No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu.
Efesios 5:18. NVI.
Lectura: Efesios 5:1-20. Versículo del día: Efesios 5:18.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús nos
prometió un Consolador que vendría en nuestra ayuda a morar en los creyentes (Juan
14:16). En el mismo momento de la salvación entró también el Espíritu a
convivir con nosotros. Pero también se nos da la orden de llenarnos de Él; de permitirle
que sea dirigiendo cada área de nuestra vida guiándonos y controlándonos. El
apóstol Pablo nos insiste en que, si ahora somos luz, debemos andar como hijos
de luz. Imitadores de Dios como hijos muy amados, teniendo cuidado de nuestra
manera de vivir ya que los días son malos (vv. 15-16). Para andar en la luz,
debemos recurrir a ese Consolador quien nos ayuda en toda ocasión, La llenura
del Espíritu nos trae gozo, paz, paciencia, bondad, mansedumbre, templanza. Es
la única manera de no dejarnos llevar por las atracciones del mundo ni darle cabida
a la carne. Es el Espíritu Santo quien nos redarguye cuando hemos caído y nos
hace volver al camino correcto. Estar dirigidos por el Espíritu dará la diferencia
entre el hombre carnal y el hombre espiritual. Teniendo en cuenta esto: volvámonos
super amigos del Espíritu Santo. Que todo lo que hagamos lleve su sello para
poder darle la gloria al Hijo que hizo su obra de expiación por ti y por mí.
Oremos:
Padre amado: He
estado manejando mi vida y se me ha olvidado que el trono se lo entregué a
Cristo Jesús. Te pido perdón por ello y le pido a Cristo que tome nuevamente el
control del trono de mi vida; lléname con tu Santo Espíritu como me ordenaste
que lo estuviera y como prometiste que lo harías, si lo pedía con fe. Precioso
Espíritu de Dios: ¡te necesito! ¡Perdóname! Ven a morar conmigo y dame todo tu
fruto. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Te doy
gracias porque sé que lo has hecho y por tomar el control de mi vida.
Un abrazo y bendiciones.
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