lunes, 6 de enero de 2020

No te dejaré hasta cumplir lo prometido


Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. 
Génesis 28:15 NUEVA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS (NBLA).

Lectura: Génesis 26, 27 y 28. Versículo del día: Génesis 28:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Ayer en la predicación el Señor me habló muy claro. Con frecuencia me saltan pensamientos como: ¿qué haces aquí en esta tierra que no es la tuya? O ¿No crees que es mejor dejar todo esto e irte de nuevo para tu país? Bueno; he venido luchando de un tiempo para acá con estas inquietudes, pero mi Señor, a pesar de tantas caídas y de estar tan alejada últimamente de Él, me sigue amando igual y velando por mi futuro. A lo largo de Génesis 26, 27 y 28 el Señor continúa tanto en Isaac como en Jacob la promesa hecha a Abraham y entonces entendí muy claro: ‘en este 2020 quédate aquí porque aquí está tu bendición’. Tal como se lo dijo a Isaac (Génesis 26:3). A pesar de los problemas el Señor sigue afirmando: “No temas, porque Yo estoy contigo” (Génesis 26:23). Más adelante Isaac bendice a Jacob y en un sueño igual, el Señor le dice: “Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas… No te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido” (Génesis 28:15).  Y ahí vino a mi mente y recordé la promesa que el Señor me dio hace tantos años: “No teman, porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa —dice el Señor Todopoderoso—. Mía es la plata, y mío es el oro —afirma el Señor Todopoderoso—. El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso” (Hageo 2:6-9).
Como conclusión: el Señor desea que mire con agrado esta tierra a donde me ha traído porque es aquí que Él me bendecirá. No me va a dejar y me va a guardar por donde quiera que vaya. Así que empezaré a agradecerle por tanto bien recibido y tanta promesa esperada.

Mi Amado Señor: muchas gracias por seguir mirándome con tanto amor. No merezco que vengas a mí; mas gracias por tu Palabra y las promesas que me das. Tú sigues siendo Fiel porque tu amor es inmutable. ¡Perdóname Señor por fallarte tanto y vuélveme a poner en tu redil! ¡Te amo mi Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

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