Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
2 Pedro 1:5-7.
Lectura: 2
Pedro 1:1-11. Versículos del día: 2
Pedro 1:5-7.
MEDITACIÓN
DIARIA
Dice al
apóstol que nosotros ya somos parte de la naturaleza divina porque Dios nos ha
entregado ya sus preciosas y magníficas promesas para que escapemos de la
corrupción del mundo (vv. 3-4). Entonces, por eso debemos buscar fe, virtud,
entendimiento, dominio propio, constancia, devoción a Dios, amor fraternal y
amor. Cualidades que nos permitirán crecer en el conocimiento del Señor Jesucristo
y que evitarán que seamos inútiles e improductivos en el llamamiento (v. 8).
¿Crees que no tienes ningún llamamiento? No te dejes engañar, todos lo tenemos.
Si Dios nos eligió tenemos que cogernos de esas cualidades porque son las que
nos abrirán las puertas del reino de quien es nuestro Señor y Salvador;
nosotros estamos en el grupo privilegiado de Dios: somos sus escogidos y por lo
tanto los llamados a servirle. Por consiguiente debemos esforzarnos por
agradarle en todo lo que hagamos. Esas ocho cualidades descritas son la base
para que podamos vincularnos como verdaderos discípulos del Señor y permitir
que Él nos utilice en su obra. Empecemos con la fe a buscarlas hasta que
completemos el ciclo y lleguemos al amor que es en últimas el que nos mueve a
ser mejores e íntegros, y a la vez, a tener compasión por los que sufren y por
los que están alejados de Dios. Dispongámonos con un corazón sensible y abierto a escuchar su voz
para dejarnos llevar de su mano y entender cuál es su propósito. Él desea
usarnos y nos corresponde darlo todo para cumplir su labor. Somos elegidos y
llamados.
Señor
Jesús: Gracias por habernos elegido y entender que tenemos que crecer para que
puedas hacer en nosotros la obra completa, de acuerdo al llamamiento de cada
uno. Somos miembros de un solo cuerpo Señor, que aprendamos a dar todo el amor
que encierras Tú para que ese cuerpo no se debilite sino que tome más fuerza.
Fuerza que nos permita atraer a los débiles hacia tu reino. Gracias por tu
Palabra sembrada en nuestros corazones. ¡Te alabamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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