viernes, 31 de enero de 2020

Jesús: el Pan de vida eterna


—Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. 
Juan 6:35. NVI.

Lectura: Juan 6:25-59.  Versículo del día: Juan 6:35.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor Jesús le hace ver a la multitud que lo seguía que eran los mismos que habían visto el milagro de la multiplicación de los panes, que no importa el pan físico porque con este volverán a tener hambre (vv. 26-34); pero Él es el verdadero pan bajado del cielo y el que lo reconozca como enviado por el Padre tendrá vida eterna y Él lo resucitará en el día final (v. 40).
Tú piensas y crees que Jesús fue simplemente un profeta más o un líder religioso; incluso unos lo tachan de líder político. Eso no fue Jesús de Nazaret. Él es el Hijo de Dios, muerto y resucitado por ti. ¿Lo crees? Si lo crees entiendes perfectamente que Jesús es el Pan de vida; o sea, quien te da el derecho a gozar de la vida eterna. Pero si lo dudas o nunca lo has tomado, te invito a que lo hagas en este momento con una corta oración.

Señor Jesús: sé que cambiaste la historia de la humanidad en dos y que por lo tanto eres alguien especial. Hoy decido creer en mi corazón que eres el Pan de vida enviado por el Padre para que te conozcamos y por medio de Ti llegar a la vida eterna. Acepto este reto y te invito para que tomes el control del trono de mi vida y me sigas instruyendo por el camino tuyo. Perdona mis pecados y aumenta mi fe. Gracias bendito Jesús.

Un abrazo y bendiciones.


jueves, 30 de enero de 2020

El verdadero ayuno


El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes? 
Isaías 58:6-7. NVI.

Lectura: Isaías 58:1-14.  Versículos del día: Isaías 58:6-7.

MEDITACIÓN DIARIA

En muchas ocasiones al ayunar nos preocupamos más por adoptar una postura religiosa que en verdad actuar sinceramente ante el Señor. No; de ninguna manera esa es la forma de agradarle. Al Señor no le interesan nuestros sacrificios, le interesa la actitud del corazón. Pero si ayunamos solo por demostrar lo que no somos o por quedar bien con los demás o porque simplemente la iglesia a la que asistimos así lo dispuso, entonces no estamos en nada. Pongamos atención a lo que nos dice el Señor hoy en su Palabra. No sacamos nada con decir que estamos ayunando si nos comportamos diferente a lo que decimos que creemos. Si utilizamos el dedo acusador para señalar a los que caen o a los que llamamos enemigos; si oprimimos al que trabaja a nuestro lado o le damos rienda suelta a la lengua maliciosa. “Ustedes solo ayunan para pelear y reñir, y darse puñetazos a mansalva. Si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ¡ayunen, pero no como ahora lo hacen! ¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al Señor?” (vv. 4-5).
Si en verdad deseamos agradar al Señor, pongamos en práctica el dejar de ser injustos, acusadores o criticones. Practiquemos ya que decimos ser cristianos, el ayudar al desvalido; colaborarle al que no tiene suficiente comida ni trabajo para su hogar o su propia vida. En una palabra, como bien resume el Señor Jesús las Buenas Nuevas de su Evangelio: AMAR. Así con mayúscula y en negrilla para que se nos quede grabado y entendamos que lo importante de la vida cristiana es ofrecer AMOR sin distingo de clase, religión, raza, nacionalidad o edad.

Amado Jesús: gracias por tu Palabra. Gracias por hacernos entender que no esperas de nosotros sacrificio alguno sino solo dar del mismo amor que recibimos de parte Tuya. Enséñanos a amar sin poner límite alguno al nuevo mandato dejado por Ti; que aprendamos que el amor encierra todo lo que deseas que hagamos como verdadero ayuno. Muchas gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 29 de enero de 2020

La misión del esposo va más allá


Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. 
Efesios 5:25-27. NVI.

Lectura: Efesios 5:21-33.  Versículos del día: Efesios 5:25-27.

MEDITACIÓN DIARIA

No pensemos las mujeres que Dios a nosotras nos ordenó someternos a los esposos y que entonces, ellos llevarían la mejor parte. De ninguna manera; también dice con anterioridad: “Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo” (v. 21). O sea que al esposo también le corresponde someterse a su esposa. Por otro lado, no llevan ellos la mejor parte y analicemos el porqué. “amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella”. ¿Hasta dónde tiene que amar el esposo a la esposa? Hasta el punto de dar su vida por ella, si es necesario. Y amarla de ese modo ¿para qué? Para hacerla santa, pura y limpia. Para presentársela a sí mismo como una mujer radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección. Esto conlleva al esposo a cumplir su misión mucho más allá de lo que él mismo se puede imaginar, levantando la autoestima y el desarrollo emocional de su mujer, haciéndola sentir segura en sus brazos, amada, respetada y enaltecida por lo que ella es. Claro, cuando se ama verdaderamente es fácil demostrar este amor.
Mujeres, oremos porque nuestros esposos comprendan en su totalidad lo que es amar a su esposa y a la vez para que nosotras actuemos como mujeres sabias aportando lo que nos corresponde.

