sábado, 31 de mayo de 2014

Su fidelidad y misericordia predominarán



Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación,  quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. 
2 Corintios 1:3-4.


Lectura: 2 Corintios 1:1-24. Versículos del día: 2 Corintios 1:3-4.

MEDITACIÓN DIARIA

Nuestro Padre Celestial es compasivo con nosotros.  Está al tanto de lo que nos pasa y como buen Padre no duda en abrirnos sus brazos cada vez que lo necesitamos. El mismo Señor Jesucristo y el Padre eterno nos darán consuelo eterno para animarnos y fortalecernos de tal manera que tanto de palabra como de obra hagamos lo que es bueno (2 Tesalonicenses 2:16-17).
Esto lo manifiesta Dios y lo hace con los suyos, porque sabe que también tenemos que servir de consuelo a otros. No todos gozan de este privilegio; somos nosotros, los hijos de Dios, que por sus infinitas misericordias nos consuela en todas las tribulaciones porque Él es Dios de toda consolación.  Miremos que no dice en ‘algunas’, es en ‘todas’ y todas es todas; así que ninguno de nuestros sufrimientos se le escapan a nuestro buen Dios.  Considero que entre más fuerte sea la aflicción, más estará el Señor allí acompañándonos y su Santo Espíritu Consolador, nos dará la entereza para resistir y seguir adelante. “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos” (2 Corintios 4:8-9).   Esta es la gran diferencia con los del mundo; pero precisamente para eso es que tenemos que afrontar el reto: para ir a consolar especialmente a los de afuera; a los que no tienen a Dios como Padre, a los que no conocen el poder de su Hijo Jesús obrando en las vidas; a los que no saben que el Espíritu Santo es el Gran Consolador.
“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,  pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:2-4).  No es fácil, yo misma les digo que no lo es; pero así como sé que no es fácil, también puedo dar testimonio que su amor y bondad no se harán esperar. Además de esto recordemos que Dios no se queda con nada guardado y que sus promesas se cumplirán: “Todas las promesas que ha hecho Dios son «sí» en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos «amén» para la gloria de Dios” (v. 20 en la lectura de hoy).  Dios es fiel y su mensaje también lo es.

Amado Padre celestial: Te damos gracias por ser tus hijos y recibir el privilegio de ser consolados directamente por ti en todas nuestras aflicciones.  Enséñanos a ver tu mano misericordiosa en cada una de ellas y a tener la certeza que estás a nuestro lado consolándonos, para que de igual manera, podamos hacerlo con nuestro prójimo.  ¡Gracias buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 30 de mayo de 2014

Firmes en la fe




Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.   Hagan todo con amor. 
1 Corintios 16:13-14.


Lectura: 1 Corintios 16:5-18.    Versículos del día: 1 Corintios 16:13-14.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo dentro de sus recomendaciones no solo nos exhorta a permanecer firmes sino a ser valientes y fuertes. Dicen por ahí que la vida es de los valientes; pero para ser valientes y fuertes, tenemos que estar firmemente parados, sostenernos en la fe que poseemos y esto solo lo alcanzamos fortaleciéndonos día a día con el gran poder del Señor (Efesios 6:10), ya que por medio del Espíritu con el poder de sus riquezas gloriosas, nos fortalecemos también, en lo íntimo de nuestro ser (Efesios 3:16). No podemos permitir que Satanás nos vea asustados porque se cogerá de esto, para hacer que nuestra fe se debilite y caernos encima.    
El Señor es nuestro mejor amigo, seamos fieles a Él y por el mismo amor ofrecido sin ni siquiera merecerlo, también demos amor en todo cuanto hagamos.

Amado Señor: Gracias porque eres nuestro Dios verdadero, fiel y justo. Llénanos de tu Santo Espíritu para poseer la fe, la fidelidad, el valor y la fuerza  que necesitamos para conducirnos llenos de amor y entrega hacia los demás.

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 29 de mayo de 2014

¡Exaltemos a una su Nombre!




Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. 
Salmo 34:4.


Lectura: Salmo 34:1-22.  Versículo del día: Salmo 34:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Mi hermano que vive en el Eje Cafetero, fue intervenido ayer quirúrgicamente en una cirugía igual a la mía. No sé si la artrosis de cadera es hereditaria, pero mi padre y nosotros tres, ya fuimos operados.  Mi hermano tenía muchísimo temor frente a la clínica, cirujano y anestesiólogo ya que nunca había pasado por un quirófano. Estuvimos orando con familiares y amigos, y gracias a Dios todo salió muy bien. Él buscó al Señor y el Señor lo escuchó: le dio paz, confianza y tranquilidad. Esta mañana al hablar con él me pidió el favor que hiciera el devocional en agradecimiento al Señor por haber sentido su protección en todo el proceso.  No solo tengo que darle gracias por lo hecho con mi hermano sino también conmigo y todos nosotros.
Por su misericordia tan grande, su amor incondicional, su bondad inmensa: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.  Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán” (vv. 1-2).
A tantos que no confían en Él, que están viviendo circunstancias adversas llámense de salud, de finanzas, de sentimientos, les digo con mi corazón: “Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian” (v. 8).  Sí, ¡vengan, búsquenlo que Él se deja encontrar!   Quien se acoge bajo sus brazos no quedará defraudado.  “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.  Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” (vv. 18 y 19). No podemos negar que vivimos en un mundo lleno de aflicciones y de angustias, pero tenemos al Más Grande que aboga por nosotros. 
“Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre” (v. 3).

