Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido.
Génesis 28:15 NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS (NBLA).
Lectura: Génesis 26, 27 y
28. Versículo del día: Génesis 28:15.
MEDITACIÓN DIARIA
Ayer en la predicación el
Señor me habló muy claro. Con frecuencia me saltan pensamientos como: ¿qué
haces aquí en esta tierra que no es la tuya? O ¿No crees que es mejor dejar
todo esto e irte de nuevo para tu país? Bueno; he venido luchando de un tiempo
para acá con estas inquietudes, pero mi Señor, a pesar de tantas caídas y de
estar tan alejada últimamente de Él, me sigue amando igual y velando por mi
futuro. A lo largo de Génesis 26, 27 y 28 el Señor continúa tanto en Isaac como
en Jacob la promesa hecha a Abraham y entonces entendí muy claro: ‘en este 2020
quédate aquí porque aquí está tu bendición’. Tal como se lo dijo a Isaac (Génesis
26:3). A pesar de los problemas el Señor sigue afirmando: “No temas, porque Yo
estoy contigo” (Génesis 26:23). Más adelante Isaac bendice a Jacob y en un
sueño igual, el Señor le dice: “Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera
que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido” (Génesis
28:15). Y ahí vino a mi mente y recordé
la promesa que el Señor me dio hace tantos años: “No teman, porque así dice el
Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la
tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus
riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa —dice el Señor
Todopoderoso—. Mía es la plata, y mío es el oro —afirma el Señor Todopoderoso—.
El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el
Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor
Todopoderoso” (Hageo 2:6-9).
Como conclusión: el Señor
desea que mire con agrado esta tierra a donde me ha traído porque es aquí que
Él me bendecirá. No me va a dejar y me va a guardar por donde quiera que vaya.
Así que empezaré a agradecerle por tanto bien recibido y tanta promesa
esperada.
Mi Amado Señor:
muchas gracias por seguir mirándome con tanto amor. No merezco que vengas a mí;
mas gracias por tu Palabra y las promesas que me das. Tú sigues siendo Fiel
porque tu amor es inmutable. ¡Perdóname Señor por fallarte tanto y vuélveme a
poner en tu redil! ¡Te amo mi Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario