martes, 17 de julio de 2012

¡Hoy es el día de salvación!


En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé.  Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!  
 2 Corintios 6:2.

Lectura diaria: 2 Corintios 5:11-6:2.  Versículo principal: 2 Corintios 6:2.

REFLEXIÓN

Todos hemos llegado a los píes del Señor en un momento estratégico de la vida.  No ha sido casual ni imprevisto.  Dios que nos conoce totalmente ha diseñado muy bien el día en que íbamos a caer rendidos y decirle: “Señor, no más; toma mi vida porque a mí me pesa mucho”.
Ahora nos corresponde a nosotros como embajadores de Cristo, exhortar a otros para que hagan lo mismo: “En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios” (v. 20).  Quizá mañana sea tarde y el tiempo aceptable es “hoy”.  Dios pone en frente muchas posibilidades con su paciencia prodigiosa, porque su intención es que nadie perezca sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). 
Dios no va a mirar cuántos pecados se han cometido, ni está interesado en las clases de pecado en los que se ha caído; a Él solo le interesa la persona en sí, porque la ama al punto tal de que entregó a su propio Hijo y “lo trató como pecador para que en él recibiéramos la justicia de Dios” (v. 5:21 en la lectura).   Y le interesa la persona porque sabe que si ésta llega humildemente pidiendo perdón y rindiendo su vida ante Jesús, Él va a empezar una obra regeneradora de manera tal que todo lo viejo queda en el pasado.  El molde anterior de  quizá asesino, violador, inquisidor, ladrón, etc. etc., se convierte en un molde completamente nuevo (v. 17).  Como quien dice ese anterior lo bota por obsoleto y malo, y coloca uno totalmente acorde con su propósito.
Ningún cristiano puede decir que si mira retrospectivamente,  su vida no ha surtido cambios.  Quizá muchos no se han percatado de ellos porque no eran asesinos ni ladrones, pero sí avaros, orgullosos, egoístas o mentirosos y como tenemos la tendencia a clasificar los pecados, nos considerábamos “buenos”.  Para Dios el pecado es simplemente pecado, llámese como se llame y Él no puede con el pecado porque es santo (Isaías 6:3), completamente santo.  Por eso es que todos, absolutamente todos necesitamos cruzar el puente redentor con Jesucristo para llegar al otro lado y conseguir la salvación.
Amigo lector que sigues este devocional: No hay más tiempo para perder; hoy es el día de salvación para ti.  Jesús está tocando en este momento propicio a la puerta de tu corazón para que le dejes seguir.  Tu vida está hecha un caos que no puedes organizar.  El Hijo de Dios, viene a ofrecerte su amor y perdón; es hora de escucharle.  Si tu deseo es así, te invito a orar conmigo:

Señor Jesucristo: Tú conoces perfectamente mi condición.  Reconozco que soy pecador y te pido perdón por ello.  Ahora confieso con mi boca que eres el Hijo de Dios, venido a salvarme y te entrego mi vida con todos mis afanes y defectos.  Entra en mi corazón  y hazme el molde nuevo que dijiste que harías.  En tu nombre Jesús, amen.

Un abrazo y bendiciones.

3 comentarios:

Rosi dijo...

Hola Dora creo que este es tu nombre, gracias por tu testimonio y por compartir la palabra que obra maravillas en la vida de cada persona que deja entrar su Luz, hoy me encontré con tu blog porque me desperté con ese mismo versículo y al buscar la referencia apareció tu blog, estuve compartiendo algo del mensaje que escribiste con un grupo de mujer a quien estoy testificando. Dios te bendiga y te guarde y siga haciendo de ti una bendición. Con Cariño Rosa Maria

Unknown dijo...

Hoy es el Dia de salvación...
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
2 Corintios 6:2

Dora C. dijo...

Muchas gracias a Rosi y a Edith. El Señor bendiga sus vidas.