Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.
Juan 3:5-6 NTV.
Lectura: Juan 3:1-12. Versículos del día: Juan 3:5-6.
MEDITACIÓN DIARIA
Nicodemo no entendía cómo
podía suceder esto (v. 9) y créanme que es una parte que solamente la revela el
Espíritu Santo. El nuevo nacimiento es un milagro en la vida de la persona que
acepta y recibe a Jesús en su corazón. “Así que no te sorprendas cuando digo: ‘Tienen
que nacer de nuevo’. El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que
oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes
explicar cómo las personas nacen del Espíritu” (vv. 7-8). Miremos lo que nos
dice Juan en el capítulo 1: “Pero a todos los que creyeron en él y lo
recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un
nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino
por medio de un nacimiento que proviene de Dios” (vv. 12-13). Un nacimiento que
proviene de Dios con una vida espiritual a través del Espíritu Santo.
Es el Espíritu Santo el
que toca a cada persona que desea que Jesús sea su Señor y Salvador. Quien lo
recibe de este modo, tendrá la vida eterna. Te pregunto: ¿deseas hacerlo? Te
invito a orar así:
Señor Jesús:
entiendo que tengo que nacer de nuevo para llegar a ser hijo de Dios y por ende
gozar de la vida eterna a tu lado. Gracias porque moriste en la cruz por mis
pecados. Creo en Ti y te recibo en mi corazón para que seas mi Señor y
Salvador. Toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que deseas que
yo sea. Gracias Señor por perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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