Amado Señor: Muchas gracias por mirarnos con ojos de amor y ternura; muchas gracias por saber que estas alrededor nuestro para librarnos del mal; gracias porque aunque nosotros no somos fieles contigo, Tú sigues igual, sin cambiar y mostrando tu misericordia cada mañana.  Renovando nuestras fuerzas en cada nuevo amanecer.  ¡Gracias buen Señor!  Eres tan bueno que nos faltan palabras para agradecerte tanta bondad.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Adultos en el pensar, niños en la malicia




Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar. 
1 Corintios 14:20.


Lectura: 1 Corintios 14: 1-25.  Versículo del día: 1 Corintios 14:20.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo hablándonos sobre los dones de profecía y de lengua, nos hace ver que es indispensable ser sabios para ejercerlos porque podemos en vez de edificar, derrumbar.  Y a raíz de lo mismo, nos exhorta a no ser niños en el modo de pensar; a actuar correctamente como personas ya maduras, lo que debemos tener en cuenta en múltiples situaciones. 
No podemos obrar como niños cuando sabemos que ya no lo somos.  Una mujer u hombre de cuarenta años, no puede tener actuaciones de un adolescente porque en vez de exaltarlo, lo va a poner en ridículo. Si no está bien visto en la vida común y corriente, tampoco lo estará en la vida cristiana.  Siempre tenemos que ir de acuerdo con lo que ya hemos aprendido y con lo que el mismo tiempo se encarga de enseñarnos.  En mis primeros pasos por el cristianismo me graficaron una mano donde empezando por el dedo meñique se decía que la Palabra de Dios es para: oírla, leerla, estudiarla, memorizarla y meditarla; con el fin (ya todo esto en la palma de la mano), de ponerla en practica.  Esta es la manera de alimentarnos y de llegar a la adultez espiritual. 
Bien dice Pablo que seamos niños en la malicia.  La persona adulta maquina el mal en su mente mientras que un niño obra inocentemente; por eso el Señor dijo que el reino de los cielos es de los que son como niños (Mateo 19:14).  El desarrollo cristiano poco a poco va permitiéndonos crecer y llegar a la adultez para actuar sensatamente. Dejemos que el Señor crezca en nuestras vidas, mientras nosotros vamos menguando. “El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él” (Juan 14:23).

Amado Señor: Permite que cada día crezcamos en madurez espiritual y que sepamos discernir completamente el mal de modo que no le demos cabida a la malicia en nuestra mente. También enséñanos a comportarnos como hombres y mujeres fuertes, valientes y con criterios definidos para enfrentarnos al adversario y no dejarnos incitar por el mal.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 27 de mayo de 2014

La envidia, empaña al amor




El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.  No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 
1 Corintios 13:4-5.


Lectura: 1 Corintios 13:1-13.  Versículos del día: 1 Corintios 13:4-5.

MEDITACIÓN DIARIA

El amor que nos describe este capítulo de Corintios es el perfecto. Sin embargo, ¡cuánto cuesta tener esta clase de amor!  Por lo general, lo que más lo empaña es la envidia.  Al respecto, he podido observar  mujeres que les gusta ser el centro de atracción siempre, y cuando otra que las supera en belleza y personalidad surge, entonces quieren menospreciarla, y se empieza por envidia a hablar de ella sacando defectos a diestra y siniestra, solo por el hecho de querer apabullarla. ¡Qué tristeza!  No se dan cuenta que el daño mayor se lo están haciendo ellas mismas.  Lo más crítico, considero, es que algunas tratan de apaciguar sus sentimientos ofreciendo ayuda a otros, pero como dice aquí en la lectura: “Si reparto entre los pobres todo lo que poseo,… pero no tengo amor, nada gano con eso” (v. 3). Muy seguramente sus corazones están llenos de amargura, orgullo, rudeza y quieren apaciguar su conducta de esa manera. No nos dejemos contaminar por el odio, el egoísmo, el rencor ni el enojo: “El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad” (v. 6).  
El amor es virtud, es fruto, es don y el más excelente de todos. Definitivamente no somos nada, si no tenemos amor.  Alcanzar el amor descrito en 1 Corintios 13, no es fácil; pero debemos cada día buscar la excelencia y dentro de la excelencia indudablemente está el amor. Es el segundo mandamiento más importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).

Amado Señor: El amor perfecto es el que tú nos ofreces.  Permite que en nuestros corazones brote ese mismo amor tuyo para amar al prójimo como deseas que lo hagamos. El amor es el camino más excelente que nos espera,  enséñanos a conducirnos por él.

Un abrazo y bendiciones.