Señor Jesús: ponemos delante de Ti los hogares que bien sabemos son la prioridad de destrucción del enemigo. Enséñanos a las mujeres a actuar con cordura y prudencia como mujeres sabias e inteligentes y de este modo encauzar a los esposos hacia el amor verdadero como el que Tú manifestaste a tu Iglesia. Graba en los corazones de ambos cónyuges lo que a cada uno le corresponde, para así edificar hogares cimentados en tu Palabra. Gracias bendito Señor.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 28 de enero de 2020

Jesús es el Mesías prometido desde el Antiguo Testamento


Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; pero, si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían. 
Juan 5:43. NVI.

Lectura: Juan 5: 31-47.  Versículo del día: Juan 5:43.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente, en estos tiempos se está cumpliendo esta Palabra. “si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían”. Por internet hay cantidad de supuestos mensajeros del Señor o de personas que tergiversan todo el Evangelio, haciendo creer que el Señor se les reveló a ellos y mezclan ciertas verdades en medio de mentiras, lo cual confunde frecuentemente a quienes no están firmes en la fe y desvían del camino correcto. “si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían”. Sí; no aceptan el Evangelio de las Buenas Nuevas que nos dejó directamente el Señor Jesucristo, pero sí están listos para abrir los ojos y el entendimiento a cuanto movimiento de conspiración encuentren. El mismo Señor Jesús sigue hablando aquí y dice: “Y el Padre mismo que me envió ha testificado en mi favor. Ustedes nunca han oído su voz, ni visto su figura, ni vive su palabra en ustedes, porque no creen en aquel a quien él envió” (vv. 37-38). Es que no solamente el Nuevo Testamento nos revela quién es Jesús de Nazaret; las Escrituras también nos lo afirma. Por eso dice aquí: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida”. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!” (vv. 39-40). Las Escrituras, las Buenas Nuevas nos hablan de Jesús; pero al hombre sí que le cuesta creer en Él Es muy claro, pero ¡hay tantos con los ojos vendados y los oídos tapados!  
Tengamos bien cimentada esta verdad: Jesús es el Hijo de Dios; Él mismo es Dios y no necesita ‘ayudantes’ que tergiversen su Palabra y la cambien. “La suma de tu Palabra es verdad” (Salmo 119:160 RVR 1960). Lo Escrito, escrito está. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35).

Señor Jesús: creemos firmemente que Tú Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado. Que Eres el Salvador del mundo; el Mesías prometido desde el Antiguo Testamento. Precioso Espíritu Santo, sé Tú nuestro guía para que podamos levantarnos con seguridad a proclamar lo que es verdad sobre Jesús de Nazaret. Gracias bendito Dios y Señor nuestro.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 27 de enero de 2020

Tú no dejarás al de corazón contrito y humillado


He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y lo colmaré de consuelo. 
Isaías 57:18 NVI.

Lectura: Isaías 57:1-21.  Versículo del día: Isaías 57:18.

MEDITACIÓN DIARIA

¿Cuántas veces nos pasa igual que a los que el profeta Isaías se refería en este capítulo? Somos tercos para escuchar y actuar de acuerdo como nos lo manda la Palabra de Dios. Dice aquí: “pero él prefirió seguir sus obstinados caminos” (v. 17). De un modo u otro el Señor nos llama para que volvamos nuevamente a Él; estamos ya tan arraigados al mundo que no ponemos atención a sus palabras. Cuando hemos recibido a Cristo como Señor y Salvador personal, Dios puede con su amor cautivarnos nuevamente y no dejarnos avanzar por senderos equivocados.
Le doy gracias a Dios porque ayer en la predicación supe que el Señor hablaba directamente a mi corazón. Su amor y misericordia son tan grandes que no deja de asombrarme: “Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados” (v. 15). Sí; Jesús vino a reinar en mi corazón, sin que le importe mi terquedad. Me ama tanto, que solo está esperando mis palabras de: ‘perdóname Señor’, para envolverme en sus brazos y cargarme hasta su redil de nuevo.

Mi Amado Señor: ¡Perdóname! He sido demasiado necia a tu Palabra. Tú Eres el Alto y Sublime que habitas en la eternidad. Tu Nombre es Santo y Tú no dejas al contrito y humilde de espíritu. Vienes a mí para reanimarme a seguir Contigo consolándome y reconfortándome con tu gracia. Sé que no es fácil mi Señor, pero Tú serás con tu Santo Espíritu levantando mi ánimo y dándome el dominio propio para utilizar como debe ser el libre albedrío que me has provisto. Gracias por tu amor. Lléname con él; que no necesite nada del mundo ni me deje llevar por sus deseos. Solamente quiero seguirte mi Jesús. ¡Te amo!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 25 de enero de 2020

Deja al Espíritu Santo llenar tu vida


No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu. 
Efesios 5:18. NVI. 

