domingo, 8 de julio de 2012

Fortaleza y valentía


Ya te lo he ordenado: ¡sé fuerte y valiente!  ¡No tengas miedo ni te desanimes!  Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. 
Josué 1:9.

Lectura diaria: Josué 1:1-18.  Versículo principal: Josué 1:9.

REFLEXIÓN

Hay desafíos que se nos presentan y tenemos que enfrentarlos con fuerza y valor.  De por sí, la vida está llena de ellos.  Ante una medida de cambio de trabajo, de mudarse hacia otro sitio o ciudad, de tomar decisiones contundentes, muchas veces nos sentimos aterrados y atemorizados sin saber cómo lograrlos.  El Señor nos manda aquí a ser fuertes y valientes, “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).  Los miedos deben quedar atrás; el Señor mismo nos dice que no nos desanimemos, Él nos acompañará a dondequiera que vayamos.  Estará guiando nuestros pasos y llevando esos desafíos a feliz término, igual que lo hizo con Josué.
El Señor le ordenó a Josué prepararse porque pronto tendría que cruzar con su pueblo el río Jordán.  Ya su líder había muerto y a él le correspondía entonces la tarea.  No le era fácil, muy seguramente todavía estaba apesadumbrado por la muerte de Moisés y quizá creería que jamás podría igualarse a él, en sus fuerzas y valentía.  Sin embargo, su Dios estaba ahí para animarlo y no dejarlo solo (vv. 1-7). 
Del mismo modo, Dios está a nuestro lado.  Las metas, los sueños e ilusiones, se nos convierten en grandes desafíos que tenemos que alcanzar. No tengas miedo, así veas el río crecido y aterrador; atrévete a cruzarlo que el Señor no te va a dejar ni a desamparar.  Al final tendrás el gozo de la victoria para la gloria y honra de tu Dios. 
Lancémonos a buscar esa tierra prometida ofrecida por nuestro amado Señor. En nuestras manos está llevar a los nuestros hasta allí para que por fin hallen reposo y paz en un lugar tranquilo y sosegado.  Posiblemente cruzaremos ríos turbulentos, nos encontraremos con altas murallas y se nos presentarán gigantescos enemigos que querrán estropear nuestro sueño, pero de antemano ya están derrotados, porque el más Grande, el Todopoderoso, el Sublime y Eterno, va a nuestro lado.  ¡Sé fuerte y valiente!  ¡No te desanimes!

Amado Señor, gracias porque siempre estás ahí: guiándonos, instruyéndonos, animándonos a continuar y no desfallecer.  Gracias porque tus promesas se cumplirán y serán las que nos llevarán a alcanzar esos sueños de poseer una nueva tierra. 

Un abrazo y bendiciones. 

No hay comentarios: