Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.Proverbios 31:30.
Lectura diaria: Proverbios 31:10-31. Versículo principal: Proverbios 31:30.
REFLEXIÓN
No se puede decir que encontrar encanto y gracia en cualquier persona no es agradable y
más cuando se trata de una mujer. Aun
así, los hombres no solo se fijan en estos dones y la belleza cuando buscan una
relación seria, sino que, escudriñan en el interior para saber a ciencia cierta
si es la mujer con la que quieren formalizar un hogar y la que será la madre de
sus hijos.
Se ven a diario mujeres poco
atractivas físicamente pero que tienen un encanto interior que brota a
borbotones. Su simpatía y don de gentes
junto con su personalidad arrolladora tapa cualquier defecto físico. Ahora, la Biblia aquí nos dice que: “la mujer
que teme al Señor es digna de alabanza”.
Esto nos hace ver el panorama de la mujer de otra manera: no solamente
importan todos sus encantos porque por encima está el temor a Dios y es el que
hay que buscar a costa de lo que sea.
Estoy segura que los hombres rebuscarán
una mujer agraciada pero temerosa de Dios y es porque esta es la mejor carta de
presentación y sobre la que ellos pueden vivir más confiados, sabiendo que su
integridad siempre va a estar inspirada por el Señor y va a querer agradarle a
Él haciendo lo mejor para llevar consigo lo que implica un hogar. De ahí la
importancia entre los creyentes de obedecer el mandato de no casarse en yugo
desigual.
Recordemos a la reina Ester. Su caso es excepcional porque Dios la utilizó
para que sirviera de mediadora entre su pueblo y el rey Asuero y así librar al
pueblo judío del exterminio. Ester llegó
a ser escogida como reina no solo por su belleza física porque con ella
compitieron muchas mujeres hermosas, pero poseía la belleza que provenía de su
interior; “la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu
suave y apacible” (1 Pedro 3:4b). La
belleza marcada por las enseñanzas de su primo Mardoqueo quien la adoptó como
su hija, e inspirada en las Escrituras que aprendió a su lado.
Sí muy bonito adornarnos con peinados,
joyas y vestidos finos para agradar primero que todo a nuestros esposos; pero
muy seguramente, se ufanarán muchísimo más si a su lado llevan a su mujer como
la ayuda idónea que Dios ha preparado para ellos. La mujer que se adorna en su interior con la
sabiduría espiritual porque esta no es pasajera, ni se marchita ni se arruga; la
belleza que es más valiosa que las piedras preciosas (v. 10b).
Amado Señor: permite que como mujeres reine la belleza incorruptible de un
corazón integro y respetuoso, para que los hogares se adornen con la joya
espiritual de tu sabiduría y seamos el orgullo para nuestros esposos y el
ejemplo para nuestros hijos.
Un abrazo y bendiciones.