Lectura: Efesios 5:1-20.  Versículo del día: Efesios 5:18.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor Jesús nos prometió un Consolador que vendría en nuestra ayuda a morar en los creyentes (Juan 14:16). En el mismo momento de la salvación entró también el Espíritu a convivir con nosotros. Pero también se nos da la orden de llenarnos de Él; de permitirle que sea dirigiendo cada área de nuestra vida guiándonos y controlándonos. El apóstol Pablo nos insiste en que, si ahora somos luz, debemos andar como hijos de luz. Imitadores de Dios como hijos muy amados, teniendo cuidado de nuestra manera de vivir ya que los días son malos (vv. 15-16). Para andar en la luz, debemos recurrir a ese Consolador quien nos ayuda en toda ocasión, La llenura del Espíritu nos trae gozo, paz, paciencia, bondad, mansedumbre, templanza. Es la única manera de no dejarnos llevar por las atracciones del mundo ni darle cabida a la carne. Es el Espíritu Santo quien nos redarguye cuando hemos caído y nos hace volver al camino correcto. Estar dirigidos por el Espíritu dará la diferencia entre el hombre carnal y el hombre espiritual. Teniendo en cuenta esto: volvámonos super amigos del Espíritu Santo. Que todo lo que hagamos lleve su sello para poder darle la gloria al Hijo que hizo su obra de expiación por ti y por mí. Oremos:

Padre amado: He estado manejando mi vida y se me ha olvidado que el trono se lo entregué a Cristo Jesús. Te pido perdón por ello y le pido a Cristo que tome nuevamente el control del trono de mi vida; lléname con tu Santo Espíritu como me ordenaste que lo estuviera y como prometiste que lo harías, si lo pedía con fe. Precioso Espíritu de Dios: ¡te necesito! ¡Perdóname! Ven a morar conmigo y dame todo tu fruto. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Te doy gracias porque sé que lo has hecho y por tomar el control de mi vida.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 24 de enero de 2020

Cree en Jesucristo como el enviado del Padre


Además, el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha delegado en el Hijo, para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió. 
Juan 5:22-23. NVI.

Lectura: Juan 5:16-30.  Versículos del día: Juan 5:22-23.

MEDITACIÓN DIARIA

Jesús, el Hijo de Dios es el camino para llegar al Padre (Juan 14:6). En su infinito amor, Dios tuvo misericordia del hombre pecador y la comunicación que se había interrumpido con el pecado de Adán y Eva en el Paraíso, se restableció con el puente de Dios a través de Jesús llegando al hombre. Es por esto que Dios delega en el Hijo todo juicio, “para que todos honren al Hijo como lo honran a él”. Por eso dice el mismo Jesús en el versículo que sigue: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida” (v. 24).
En resumidas cuentas, el juicio se basa en creer o no creer en que Jesús es el Hijo de Dios, muerto y resucitado y que todo aquel que lo crea, tendrá la vida eterna. Así de sencillo es. ¿Quieres tener vida eterna? Entrégale tu vida a Jesús. Conviértete en un verdadero hijo de Dios; recibe a Jesús en tu corazón (Juan 1:12). Ahora mismo puedes hacer una corta oración para decirle lo que sientes. Yo te puedo guiar:

Señor Jesús: te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te acepto como mi Único y Suficiente Salvador. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna Contigo. Amén.

Un abrazo y bendiciones.  

jueves, 23 de enero de 2020

La justicia que no te va a defraudar


Así dice el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque mi salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse
Isaías 55:1. NVI.

Lectura: Isaías 55:1-8. Versículo del día: Isaías 55:1.

MEDITACIÓN DIARIA

En estos días tan agitados en todas las áreas, lo que menos vemos es justicia. Se quebrantan todos los derechos y tal pareciese que se tergiversan las cosas porque ahora llamamos a lo bueno, malo y a lo malo, bueno. Miremos lo que nos dice Proverbios 21:3: “Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios” (Proverbios 21:3). Pero no; esto es lo que menos se practica. Predominan las ideas de movimientos políticos o sociales de las minorías y por consiguiente aquello que se definía como ‘bien común’, ya no existe. Los derechos de las mayorías ya no existen. El corazón del hombre está tan endurecido que hablar de justicia para muchos es cosa del pasado o risible ¡Hasta allá hemos llegado! Por eso, lo que menos practican nuestros gobernantes es la justicia basada en los derechos de las personas.
Gracias a Dios que con Él las cosas son diferentes. Ante Dios no hay ni un solo justo, pero Cristo se hizo justicia por nosotros. Por su sacrificio en la cruz vino a justificarnos con su preciosa sangre. Todos éramos como ovejas sin rebaño; descarriadas por completo. Ninguno merecedor de estar en el reino de Dios. Pero dice la Biblia, hablando de Cristo, “mi siervo justo, justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos” (Isaías 52:11b). Entonces, aunque para el mundo, el hombre poco significa, para Dios vale oro. Tanto que dio a su único Hijo para que viniera a pagar por toda la humanidad. En el mundo no encontramos justicia verdadera; en Jesús sí. Voltea los ojos al único que puede llevarte hacia la verdadera justicia: Jesús de Nazaret. “Observen el derecho y practiquen la justicia, porque mi salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse”. Busca la justicia que no te va a defraudar. Esa ya se manifestó en Cristo Jesús.

Amado Señor: bien sabemos que del hombre caído no puede salir nada bueno. Por eso te rogamos que hoy pongas en los corazones de quienes te conocemos, tanto el querer como el hacer y así sea en pequeñas cosas, empecemos a demostrar justicia. Gracias Señor porque Tú nos hiciste justos ante el Padre solo por creer en Ti. Permite buen Señor que otros te conozcan para que también entiendan la justicia del mundo a través de la justicia divina. Gracias Señor. ¡Toda la adoración es para Ti!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 22 de enero de 2020

No nos dejes acostar enojados


Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol. 
Efesios 4:26. NVI.

