viernes, 31 de mayo de 2019

¡Hay tanto por agradecer! Y se nos olvida


¡Den gracias al Dios de los cielos! ¡Su gran amor perdura para siempre! 
Salmo 136:26. NVI.

Lectura: Salmo 136:1-26.  Versículo del día: Salmo 136:26.

MEDITACIÓN DIARIA

Con frecuencia se nos olvida ser agradecidos. Es que si no lo hacemos con quienes están a nuestro alrededor y vemos, con mayor razón no lo hacemos con nuestro buen Dios que no vemos. Pues bien; este Salmo nos anima a darle gracias al Señor por su grandeza y poder. El solo hecho de levantarnos y poder mirar al cielo azul con su gran astro dándonos su luz y calor ya es suficiente. Primero fijémonos: tenemos un día más de vida; luego también podemos ver; podemos sentir que el sol nos calienta. Nada más son tres motivos ya para alabarle. Y si nos paramos a caminar: gracias Señor porque tenemos piernas y pies. Salimos de casa; o sea tenemos un techo donde albergarnos; regresamos a merendar: gracias Señor por proveernos tanto un recinto como el alimento diario; además nos cuidaste en el camino. Si divisamos el horizonte vemos quizá montañas, valles, planadas, árboles, pajaritos y animales que corretean de un lado para el otro: gracias Dios Creador del universo. Gracias porque podemos aspirar el perfume de las flores, sentir el aire fresco en nuestro rostro y captar los latidos de nuestro corazón. ¡Y qué no decir de tu amor! Lo entregaste todo por nosotros. Esto es obra tuya Señor y te estamos muy agradecidos.

No tenemos más que palabras para decirte: ¡Gracias, muchas gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 30 de mayo de 2019

La seguridad de saber cuánto nos ama


Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. 
Romanos 8:28. NVI.

Lectura: Romanos 8:28-39.  Versículo del día: Romanos 8:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Es claro que Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros. Él nos conoció de antemano, nos eligió para llegar a ser como su Hijo; nos llamó, nos justificó y nos glorificó (vv. 29-30). Todas estas cosas maravillosas ha hecho Dios con nosotros; y si Él está a favor, “¿quién podrá ponerse en nuestra contra?” (v. 31). Teniendo esto como base, ya es tiempo de no creerle más a Satán quien nos acusa y condena, porque nadie puede hacerlo ya. Pertenecemos al Señor Jesús quien murió y resucitó por nosotros y está sentado a la derecha del Padre e intercede por nosotros (vv. 33-34).
Por eso nos afirma también aquí la Escritura: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?” (v. 35). En Cristo somos más que vencedores y tenemos la victoria. “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (v. 38-39). La Nueva Traducción Viviente dice que ni los temores de hoy ni las preocupaciones del mañana; es que nada, absolutamente nada podrá separarnos de su amor. ¡Gloria a Dios por su infinito amor!

Amado Dios: Gracias por amarnos tanto. Gracias por tenernos tan presente que no permites que haya algo o alguien que nos haga creer que te olvidaste y ya poco te importamos. Gracias por esa seguridad que nos das al saber y entender todo lo que has hecho por nosotros sin importarte más bien, lo ingratos que hemos sido Contigo. ¡Perdónanos buen Dios! ¡Tú nos das tanto y nosotros tan poco! No somos merecedores de tanto amor. Muchas gracias Papito Lindo.

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Es el Dios que también calma tempestades en tu vida


Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: ¿Quién es este, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen? 
Lucas 8:25. NVI.

Lectura: Lucas 8:22-25.  Versículo del día: Lucas 8:25.

MEDITACIÓN DIARIA

La lectura se refiere al episodio donde Jesús calma la tormenta. Es hermoso saber que nosotros tenemos al mismo Jesús de hace más de dos mil años en nuestros corazones. La majestad y soberanía de nuestro Señor no ha cambiado ni cambiará para nada. Esa es la certeza que tenemos. El mismo Jesús que se paseó por las calles de Galilea, ahora se pasea por nuestras vidas. Vidas que quizá también están llenas de tormentas y aguas turbulentas.
“Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro” (v. 23). Tal vez estás en medio de la tormenta y comienzas a hundirte. Jesús igual puede venir en tu rescate: no solo es capaz de calmar la tempestad del clima sino también la ocasionada por los vientos y las lluvias que atacan nuestras áreas espiritual y física. Ve a Jesús, despiértalo porque hace tiempo lo dejaste y ahora tienes miedo. Él con solo una palabra puede reprender los vientos y las olas que golpean en tu vida. Él lo hará.

Amado Señor: en este mundo confuso y caótico nos enfrentamos a crisis económicas, emocionales, físicas y espirituales. Perdónanos porque te hemos tenido como a un Dios latente y olvidado. Hoy necesitamos de tu ayuda y te pedimos humildemente que vengas a calmar estas dolencias que únicamente Tú puedes parar. Gracias porque te reconocemos como el Dios Soberano y Poderoso que Eres. Solamente Tú Señor pones fin a esta zozobra en nuestras vidas. Gracias por hacerlo buen Dios. Descansamos en Ti. ¡La victoria es tuya!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 28 de mayo de 2019

Hay que confesar y dejar el pecado


Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón. 
Proverbios 28:13. NVI.

Lectura: Proverbios 28:1-28.  Versículo del día: Proverbios 28:13.

MEDITACIÓN DIARIA

No podemos decir que no pecamos porque seriamos mentirosos. Es el Espíritu Santo quien nos redarguye de pecado y nos alienta a confesarlo. Si no lo hacemos nuestra relación con el Señor se interrumpirá. Cuando tomamos la determinación de confesarlo, hallamos perdón y limpieza: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9).
El rey David sufrió esa experiencia y en el Salmo 32 nos relata lo que pasa cuando no confesamos los pecados: “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí” (Salmo 32:3-4). El pecado nos ata, nos debilita, nos deprime, nos aleja de Dios. Hay que tomar la decisión de confesarlo con arrepentimiento sincero. Fijémonos que el versículo del día nos demanda esas dos condiciones: confesarlo y dejarlo. Nada sacamos con confesar y seguir en lo mismo. Al final, si lo hacemos, volvemos a tener comunión directa con Dios y nos sentiremos libres. El peso y la culpa caerán; además Satanás ya no podrá seguir culpándonos. “Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño” (Salmo 32:2).

Amado Señor: Gracias porque Tú ya viniste a pagar por todos nuestros pecados y desde ese momento cuando lo reconocimos, te pertenecemos. Bien sabemos que la naturaleza pecaminosa nos incita a caer, pero en Ti tenemos el perdón. Perdónanos Señor y límpianos de toda maldad que se halle incrustada en nuestro corazón. No solamente te pedimos perdón por los pecados de acción sino también por los de omisión. Limpia igualmente nuestros pensamientos y permite que queden blancos como la nieve. Gracias bendito Dios por tanta misericordia y amor hacia nosotros. ¡Te alabamos y te bendecimos!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 27 de mayo de 2019

¿Quién es tu Dios?


Yo sé que el Señor, nuestro Soberano, es más grande que todos los dioses. 
Salmo 135:5. NVI. 

Lectura: Salmo 135:1-21.  Versículo del día: Salmo 135:5.

