto a escuchar su voz para dejarnos llevar de su mano y entender cuál es su propósito. Él desea usarnos y nos corresponde darlo todo para cumplir su labor. Somos elegidos y llamados.

Señor Jesús: Gracias por habernos elegido y entender que tenemos que crecer para que puedas hacer en nosotros la obra completa, de acuerdo al llamamiento de cada uno. Somos miembros de un solo cuerpo Señor, que aprendamos a dar todo el amor que encierras Tú para que ese cuerpo no se debilite sino que tome más fuerza. Fuerza que nos permita atraer a los débiles hacia tu reino. Gracias por tu Palabra sembrada en nuestros corazones. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.     

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