Lectura: Efesios 4: 17-32.  Versículo del día: Efesios 4:26.

MEDITACIÓN DIARIA

No es tan fácil como parece quitar el enojo cuando no han lastimado o herido profundamente. Sin embargo, Dios quiere que aprendamos a perdonar y a pedir perdón porque es la única manera de no dejar interrumpir nuestra intimidad con Él. Lo más aconsejable es que en el momento de ir a dormir hablemos con Dios y recordemos con quién estamos enojados y por qué. Entonces, así tengamos o no la culpa vayamos hasta esa persona y hagamos las paces con ella.
Los cristianos debemos de actuar de diferente manera como lo hace el mundo. Pablo recomienda no vivir más como lo hacen los paganos. Nosotros ya somos diferentes; debemos quitarnos el viejo ropaje que llevábamos encima y ponernos las ropas nuevas que nos regala el Señor Jesús. Ser renovados en la actitud de la mente, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad (v. 24). Nuestra conversación tiene que ayudar a la sabia edificación con palabras que sean bendición para quienes las escuchan. Recordemos que bendecir es buen decir; por eso debemos abandonar toda amargura, ira, enojo, gritos y calumnias (por lo general, lo que siempre se da en una discusión), siendo bondadosos y compasivos con todos perdonándose mutuamente tal como Dios nos perdonó a nosotros. No podemos esperar que Dios nos perdone si no perdonamos a los demás. Quizá tú dices ‘siempre soy así’; ‘esa ofensa no la puedo olvidar’; ‘nadie me puede cambiar’, etc. ¡No hay excusa que valga! Hay que perdonar porque esa es la orden.

Amado Señor: enséñanos a amar, a pesar de… Queremos hacer tu voluntad y agradarte no solamente de palabra sino de acción. Permite que cada día nuestro corazón sea más bondadoso y compasivo entendiendo que aquello que juzgamos tanto, puede ser más tarde motivo de caer nosotros. Muéstranos esta verdad para que de este modo no seamos tan duros para saber perdonar y pedir perdón. No nos dejes acostar enojados todavía. ¡Muchas gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 21 de enero de 2020

Simplemente cree y obedece


Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús. 
Juan 5:8. NVI.

Lectura: Juan 5:1-15.  Versículo del día: Juan 5:8.

MEDITACIÓN DIARIA

Si Dios lo dice, así es. Este versículo es parecido al de Lucas 5:23b: “Levántate y anda”. Lo recuerdo muy bien porque fue esta Palabra colocada detrás de la puerta de mi habitación a los dos días siguientes de mi cirugía de seno. Había pasado una noche difícil y la verdad quería salir corriendo de aquella habitación. Cuando fue de madrugada una amiga médica, le dije que me ayudara a levantarme hacia el baño y ella dudó por mi condición, pero ante mi insistencia lo hizo. Así que al pasar mi médico de cabecera a hacerme el control le dije que quería irme para casa y él asombrado me respondió que no podía. Yo le dije: ‘ya antes me levanté al baño y no me pasó nada’. Nuevamente ante mi insistencia firmó mi salida. Estaba convencida que era el Señor quien me había ordenado levantarme e irme; así que cuando llegó mi esposo hizo todo el trámite para que me dieran de alta y pude irme.
Firmemente creo que hay momentos en que es tan diciente la Palabra en nosotros, que no nos queda nada de duda. Simplemente tenemos que obedecer. Esta fue mi experiencia y en otros devocionales la he compartido, incluso, diciendo lo que me pasó esa noche.
Hoy puede ser igual para ti: quizá también te encuentres enfermo en un hospital o en tu misma casa, pero Jesús, nuestro buen amoroso Señor te dice: “Levántate, recoge tu camilla y anda”. Cree y obedece.

Señor Jesús: gracias por tu Palabra que es verdad y poder. Gracias porque cuando Tú lo dices, así será. Recuérdame todos esos bellos momentos que he vivido a tu lado para que mi amor por Ti vuelva a ser el de antes y continúe llevando tu mensaje con el denuedo en mi corazón. Gracias por las personas que están enfermas y tienen la oportunidad de leer este devocional. Permite que se levanten y anden para exaltar tu Nombre. ¡Toda la honra y la gloria son para Ti!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 20 de enero de 2020

Acepto tu invitación Señor


¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed! ¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero! Vengan, compren vino y leche sin pago alguno. 
Isaías 55:1. NVI.

Lectura: Isaías 55:1-5.  Versículo del día: Isaías 55:1.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Vengan todos los que tengan sed! En días pasados el devocional hablaba de los que tenían sed. Hoy el Señor hace un nuevo llamado para que se acerquen a Él los sedientos. Jesús es el agua de vida (Juan 4:14). Tú puedes venir a Jesús, aunque no tengas dinero. También dice la lectura que no gasten el dinero en lo que no es pan ni es bueno (v. 2). “Presten atención y vengan a mí, escúchenme y vivirán. Haré con ustedes un pacto eterno, conforme a mi constante amor por David” (v. 3). Así que Jesús no solamente es el agua de vida; es el mismo pan bajado del cielo y el que coma de ese pan vivirá para siempre. También Jesús es la vid verdadera y el que permanece en Él dará mucho fruto (Juan 15:1-5).
En la corta lectura, el Señor nos está llamando; dice una y otra vez: “vengan, vengan, vengan”. No podemos dejar pasar por alto sus palabras porque es este tiempo el propicio para venir a sus pies. Las noticias sobre hambres, guerras, descomposición social, maldad, etc., nos hacen pensar que son los últimos tiempos. Ven a los brazos de Jesús. Seguro que estás sediento, hambriento y cansado. Jesús de Nazaret es la respuesta para ti; acepta su invitación. No dejes pasar esta oportunidad, quizá mañana puede ser tarde. Te insto a orar:

