jueves, 16 de enero de 2020

¡Si supieras lo que Él te puede dar!


Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida. 
Juan 4:10 NVI.

Lectura: Juan 4:1-42.  Versículo del día: Juan 4:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto le dijo el Señor Jesús a la mujer samaritana. Los samaritanos no tenían parte con los judíos y ellos adoraban en ese monte. Por eso el Señor quería entrarle a la mujer porque Él vino, no solamente por los de su pueblo sino por toda la humanidad. Como la conversación empieza a través del agua del pozo donde ella normalmente saca para beber y al pedirle el Señor agua y ella negarse por ser Jesús judío, el Señor empieza a hablarle de manera espiritual para llegar al corazón de ella haciéndola entender que Él es el agua de vida. La mujer ha tenido cinco esposos y con el que está en ese momento, no lo es. Entonces, Jesús se le revela como el Mesías, el Cristo esperado no solo por los judíos sino también por samaritanos. La mujer va corriendo a hablarle a los de su pueblo para que se acerquen a ver esta maravilla que a ella cautivó. Así que muchos samaritanos fueron y creyeron en Él. Para los samaritanos ese pozo tiene un significado especial por eso Jesús le hace ver que no importa el lugar donde se adore porque el Padre desea que lo adoremos en espíritu y en verdad.  
Quizá tú igual que esta mujer estás sediento. Los problemas te abruman y deseas salir adelante pero no sabes cómo. Jesús, el Agua de vida quiere venir a ti para que le conozcas y Él pueda llenar ese vacío que tienes. ¡Si supieras lo que Él te puede dar! Te invito para que abras tu corazón a Jesús, haciendo esta pequeña oración:

Señor Jesús: mi vida ha estado sedienta y no encuentro el agua definitiva que calme mi sed. Por favor, ven a mí, toma el trono de ella y hazme entender como esta mujer que Eres el Mesías prometido; el Cristo vivo que murió en una cruz por mí y resucitó para darme vida eterna. Jesús, lo creo y te acepto como mi único y suficiente Señor y Salvador. Gracias por hacérmelo entender. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

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