El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.1 Timoteo 5:8.
Lectura diaria: 1 Timoteo
5:1-21. Versículo principal: 1 Timoteo
5:8.
REFLEXIÓN
Toda la Palabra de Dios está
llena de sabiduría. A Dios no se le
olvidó ningún detalle sobre el comportamiento del hombre aquí en la tierra; por
eso es llamada “el Manual de vida”. Así
como tenemos que ir al manual del televisor o de la nevera cuando los hemos
adquirido, con mayor razón debemos acudir al nuestro, porque se trata de la
propia vida.
Es muy claro aquí el Señor en
afirmar que hay que ser responsables con la manutención de una casa. Aunque en la actualidad, tanto hombres como
mujeres trabajan no se debe olvidar que el mayor compromiso debe existir por
parte del hombre, quien es cabeza de hogar y en últimas sobre él será quien
recaiga todo el peso, si la cosas no marchan como debieran, “Porque el esposo
es cabeza de la esposa” (Efesios 5:23).
Se dan casos en que se muestra
demasiada piedad y aparente crecimiento espiritual “Profesan conocer a Dios,
pero con sus acciones lo niegan” (Tito1:16), dejando por fuera las obligaciones
sobre trabajo y convivencia que se deben practicar. Hombres que se acostumbraron mejor a ver a su
esposa laborando todo un día por fuera de casa y al llegar allí, siguen en las
mismas porque la mujer jamás dejaré de ser ama de casa y ellos no se dan ni por
enterados. Hay que tener mucho cuidado
con esto que para nada agrada al Señor.
También reflexionar que no solamente
se nos está hablando de los de nuestra propia familia sino que dice: “El que no
provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa”. Claramente en ese suyos entran padre, madre y
quizá un hermano o abuelo desprotegido o cualquier otro familiar que esté
pasando necesidades físicas. Vemos que antes el apóstol nombra a las viudas que
quedan desamparadas (v. 3), no las podemos dejar por fuera máxime si se tratare
de nuestra propia madre. Esto es también
un mandato: “Honra a tu madre y a tu madre” (mandato dado desde la ley de
Moisés y corroborado en Efesios 6:2-3), y el proveerles es honrarlas.
Como conclusión podemos resaltar
lo dicho por Pablo: “Encárgales estas cosas para que sean intachables” (v.7) y “Ustedes
hermanos no se cansen de hacer el bien” (2 Tesalonicenses 3:14).
Amado Dios: Queremos ser
integrales en todas las áreas de nuestra vida y por lo tanto no dejar a un lado
lo impuesto por ti en tu bendita Palabra.
Enséñanos a ser con los nuestros del modo que tú nos lo mandaste para no
agraviar tu Nombre.
Un abrazo y bendiciones.
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