Señor Jesús: estoy sediento, hambriento y cansado de vagar sin rumbo fijo. Tú me dices que venga hacia Ti y así lo haré. ¡Ven a mi vida! ¡Te necesito Jesús! Toma el control del trono que hasta ahora yo manejo y guíame por el camino tuyo. Muchas gracias buen Señor por darme una nueva vida Contigo y de la esperanza de la gloria a tu lado por siempre ¡Bendito Eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 18 de enero de 2020

La unidad nos conduce hacia el amor tuyo


Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro. 
Efesios 4:16. NVI.

Lectura: Efesios 4:1-16.  Versículo del día: Efesios 4:16.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo hablando a los efesios, les da pautas para vivir en la unidad del cuerpo de Cristo. Pautas que también nosotros debemos practicar. Por eso es tan necesario vivir bajo la protección de una Iglesia local, donde podamos expresar nuestros pensamientos y deseos porque eso nos ayuda a relajarnos y a tener verdadera comunión unos con otros. Pablo insta en ser humildes, amables, pacientes y tolerantes unos con otros en amor. Además de eso, a mantener la unidad en el Espíritu, porque hay un solo Señor, un solo Espíritu, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios y Padre de todos que está sobre todos y por medio de todos y en todos (vv. 1-6).
Bien dice el apóstol que ya no seremos niños zarandeados por las olas, que nos mecen de un lado para el otro. Con Cristo viviremos en amor; sabiendo que la cabeza que es Él, tiene la batuta y nosotros como cuerpo vamos aprendiendo a crecer con ese su amor. Él es quien hace que todo el cuerpo encaje perfectamente y que cada parte al cumplir con su función específica, ayude a que los demás se desarrollen y crezcan. De esta manera la iglesia va cogiendo más fuerza por causa del amor. En últimas, esto es lo que más necesitamos: el fruto del amor rondando alrededor de los miembros de la Iglesia.

Amado Señor: enséñanos a tomar en cuenta las palabras de Pablo para que nuestra Iglesia siga creciendo en amor como hasta ahora lo has venido haciendo. Gracias por ese lugar en donde vamos a congregarnos; gracias por nuestros pastores y líderes; gracias por cada una de las semillas allí regadas porque se ve en ellas la obra poderosa de tu amor obrando en nuestra cerca. Tú Eres el eje de esa unión y de esa unidad Contigo. ¡Te alabamos bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 17 de enero de 2020

Hoy recordando, lo que soy para Ti


En este día mi devocional será diferente, (todos los versículos referidos son tomados de la Nueva Versión Internacional). Ha llegado el momento de hablar con mi Señor para alabarle y adorarle por sus promesas respecto a mi vida.

Mi Señor: “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos” Salmo 139:16. Sí mi Señor, supiste el momento exacto para engendrarme; aún hay cosas que no entiendo, pero Tú lo sabes todo porque: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado” Jeremías 1:4. Sé que no fue casualidad mi nacimiento y el que me buscaras. Lo hiciste por amor a mí: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” Lamentaciones 3:22-23. Me ofreces cada nuevo día, tu amor inagotable. Tú sigues siendo igual de fiel, aunque yo no lo soy contigo. Me sigues guardando y hablando amorosamente: “Aun en la vejez, cuando ya peines canas, yo seré el mismo, yo te sostendré. Yo te hice, y cuidaré de ti; te sostendré y te libraré” Isaías 46:4. “Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha” Salmo 16:11. Te doy gracias mi Jesús porque para Ti, sigo siendo la misma. Me sigues arrullando y amando igual que el primer día que vine a refugiarme en tus brazos. Solo te pido hoy, en esta fecha especial para mí, que retomes mi vida; que vuelvas a llevarme a ese primer amor Contigo. Por favor, Dulce Jesús, no me sueltes de tu mano. Sostenme y líbrame de todo lo que a Ti no te agrade. Dame el valor necesario para no caer en tentación y ser fuerte. Precioso Espíritu de Dios, ¡ven! Lléname de tu presencia y guíame por el camino recto para que no me desvíe ni a izquierda ni a derecha. Gracias mi Buen Amigo, Señor y Dios. Gracias mi Señor y Salvador. ¡Te amo y seguiré amándote por siempre!

Y esta es la respuesta de mi Buen Señor: “Por eso, ahora voy a seducirte: te llevaré al desierto y te hablaré con ternura.  Allí devolveré tus viñedos, y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza. Allí me corresponderás, como en los días de tu juventud” Oseas 2:14-15. ¡Qué hermoso Eres Amado mío!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 16 de enero de 2020

¡Si supieras lo que Él te puede dar!


Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida. 
Juan 4:10 NVI.