MEDITACIÓN DIARIA 

No solamente es el más grande de cuanto dios existe; es que no hay otro igual. Él es el Único y Verdadero Dios. “Tu nombre, Señor, es eterno; tu renombre, por todas las generaciones” (v. 13). Todos los que se hacen ídolos o los tienen, deberían mirar este pasaje: “Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca!”. (vv. 15-17).
Para ti, ¿quién es tu Dios? ¿El carro, la plata, el poder, la posición? O quizá: ¿tu padre, tu cónyuge o tu hijo? ¿Más bien te inclinas por la lotería o el horóscopo? Y si es determinado santo o figura así sea de oro o plata ¿pueden hablar, ver u oír? Todos los paganos o necios van en busca de ellos. No son nada más que figuras falaces y mira lo que dice el versículo 18: “Semejantes a ellos son sus hacedores y todos los que confían en ellos”. Satanás es el padre de la mentira y le fascina suplantar a Dios porque eso es lo que quiere: pleitesía y honra. Reflexiona y pregúntate: ¿quién es mi Dios? Quizá creas que por seguir una religión y tener uno que otro ídolo no estás pecando. Pero no es así. El Señor Jesús le reafirmó a Satanás: “Las Escrituras dicen: Sólo al Señor tu Dios adorarás, y solamente a él le obedecerás” (Mateo 4:10 NBV). “A ese Dios, el único sabio, sea la gloria por siempre a través de Jesucristo. Amén” (Romanos 16:27 BLPH).

Amado Señor Jesús: Creemos, confesamos, declaramos y proclamamos que Tú Eres el Verdadero Hijo de Dios lleno de gracia y de verdad. Que moriste en una cruz por nuestros pecados y por el poder del Espíritu de Dios te levantaste de entre los muertos para venir a darnos vida y vida eterna por siempre a tu lado. Permite Señor que nunca se nos olvide de dónde nos rescataste para no volver hacia atrás; y para que persistentemente te tengamos en el primer lugar como lo deseas y lo mereces. Queremos amarte con toda la mente, el corazón y el alma. ¡La gloria sea solamente para Ti buen Dios y Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 25 de mayo de 2019

¡Hasta dónde llega su amor inagotable!


Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 
Romanos 8:26. NVI.

Lectura: Romanos 8:18-27.  Versículo del día: Romanos 8:26.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien nos dice la porción de la lectura que lo que ahora sufrimos no tiene comparación con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a Él (v. 18). No solo la creación gime como con dolores de parto; nosotros también gemimos interiormente mientras esperamos la redención de nuestro cuerpo. En esa espera mostramos nuestra constancia (vv. 22-25). Nos anima saber que el Señor dijo que aquí tendríamos aflicciones pero que confiáramos porque Él venció al mundo.  
Sí; ¡son tantas cosas por las que pasamos mientras estamos en este peregrinaje! Toda nuestra naturaleza humana se ve afectada en las diferentes áreas y con frecuencia nos sentimos desfallecer al punto que ya ni siquiera sabemos qué queremos o en dónde nos encontramos. Pero cuando estamos más débiles, más caídos, viene el Espíritu Santo a tendernos su mano e interceder por nosotros de un modo tan especial, que no hay palabras para expresarlo. ¡Hasta dónde llega la belleza de su amor! Se me asemeja todo esto al cuadro que tiene mi hijo: el Señor sosteniendo al que no puede más y que tiene en la mano el martillo y el clavo; se ven los huecos de los clavos en las manos y pies del Señor. O sea, el mismo Señor sosteniendo al que no puede más y al que lo ha crucificado. De la sangre de Cristo que brota nacen lirios a los lados. Bien dice Thomas Blackshear: “Ese hombre, yo mismo, todos, somos sostenidos por Cristo, especialmente cuando vamos a caer y le pedimos que no nos deje”. Así es: tú, él, yo. Todos redimidos por su sangre, pero todos contribuimos con el pecado a clavarle clavos en sus manos y sus pies. Gloriosa redención que nos permite con su sangre ir por el camino en medio de lirios blancos tal como nos ve ahora el Padre Amado.

Bendito Señor Jesús: Gracias por venir a morir en nuestro lugar. No alcanzamos a imaginar lo que hiciste por nosotros hasta que es tu Santo Espíritu quien nos lo revela. Gracias porque Él clama por nosotros sollozando incomparablemente. Gracias porque nuestros pecados que eran rojos como el carmesí han venido a quedar como blanca lana, igual que los lirios por el jardín en el que ahora Tú nos ves andar. ¡Eres Increíble bendito Dios! ¡Gracias Amado mío! ¡Gracias precioso Espíritu!

Un abrazo y bendiciones.  

viernes, 24 de mayo de 2019

A quien mucho se le perdona mucho ama


Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. 
Lucas 7:47. NVI.

Lectura: Lucas 7:36-50.  Versículo del día: Lucas 7:47.

MEDITACIÓN DIARIA

Para Dios todos los pecados son exactamente iguales; no hay unos más graves que otros. Sin embargo, el hombre (en términos generales), si los alcanza a distinguir cuando conoce al Señor y le entrega su vida. El Espíritu Santo nos da el discernimiento para comprobar hasta dónde llegó el amor y la misericordia de Dios, al perdonar tanta maldad que había en nuestro corazón.
He conocido testimonios de personas que cuentan, cómo fueron sus vidas antes de conocer al Señor y lloran al comprobar la obra regeneradora del Espíritu sobre ellas. Pues fueron asesinos, traficantes, secuestradores y mucho más; pero el Señor cuando llegaron a sus pies, simplemente los recogió en sus brazos y les empezó a diseñar trajes nuevos para que dejasen los harapientos y asquerosos de la vida pasada. En general, todos ellos, valoran mucho más lo que Jesús vino a hacer por sus vidas, al morir en la cruz llevando todo el peso de tanta inmundicia. Aman mucho porque ya saben que sus muchos pecados, ya están perdonados.  

Amado Señor: Deja que nuestras lágrimas también caigan a tus pies como signo de gozo y agradecimiento al saber que no merecíamos en lo más mínimo tu perdón, pero Tú, por amor, resolviste cambiar nuestro rumbo y llevarnos de la mano Contigo.  Tu amor, tu fidelidad y tu misericordia nos envuelven por completo y nos regalan la dicha de estar por siempre al lado tuyo. ¡Te bendecimos y te adoramos buen Dios!  

Un abrazo y bendiciones.           

jueves, 23 de mayo de 2019

Solo Proverbios para instruir a los nuestros


Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará; en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud. 
Proverbios 23:15-16. NVI.

Lectura: Proverbios 23:1-35.  Versículos del día: Proverbios 23:15-16.
MEDITACIÓN DIARIA

Nosotros, los padres, siempre tenemos a nuestros hijitos en oración y nos regocijamos cuando vemos que tienen éxito en lo que emprenden y mucho más cuando sabemos que van por los caminos del Señor. Como no siempre sucede así; en mi parecer, este capítulo de Proverbios cae muy bien para dárselo a conocer a los hijos adolescentes, a los que aún no han llegado a los pies de Jesús o a los que ya lo hicieron pero se han alejado de Él. Miremos lo que sigue diciendo: “No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del Señor. Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida” (vv. 17-18). “Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza” (vv. 19-21). “Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!” (v. 23). Igual les habla también de caer en lazos de la mujer ajena (vv. 27-28). Quizá ellos están esperando los sabios consejos de sus padres. Aquí tenemos una ayuda. Hay que orar y entregárselos a quién todo lo puede. Muchas veces desconocemos las cargas que llevan y en eso podemos ayudarles bastante, cuando no solamente oramos sino dialogamos haciéndoles saber que estamos para sostenerlos no para derrumbarlos.
El Señor permita que todos nuestros hijos y nietos lo busquen de corazón y sigan su camino. “El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!” (vv. 24-25).

Amado Señor: hoy te entregamos a nuestros hijos sabiendo que ellos están en las mejores manos. Permite que como dice tu Palabra, no los desesperemos haciéndolos enojar por la forma en que los tratamos. Al contrario, que seamos sabios para inculcarles tu Palabra y enseñanzas cristianas. Gracias bendito Señor por sus vidas. Son tuyos, te pertenecen. Descansamos en Ti.
Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 22 de mayo de 2019

La dicha de vivir en armonía


¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! 
Salmo 133:1. NVI.

Lectura: Salmo 133:1-3.  Versículo del día: Salmo 133:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Dice más adelante que: “Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras” (v. 2). Y es que el aceite representa al Espíritu Santo y su fruto es: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23 VRV). Todo esto se da cuando estamos reunidos. Definitivamente la comunión con los hermanos es importantísima porque nos hace crecer no solamente espiritual sino fraternalmente y esos lazos son perdurables.
Muy importante que las iglesias programen reuniones de tipo social y recreativo para que el amor fraternal crezca. La hermandad nos hace partícipes tanto de las alegrías como de las penas de los hermanos y eso nos ayuda a alimentarnos espiritualmente. Se cierra el Salmo con lo siguiente: “Donde se da esta armonía, el Señor concede bendición y vida eterna” (v. 3b). Si queremos bendiciones, aprendamos a convivir en unidad.

Amado Señor: Muchas gracias por enseñarnos a vivir en hermandad. Oramos por cada miembro de nuestra Iglesia para que cada día seamos más sensibles al dolor ajeno y a la vez, regocijarnos por los éxitos y triunfos de ellos como si fueran nuestros. Señor que en cada reunión nuestros corazones estén encausados en dar de lo que tenemos sin esperar nada a cambio, al igual que lo hiciste Tú. Gracias por la armonía que Tú deseas de tus hijos Señor.

Un abrazo y bendiciones.

martes, 21 de mayo de 2019

Acepta la gracia y vive para Él


Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. 
Romanos 8:1. NVI.

Lectura: Romanos 8:1-17. Versículo del día: Romanos 8:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Este versículo fue de los primeros que me enseñaron cuando recibí al Señor en mi vida y en verdad afianzó mi fe en Él y en la promesa de una vida eterna a su lado. El Señor Jesús vino a darnos vida. La ley del Espíritu de vida me ha liberado de la muerte y del pecado. Por eso Dios envió a su Hijo, para que se ofreciera por el pecado (vv. 2-3), y nosotros al aceptar su sacrificio y muerte en la cruz, confesándolo con nuestra boca (Romanos 10:9-10), quedamos libre de ese peso. ¡Gloria a Dios! Ahora vivimos según el Espíritu y no dominados por la naturaleza pecaminosa (v. 4).
Ya que somos creaciones nuevas, comportémonos como lo que decimos que somos: permitamos que sea el Espíritu de Dios el que controle nuestra mente para que tengamos vida y paz. Ya fuimos declarados justos a los ojos de Dios. (vv. 6b y 10). Tienes que tener la firme convicción de que ya perteneces a Cristo Jesús y por lo tanto todos, absolutamente todos tus pecados han sido perdonados. El Señor murió por nuestros pecados hace dos mil años; ni siquiera tú o yo habíamos nacido, pero ya nos conocía de antemano y por esos pecados Él fue clavado en esa horrenda cruz. Acepta ahora sin reparo alguno, la gracia que te ofrece y vive para Él.

Amado Señor Jesús: gracias porque Tú sin ser pecador cargaste con todo el peso de nuestra transgresión y rebeldía. Tu divina gracia es la que ahora nos faculta para seguirte y hacer morir la carne que aún brota en nosotros. Gracias Papito Dios porque nos adoptaste como tus hijos y queremos ser obedientes a tu Palabra para hacernos dignos de pertenecer a tu familia celestial. ¡Alabado sea por siempre tu Nombre! ¡Toda la gloria y honor sean para Ti Señor Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 20 de mayo de 2019

Aun en la duda el Señor no nos descalifica


Cuando se acercaron a Jesús, ellos le dijeron: —Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? 
Lucas 7:20 NVI.

Lectura: Lucas 7:18-35.  Versículo del día: Lucas 7:20.

