Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él; pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas.
Juan 2:23-24. NTV.
Lectura: Juan 2:23-25.
Versículos del día: Juan2:23-24.
MEDITACIÓN DIARIA
Dice el versículo
siguiente: “No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues
él sabía lo que había en el corazón de cada persona” (v. 25). Igual sucede con
cada uno de nosotros. Él sabe exactamente cómo somos y lo que hay en nuestro
corazón. Sin embargo, su misericordia no tiene límite alguno; hace lo imposible
para que podamos conocerlo y llegar a sus pies.
Yo te aconsejo, que no
dejes que te lleguen tiempos difíciles para voltear los ojos hacia nuestro Jesús
y aceptarlo en la vida como Señor y Salvador. Él vino a morir por ti; al Señor
no le interesan las tradiciones ni los ritos; tampoco le interesa saber de qué
religión eres. Ninguna religión te salva; el que salva es el Señor Jesucristo,
por eso, Jesús está interesado en que le conozcas y tengas una relación
personal con Él, en donde puedan reunirse a hablar los dos. Jesús se convierte
en el mejor de los amigos, en el papi o la mami que quizá te han defraudado. Él
es sincero y no te defraudará. Te invito a que le abras el corazón y le permitas
vivir a tu lado. Oremos:
Señor Jesús:
entiendo que me amas y yo te necesito. Te abro la puerta de mi vida para que seas
mi Señor y Salvador. Gracias porque moriste en una cruz para cubrir todas mis
faltas. Toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que deseas que
yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna a tu lado.
Un abrazo y bendiciones.
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