Lectura: Juan 4:1-42.  Versículo del día: Juan 4:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto le dijo el Señor Jesús a la mujer samaritana. Los samaritanos no tenían parte con los judíos y ellos adoraban en ese monte. Por eso el Señor quería entrarle a la mujer porque Él vino, no solamente por los de su pueblo sino por toda la humanidad. Como la conversación empieza a través del agua del pozo donde ella normalmente saca para beber y al pedirle el Señor agua y ella negarse por ser Jesús judío, el Señor empieza a hablarle de manera espiritual para llegar al corazón de ella haciéndola entender que Él es el agua de vida. La mujer ha tenido cinco esposos y con el que está en ese momento, no lo es. Entonces, Jesús se le revela como el Mesías, el Cristo esperado no solo por los judíos sino también por samaritanos. La mujer va corriendo a hablarle a los de su pueblo para que se acerquen a ver esta maravilla que a ella cautivó. Así que muchos samaritanos fueron y creyeron en Él. Para los samaritanos ese pozo tiene un significado especial por eso Jesús le hace ver que no importa el lugar donde se adore porque el Padre desea que lo adoremos en espíritu y en verdad.  
Quizá tú igual que esta mujer estás sediento. Los problemas te abruman y deseas salir adelante pero no sabes cómo. Jesús, el Agua de vida quiere venir a ti para que le conozcas y Él pueda llenar ese vacío que tienes. ¡Si supieras lo que Él te puede dar! Te invito para que abras tu corazón a Jesús, haciendo esta pequeña oración:

Señor Jesús: mi vida ha estado sedienta y no encuentro el agua definitiva que calme mi sed. Por favor, ven a mí, toma el trono de ella y hazme entender como esta mujer que Eres el Mesías prometido; el Cristo vivo que murió en una cruz por mí y resucitó para darme vida eterna. Jesús, lo creo y te acepto como mi único y suficiente Señor y Salvador. Gracias por hacérmelo entender. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 15 de enero de 2020

El Señor es tu esposo y te levantará


Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! 
Isaías 54:5. NVI.

Lectura: Isaías 54:1-10.  Versículo del día: Isaías 54:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Para ti mujer, que te sientes abandonada y maltratada. Dios te habla hoy para decirte que no importa si tu esposo o compañero te ha dejado. Que no importa si te han maltratado y ultrajado, porque nuestro Dios Todopoderoso es el verdadero esposo. Él es el Santo de Israel; ¡el Dios de toda la tierra! Y ha venido para levantarte, para reivindicarte como mujer; para cuidarte y velar por ti. “No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez” (v. 4). Así que no temas porque el Señor estará a tu lado y jamás te dejará. “El Señor te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan solo para ser rechazada             —dice tu Dios—” (v. 6).
Tanto tú como yo tenemos a Alguien más poderoso que mil hombres juntos. Tenemos al Rey de reyes y Señor de señores. Reposa en Él. Cuéntale como a tu mejor amigo y confía en que Él actuará contigo de la mejor manera para que vuelvas a creer en ti como mujer; como especial creación de Dios. Él te da el aliciente para pararte y salir adelante con las garras de mujer emprendedora. La vida no termina porque te haya abandonado tu pareja. Además, déjame decirte que, aunque no exista el abandono físico puede existir el abandono emocional y creo que este es peor que el primero. Pero Dios está ahí; Él no te abandonará ni te dejará. ¡Sigue adelante!

Amado Señor: te damos gracias por tu bendita Palabra que siempre está dispuesta para levantarnos y sostenernos. Gracias porque Tú Eres el Amigo incondicional amoroso y fiel. Eres nuestro compañero verdadero. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 14 de enero de 2020

Cristo mismo es la esencia de ese amor


Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. 
Efesios 3:17-18. NVI.

Lectura: Efesios 3:14-21.  Versículos del día: Efesios 3:17-18.

MEDITACION DIARIA

¡El amor! Indispensable en cualquier relación; mucho más con la de nuestro Salvador.  El amor es además el nuevo mandamiento dejado por el Señor Jesucristo (Juan 13:34). Por otro lado, Cristo mismo es la esencia de ese amor porque es la manifestación del Padre para la humanidad caída (Juan 3:16).
¿Será que nosotros alcanzamos a vislumbrar lo grande, poderoso e inalcanzable amor de Dios? Digo inalcanzable porque podemos experimentar el amor de Dios, pero nunca rebasarlo, tal como lo hizo Él por nosotros. Quizá cuando estemos bien firmes y confiados en lo que el Señor hace minuto a minuto en nuestras vidas, podemos comprender lo ancho, largo, alto y profundo de ese amor. Sabremos que por su amor es que vivimos y nos movemos. El amor de Cristo nos obliga a hacer su voluntad. También cuando lo entiendas estás preparado para ofrecerlo de igual manera.

Amado Jesús. Gracias por tu amor que es más grande de lo que logramos entender. Queremos alabarte y adorarte por siempre Buen Jesús. Señor; que tu amor sea irradiando destellos en toda su plenitud hacia las personas que no te conocen y viven solas amargadas y avergonzadas. Pon en nuestro corazón el querer mostrarles tu amor para que lleguen a tus pies. Utilízanos en tu obra. ¡Toda la gloria sea para Ti Cristo Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 13 de enero de 2020

Señor: creo en Ti


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios. 
Juan 3:36. NVI.