MEDITACIÓN DIARIA

Mirando todo el contexto de esta lectura podemos remitirnos a Mateo 11 donde nos aclara que Juan el Bautista estaba en la cárcel (Mateo 11:2). Recordemos que Herodes lo encarceló y mandó decapitar (Mateo 14). Creo que ustedes como yo nos preguntamos: ¿por qué Juan manda preguntar si Jesús era en verdad el Mesías? Si Juan estuvo con Él cuando Jesús se bautizó en el Jordán y escuchó la voz del Padre que lo reconoció como su Hijo amado. Además, lo reconoció como el Cordero de Dios; ¿por qué entonces ahora duda de Él? Creo que la respuesta es la que todos tenemos cuando nos vemos frágiles o en tiempos de dificultad. Quizá Juan como los demás judíos esperaba a un Mesías reinante que los sacara de la esclavitud de Roma y ahora, no solo eso; él estaba encadenado y pronto a morir. ¿Cómo poder pensar que Jesús si era quien decía ser? Miremos la reacción del Señor, que no reprende ni se justifica con los enviados. Con amor les hace entender que el Evangelio se está propagando: “Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas” (v. 22). El Señor no lo descalificó por esto; a pesar de sus debilidades empezó a hablarle a la multitud de tal manera que inclusive lo exaltó: “Les digo que entre los mortales no ha habido nadie más grande que Juan” (v. 28).
Es una realidad: en momentos de dificultad nuestra fe tambalea. En muchas iglesias se predica un evangelio de: ‘casa, carro y beca’. Se olvida que el mismo Señor dijo que aquí tendríamos aflicciones, pero nos animáramos porque Él venció al mundo (Juan 16:33). No podemos acomodar nuestra voluntad para dejar por fuera la de Dios; y no porque su voluntad sea diferente a la nuestra podemos creer que el Señor ya se olvidó de nosotros. Su plan es perfecto; y a pesar de nuestras debilidades o tropiezos el Señor no nos descalifica. Antes bien, está listo para tendernos la mano y volver a levantarnos. Esa fue su obra redentora en la Cruz del Calvario.

Amado Señor Jesús: tu voluntad es buena, agradable y perfecta. Tú solo tienes planes de bienestar para darnos y todo nos ayuda para bien. Podemos no entenderlo en el momento, pero Tú sabes exactamente el propósito que nos tienes a cada uno. Por favor Señor, no permitas que tropecemos y dudemos cuando no entendemos tu voluntad. Gracias por amarnos tanto que ni siquiera en eso te fijas; al contrario, nos miras con compasión y ternura para seguir Contigo. ¡Bendito Eres por siempre Divino Señor!

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 18 de mayo de 2019

El arte de escuchar


Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar. 
Proverbios 18:13.

Lectura: Proverbios 18:1-24.  Versículo del día: Proverbios 18:13.

MEDITACIÓN DIARIA

Quise hacer mi devocional sobre este versículo porque soy una de las personas que por lo general, no deja que se termine de hablar cuando ya estoy respondiendo y cortando de una vez al interlocutor. ¡Qué vergüenza! Siempre lo pienso y al menor descuido vuelvo a caer en lo mismo.
Estoy segura de que el Señor por medio de su Santo Espíritu, nos puede ayudar en este asunto. Nos toca cogernos fuertemente de Él, ser prudentes y seguir su dirección. ¡Ay es que la lengua nos domina! Con razón dice Santiago que el que la puede controlarla puede hacerlo con todo su cuerpo (Santiago 3:2). Al respecto encontré esta frase que me pareció muy acertada: ‘hablar es una necesidad pero escuchar es un arte que no todo el mundo posee’ (Goethe). Para que exista diálogo tiene que darse, el que habla y el que escucha. Comunicar no es lo mismo que hablar. El escuchar nos hace activos en la comunicación porque podemos observar sensibilidad, gestos y emociones de la persona que nos habla. Pidámosle al Señor nos conceda ese arte.

Amado Señor: te rogamos que seas Tú mismo interviniendo con tu Espíritu cuando de escuchar se trata para no pasar solamente por incultos. También reflejamos con esto necedad y Tú deseas que seamos sabios. Gracias porque tu Palabra es tan extensa y comprensible que hasta en los mínimos detalles nos enseña.

Un abrazo y bendiciones.

viernes, 17 de mayo de 2019

Te esperamos con toda el alma


Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. 
Salmo 130:5. NVI.

Lectura: Salmo 130:1-8. Versículo del día: Salmo 130:5.


MEDITACIÓN DIARIA

Así como el pueblo de Israel esperaba la venida del Mesías, su Iglesia ahora, espera su regreso. Creo que ese es el deseo de todos los cristianos: esperar con ansia la segunda venida del Señor. “Porque en él hay amor inagotable; en él hay plena redención” (v. 7b). ¡Bendita esperanza! Nadie ni nada nos la puede arrebatar porque su perfecto amor está por encima de cualquier circunstancia. Su redención no fue por un instante ni por un día; fue y seguirá siendo para siempre y por siempre. En eso consiste su gracia derramada. El Señor nos vino a rescatar; a dar por terminado el castigo. Ya pagó con su preciosa sangre aquello que estaba en deuda, hipotecado en las garras de Satán.
Por eso esperamos con júbilo estar a su lado, bien sea participando en su regreso a la tierra o si nos llama antes para estar en su presencia. De todas maneras, anhelamos vernos ese día.

Amado Jesús: Anhelamos con todo el corazón tu próxima venida. Hay tanta maldad por todas partes arraigada, que nos atemoriza el mañana para nuestros niños. ¡Ven ya Señor Jesús! Tu novia, la Iglesia, te espera con toda el alma. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.


jueves, 16 de mayo de 2019

Somos débiles, pero Cristo es nuestra fortaleza


Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 
Romanos 7:18-19. NVI.

Lectura: Romanos 7:1-25.  Versículos del día: Romanos 7:18-19.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que nadie sin excusa puede afirmar que le pasa lo mismo que a Pablo. Como lo dice él: en mi naturaleza pecaminosa, en mi carne, no mora el bien; aunque quiera hacerlo, no puedo hacerlo. ¡Se nos avecina un conflicto! Pero gracias al Señor Jesucristo hemos quedado libres de la ley para servir al que nos da todo poder a través de su Santo Espíritu (vv. 5-6).
Miremos: ser tentado es diferente a caer en pecado. Si pecamos, abogado tenemos ante el Padre: a Jesucristo el justo (1 Juan 2:1). Nuestro pensamiento o deseo pudo haber sido seguir a Cristo y no fallarle. Pero llegan las reacciones de la carne que se pueden manifestar en forma de pensamientos o deseos que también pueden transformarse en acciones. Es ahí cuando hay que arrepentirse y pedir perdón para levantarse y continuar: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9). Bien lo expresa Pablo: “¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!” (vv. 24-25 en la lectura). Sí, gracias Señor Jesucristo. Somos débiles pero Él es nuestra fortaleza.

Señor Jesús: en tu Palabra está escrito que seríamos mentirosos si decimos que no pecamos. Lo reconocemos y te pedimos perdón por esto. Gracias porque no solamente nos perdonas, sino que también nos limpias. Gracias por el poder que nos das con tu Santo Espíritu para renunciar a la naturaleza pecaminosa. ¡Te amamos bendito Señor! ¡Tu misericordia es incuestionable!

Un abrazo y bendiciones.


miércoles, 15 de mayo de 2019

Jesús puede resucitar lo muerto en ti


Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: —Joven, ¡te ordeno que te levantes! El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Lucas 7:14-15. NVI.

Lectura: Lucas 7:11-17.  Versículos del día: Lucas 7:14-15.

