Después de esto, José de Arimatea pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Él fue y retiró el cuerpo con el permiso de Pilato. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y tres kilogramos de una mezcla de mirra y áloe.
Juan 19:38-39. NVI.
Lectura: Juan 19:31-42. Versículos del día: Juan 19:38-39.
ORACIÓN
Mi Buen Señor
Jesús: mi corazón se quebranta igual que cuando era pequeña y veía las
películas de tu pasión y muerte. Ahora, al paso del tiempo, cada día entiendo mucho
más todo lo hecho por Ti, solamente con la misión de venir a salvarme de las
garras del enemigo. Mi Señor, tanta humillación, tantos insultos, tantas
burlas, tantas heridas causadas por esa corona de espinas, por los latigazos
que soportaste, la pesada cruz que tuviste que cargar, los clavos enterrados en
tus manos sanadoras y en tus pies, que no se cansaron de andar haciendo el
bien. Sin embargo, hoy entiendo que todo eso que padeciste es poco al lado de
tu sufrimiento, porque el hombre caído no quiere reconocerte como el Salvador
que Eres. ¡Cuánto te duele tanta indiferencia hacia Ti!Y… ¿Cómo lo sabrán si no
hay quien les predique tu Palabra? ¿Si no hay obreros que lleven tu mensaje de
salvación? Señor Jesús: toma mi vida; es Tuya; te pertenece y haz de mí un
instrumento Tuyo. Permite que por donde quiera que yo pase, las Buenas Noticias
de tu Evangelio deje una semilla; puede ser una muy pequeña como la del grano
de mostaza para que crezca y dé fruto al cien por ciento; para que como árbol
frondoso pueda dar sombra y aliento al cansado y menesteroso. Hoy solo tengo palabras para decirte con el
corazón muchas gracias, bendito Señor Jesús. ¡Utilízame en tu obra! ¡Dame el
denuedo para compartir de Ti! Gracias, gracias, gracias. ¡Te adoro y te exalto
bendito Señor y Rey!
Un abrazo y bendiciones..