Lectura: Juan 3:2-36.  Versículo del día: Juan3:36.

MEDITACIÓN DIARIA

Son muchas las personas que no le dan crédito a estas palabras de Jesús; pero así es. ¿Estamos, o no estamos? Cuando se piensa y se dan veinte vueltas para aceptar su Palabra, es porque no se le cree. Vale la pena que nos pongamos la mano en el corazón y con fe decirle a Jesús que lo necesitamos y deseamos tenerlo en nuestra vida como Señor y Salvador.
En estos tiempos surgen teorías de conspiración que nos inducen a hacernos creer que estamos errados y que la Palabra de Dios no tiene mérito alguno. Se olvida que es el único libro que ha pasado generación tras generación por miles de años y no ha podido ser abolida. El Señor lo dijo: “El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás” (Mateo 24:35 NTV). Si le crees a Dios, te invito a orarle a su Hijo, así:

Amado Jesús: reconozco que soy pecador y que Tú viniste de parte de Dios para darme la salvación. Toma mi vida, te la entrego para que hagas de ella lo que bien quieras. Siéntate en el trono y dirígela Tú. Gracias por perdonarme y limpiarme. Gracias, porque sé que Tú me darás vida eterna a tu lado.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 11 de enero de 2020

Su obra completa por ti


Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. 
Isaías 53:6. NVI.

Lectura: Isaías 53:1-12.  Versículo del día: Isaías 53:6.

MEDITACIÓN DIARIA

El profeta Isaías predijo el sufrimiento que pasaría el Señor Jesucristo quinientos años antes de que sucediera. Miremos algunos de los hechos: Dice que creció como vástago seco; que no había en Él belleza ni majestad alguna; fue despreciado y rechazado por los hombres. Hecho para el sufrimiento. Fue despreciado y no lo miramos (vv. 2-3). “Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados”; “Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca” (vv. 4-5 y 7).
Todos, absolutamente todos, hemos pecado y por consiguiente necesitamos de un Redentor. El Señor Jesucristo; el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Gran Yo Soy, hecho hombre para recaer sobre Él, todo el peso de nuestras transgresiones: “Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo” (v. 8b).
Así que, si pensabas que la muerte de Jesús fue simplemente un acontecimiento más, estás completamente equivocado. Todo el capítulo 53 de Isaías nos hace ver la realidad de lo que al Señor Jesús le tocó vivir. Lo mejor de todo, lo hizo todo por amor, dejándonos el ejemplo más maravilloso que pudo darnos. Este Mesías sufriente, dijo que volvería al final de los tiempos como el Mesías reinante, como el Rey de reyes y Señor de señores; Él desea que todos lleguemos al arrepentimiento y su obra sea completa para ti. Te invito a orar así:

Jesús, amigo mío: Ahora entiendo todo lo que pasaste por mí con la pasión y muerte tuya de manera no solo humillante sino también denigrante. Toma mi vida de tu amor y hazme la persona que deseas que yo sea; gracias por perdonarme y limpiarme. ¨Te amor Señor!

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 10 de enero de 2020

Nos corresponde divulgar el plan de Dios


Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios; es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio. 
Efesios 3:5-6. NVI.

Lectura: Efesios 3:1-13.  Versículos del día: Efesios 3:5-6.

MEDITACIÓN DIARIA

A nosotros los gentiles es que se nos ha revelado el misterio de Cristo. Gracias a Dios somos portadores de este Evangelio. Así como Pablo fue escogido para llevar el mensaje de Cristo; igualmente cada uno de los que ya le conocemos, estamos llamados a predicar las incalculables riquezas de Cristo y hacer entender a todos la realización del plan de Dios, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús. En Cristo disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios (vv. 7-12).                                            
No desaprovechemos la oportunidad de revelar a otros este hermoso misterio de Cristo que, por voluntad del Padre eterno, ya conocemos. Divulguemos el plan de Dios para la humanidad, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres para ser salvos, aparte de Jesucristo su Hijo.  

Amado Señor Jesús: gracias por tenernos dentro de tu clan amoroso. Queremos no defraudarte sino por el contrario aprender cada día a ser portadores del plan divino conforme al propósito realizado en Ti para que muchos te conozcan y lleguen a tus pies. ¡Alabado sea por siempre tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 9 de enero de 2020

Hay que nacer de nuevo para obtener la vida eterna


—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. 
Juan 3:3. NVI.

Lectura: Juan 3:1-21.  Versículo del día: Juan 3:3.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor Jesús hablando con Nicodemo quien era entre los fariseos un dirigente de los judíos, le da la clave para lo que es la verdadera conversión: hay que nacer de nuevo. Ante estas palabras, Nicodemo no entiende y le responde: “—¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?” (v. 4). Jesús con todo su amor y paciencia le explica: “—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: ‘Tienen que nacer de nuevo’. El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu” (vv. 5-8).
Nicodemo, maestro de Israel no logra entender el misterio de las palabras de Jesús. Sin embargo, el mismo Jesús nos deja bien claro el amor de Dios por el mundo: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). No hay la menor duda: la única manera de obtener la vida eterna es aceptando a Jesucristo en nuestras vidas. Ahí se produce el nuevo nacimiento. ¿Qué si lo entendemos? Quizá no; pero por fe lo recibimos abriéndole la puerta y dejándolo entrar (Apocalipsis 3:20). Si nunca lo has hecho, te invito para que nazcas de nuevo haciendo una pequeña oración:

Señor Jesucristo: yo te necesito; le abro la puerta de mi vida y te acepto como mi Único y Suficiente Señor y Salvador. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y permitirme nacer de nuevo del Espíritu para obtener la vida eterna a tu lado. ¡Te alabo bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 8 de enero de 2020

Conviértete en mensajero de paz


¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina! 
Isaías 52:7. NVI.

