Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.2 Timoteo 4:8.
Lectura diaria: 2 Timoteo
4:1-8. Versículo principal: 2 Timoteo
4:8.
REFLEXIÓN
Si de algo estoy segura es que esa corona me
la voy a ganar, pues desde cuando supe que el Señor regresaría he esperado con
ansía ese momento. Pero no solo es estar
pendiente de su regreso, porque el Señor se convierte para nosotros, su iglesia,
en la novia que tiene que ataviarse con los mejores trajes para esperar a su
prometido: “Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha
concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente” (Apocalipsis
19:7b-8). Dice más adelante que el lino
fino representa las acciones justas de los santos. Por eso también dice la Biblia, que busquemos
siempre hacer el bien, porque el que sabe y no lo hace, peca.
Si una mujer enamorada quiere
agradar por todos los medios a su novio y se arregla de la mejor manera para
que la encuentre atractiva, bonita y digna de mostrar, ¿qué no diremos respecto
a nuestro Amado Señor Jesucristo? De
verdad que cuando lo amamos, deseamos no contradecirle en nada; y es ahí que
sinceramente, empezamos a buscar la integridad para agradarle con más ahínco y
adoración.
El ángel le dijo a Juan: “No
guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el
tiempo de su cumplimiento está cerca” (Apocalipsis 22:20). El regreso del Señor es un hecho ineludible:
“¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo
mi recompensa”. “El Espíritu y la novia
dicen: “Ven”, y el que escuche diga: “Ven”.
El que tenga sed, venga y el que quiera, tome gratuitamente del agua de
la vida” (Apocalipsis 22:17).
Embellezcámonos con los mejores
adornos que tenemos a nuestro alcance: “Por lo tanto, como escogidos de Dios,
santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad,
amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si
alguno tiene queja contra otro” (Colosenses 3:12-13). Oremos también porque muchos escuchen su
Palabra y vayan a tomar gratuitamente del agua de vida que el Señor ofrece.
¡Sí mi Señor! Sabemos que volverás pronto y esperamos tu
regreso con ansiedad de corazón.
Queremos estar listos para ese día, vestidos con ropa fina y elegante y
que te sientas orgulloso de tu novia, tu iglesia. Amén.
¡Ven Señor Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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