Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; pero, si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían.
Juan 5:43. NVI.
Lectura: Juan 5:
31-47. Versículo del día: Juan 5:43.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente, en estos
tiempos se está cumpliendo esta Palabra. “si otro viniera por su propia cuenta,
a ese sí lo aceptarían”. Por internet hay cantidad de supuestos mensajeros del
Señor o de personas que tergiversan todo el Evangelio, haciendo creer que el
Señor se les reveló a ellos y mezclan ciertas verdades en medio de mentiras, lo
cual confunde frecuentemente a quienes no están firmes en la fe y desvían del camino
correcto. “si otro viniera por su propia cuenta, a ese sí lo aceptarían”. Sí;
no aceptan el Evangelio de las Buenas Nuevas que nos dejó directamente el Señor
Jesucristo, pero sí están listos para abrir los ojos y el entendimiento a cuanto
movimiento de conspiración encuentren. El mismo Señor Jesús sigue hablando aquí
y dice: “Y el Padre mismo que me envió ha testificado en mi favor. Ustedes
nunca han oído su voz, ni visto su figura, ni vive su palabra en ustedes,
porque no creen en aquel a quien él envió” (vv. 37-38). Es que no solamente el
Nuevo Testamento nos revela quién es Jesús de Nazaret; las Escrituras también
nos lo afirma. Por eso dice aquí: “Ustedes estudian con diligencia las
Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las
que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para
tener esa vida”. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!” (vv. 39-40).
Las Escrituras, las Buenas Nuevas nos hablan de Jesús; pero al hombre sí que le
cuesta creer en Él Es muy claro, pero ¡hay tantos con los ojos vendados y los
oídos tapados!
Tengamos bien cimentada
esta verdad: Jesús es el Hijo de Dios; Él mismo es Dios y no necesita ‘ayudantes’
que tergiversen su Palabra y la cambien. “La suma de tu Palabra es verdad”
(Salmo 119:160 RVR 1960). Lo Escrito, escrito está. “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35).
Señor Jesús:
creemos firmemente que Tú Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado. Que Eres el
Salvador del mundo; el Mesías prometido desde el Antiguo Testamento. Precioso
Espíritu Santo, sé Tú nuestro guía para que podamos levantarnos con seguridad a
proclamar lo que es verdad sobre Jesús de Nazaret. Gracias bendito Dios y Señor
nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
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