Lectura: Isaías 52:1-12.  Versículo del día: Isaías 52:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Miremos otro pasaje de la Biblia: “Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?  ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!” (Romanos 10:14-15). Bien dice: “¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado?”. Al ir cruzando el camino, nos convertimos en predicadores enviados y llevamos alegría a todos los corazones que abren sus oídos y ojos para escuchar las palabras de Jesucristo.
¿Quieres que el Señor admire tus pies porque por donde vas, llevas el mensaje de la salvación? Entonces tienes que estar dispuesto a ser verdaderamente su discípulo. De seguro que, si lo eres, empiezas a encontrar el propósito de Dios en tu vida haciendo lo que Él más desea: llevar el mensaje de su Hijo, el Señor Jesucristo, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, sino que obtenga la vida eterna.
¡Conviértete en mensajero de paz anunciando las Buenas Nuevas a tanto necesitado!

Amado Señor: queremos hacer tu voluntad. Enséñanos a ser mensajeros de paz llevando tu Evangelio por donde quiera que pasamos. Pon en nuestros corazones tanto el querer como el hacer por tu buena voluntad; conviértenos en verdaderos discípulos tuyos. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 7 de enero de 2020

Cristo restableció nuestra relación con el Padre


Recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 
Efesios 2:12 NVI.

Lectura: Efesios 2:11-22.  Versículo de día: Efesios 2:12.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo hablándoles a los cristianos de Éfeso, les hace ver la grandeza de Dios, al incluirlos dentro de la familia celestial, herederos también de la promesa a Abraham. Nos dice más adelante: “Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba, pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos” (vv. 14-15). Solo bastó el sacrificio de Cristo para poder acercarnos libremente a Dios. El pueblo judío tenía que entender que por esa razón el velo del templo se rasgó en dos cuando el Señor murió en esa cruz. Y nosotros, los gentiles simplemente por la naturaleza que proviene del pecado original tampoco teníamos libertad para llegar hasta el Padre Celestial. ‘de los dos pueblos, hizo uno solo. Bastó su sacrificio para entonces, enseñarnos que ya no es necesaria la ley con sus mandamientos y requisitos, sino que: “Por medio de Cristo, tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.” (v. 19).

Gracias Señor Jesús porque por tu intermedio hemos restablecido la comunicación con nuestro buen Papito. Queremos agradarte de tal manera que podamos acercarnos al trono de la gracia libres de toda culpa y con el privilegio de ser hijos del Dios Altísimo, con entera confianza para glorificar con nuestros actos tu bendito Nombre.                                                      

Un abrazo y bendiciones.    

lunes, 6 de enero de 2020

No te dejaré hasta cumplir lo prometido


Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. 
Génesis 28:15 NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS (NBLA).

Lectura: Génesis 26, 27 y 28. Versículo del día: Génesis 28:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Ayer en la predicación el Señor me habló muy claro. Con frecuencia me saltan pensamientos como: ¿qué haces aquí en esta tierra que no es la tuya? O ¿No crees que es mejor dejar todo esto e irte de nuevo para tu país? Bueno; he venido luchando de un tiempo para acá con estas inquietudes, pero mi Señor, a pesar de tantas caídas y de estar tan alejada últimamente de Él, me sigue amando igual y velando por mi futuro. A lo largo de Génesis 26, 27 y 28 el Señor continúa tanto en Isaac como en Jacob la promesa hecha a Abraham y entonces entendí muy claro: ‘en este 2020 quédate aquí porque aquí está tu bendición’. Tal como se lo dijo a Isaac (Génesis 26:3). A pesar de los problemas el Señor sigue afirmando: “No temas, porque Yo estoy contigo” (Génesis 26:23). Más adelante Isaac bendice a Jacob y en un sueño igual, el Señor le dice: “Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido” (Génesis 28:15).  Y ahí vino a mi mente y recordé la promesa que el Señor me dio hace tantos años: “No teman, porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa —dice el Señor Todopoderoso—. Mía es la plata, y mío es el oro —afirma el Señor Todopoderoso—. El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso” (Hageo 2:6-9).
Como conclusión: el Señor desea que mire con agrado esta tierra a donde me ha traído porque es aquí que Él me bendecirá. No me va a dejar y me va a guardar por donde quiera que vaya. Así que empezaré a agradecerle por tanto bien recibido y tanta promesa esperada.

Mi Amado Señor: muchas gracias por seguir mirándome con tanto amor. No merezco que vengas a mí; mas gracias por tu Palabra y las promesas que me das. Tú sigues siendo Fiel porque tu amor es inmutable. ¡Perdóname Señor por fallarte tanto y vuélveme a poner en tu redil! ¡Te amo mi Jesús!

Un abrazo y bendiciones.