He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y lo colmaré de consuelo.
Isaías 57:18 NVI.
Lectura: Isaías 57:1-21. Versículo del día: Isaías 57:18.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Cuántas veces nos pasa
igual que a los que el profeta Isaías se refería en este capítulo? Somos tercos
para escuchar y actuar de acuerdo como nos lo manda la Palabra de Dios. Dice
aquí: “pero él prefirió seguir sus obstinados caminos” (v. 17). De un modo u
otro el Señor nos llama para que volvamos nuevamente a Él; estamos ya tan arraigados
al mundo que no ponemos atención a sus palabras. Cuando hemos recibido a Cristo
como Señor y Salvador personal, Dios puede con su amor cautivarnos nuevamente y
no dejarnos avanzar por senderos equivocados.
Le doy gracias a Dios
porque ayer en la predicación supe que el Señor hablaba directamente a mi
corazón. Su amor y misericordia son tan grandes que no deja de asombrarme: “Yo
habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de
espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los
quebrantados” (v. 15). Sí; Jesús vino a reinar en mi corazón, sin que le importe
mi terquedad. Me ama tanto, que solo está esperando mis palabras de: ‘perdóname
Señor’, para envolverme en sus brazos y cargarme hasta su redil de nuevo.
Mi Amado Señor: ¡Perdóname!
He sido demasiado necia a tu Palabra. Tú Eres el Alto y Sublime que habitas en
la eternidad. Tu Nombre es Santo y Tú no dejas al contrito y humilde de
espíritu. Vienes a mí para reanimarme a seguir Contigo consolándome y
reconfortándome con tu gracia. Sé que no es fácil mi Señor, pero Tú serás con
tu Santo Espíritu levantando mi ánimo y dándome el dominio propio para utilizar
como debe ser el libre albedrío que me has provisto. Gracias por tu amor.
Lléname con él; que no necesite nada del mundo ni me deje llevar por sus deseos.
Solamente quiero seguirte mi Jesús. ¡Te amo!
Un abrazo y bendiciones.
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