MEDITACIÓN DIARIA

Jesús en su ministerio no solamente sanó enfermos. Hacía poco lo había hecho con el siervo del centurión y ahora seguía mostrando no solamente su poder sino también su misericordia. Dice la lectura que esta mujer era viuda y solamente tenía un hijo, el cual se acababa de morir. O sea, quedaba completamente desamparada por consiguiente era lamentable su situación. “Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: —No llores” (v. 13); y después procede a resucitar a su hijo.
Ahora veamos la situación por el lado espiritual de cada uno de nosotros. Efesios 2 dice que nosotros antes estábamos muertos en nuestras transgresiones y pecados por esto éramos objeto de la ira de Dios. Pero que Dios en su misericordia, por su gran amor nos dio vida con Cristo y por gracia fuimos salvados. Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo entrar en las regiones celestiales (Efesios 2:1-10). ¡Gloria al Señor! Más adelante ahí mismo en Efesios está escrito: “recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12). Como esa viuda había un pasado triste, un presente amargo y un futuro sin esperanza. ¿Cuántas veces te sientes así? El Señor hoy te está mostrando que no hay nada, absolutamente nada imposible para Él. Tu vida puede tener el pasado más violento y solitario, pero Jesús te ofrece un presente real y un futuro con una esperanza verdadera: la vida eterna. Te invito a orar:

Amado Señor Jesús: Tú eres la fuente de la vida y a Ti recurro para que ese pasado triste y lúgubre se borre completamente con tu poder obrando en mí. Gracias por perdonar mis pecados y limpiarme de toda culpa. Gracias por permitirme entrar a las regiones celestiales a tu lado. Gracias porque por tu amor tengo una esperanza gloriosa. ¡Te alabo y te adoro bendito Dios!

Un abrazo y bendiciones.

martes, 14 de mayo de 2019

El Espíritu Santo nos discierne el camino correcto


Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. 
Proverbios 14:12. NVI.

Lectura: Proverbios 14:1-35.  Versículo del día: Proverbios 14:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuántas veces creemos que vamos por el camino correcto y al final nos damos cuenta que estábamos bien equivocados. Pasa mucho, más que todo, cuando no se tiene al Señor en la vida. Sin embargo, también se puede caer en esos laberintos siendo cristianos al no permitir al Espíritu Santo que dirija nuestros pasos por la senda correcta.
Pero si estamos andando como espirituales, el temor del Señor se convierte en un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos (v. 26). El baluarte es un recinto fortificado para resistir ataques enemigos; y eso es lo que poseemos cuando de pronto, nuestro adversario, el diablo, nos busca queriéndonos devorar. Es el Espíritu Santo quién nos lleva hacia ese lugar seguro para no dejarnos desviar. También nos dice la lectura que: El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de las redes de la muerte”. (v. 27). Jesús dijo ser el agua de vida y “que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna” (Juan 4:14). Es también el Espíritu Santo quién nos da el discernimiento para alejarnos de las redes de la muerte y seguir dirigiendo nuestros pasos hacia la patria celestial. ¡Cuántas ventajas y regalos tenemos cuando aceptamos que Jesús sea el Señor y Salvador de nuestras vidas!

Señor Jesucristo: gracias por morar en nuestros corazones y cuidarnos como lo haces Tú, librándonos de caminar por sendas incorrectas. Gracias porque Eres el agua de vida que refresca todo nuestro ser y nos calma cuando estamos sedientos. Gracias porque tu Santo Espíritu nos ayuda a discernir si vamos por buen camino o nos estamos extraviando. ¡Te alabamos y te adoramos bendito Dios!

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 13 de mayo de 2019

Nuestras generaciones son tuyas Señor


Que el Señor te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. Que vivas para ver a los hijos de tus hijos. 
Salmo 128:5-6. NVI.

Lectura: Salmo 128:1-6.  Versículos del día: Salmo 128:5-6.

MEDITACIÓN DIARIA

Ayer día de la madre, una persona de la Iglesia muy querida al felicitarme pronunció algo parecido; dijo: 'el Señor te bendiga y te permita ver los hijos de todos tus hijos'. Me asombré porque nunca me habían dicho algo así y al hacer mi devocional, me encuentro con algo similar. Son las cosas que solamente coordina nuestro buen Dios. ¡Qué lindo deseo y cuanto encierra en sí! Es una bendición que va más allá de mi propia vida e involucra a las generaciones venideras. Considero que hay promesas que encierran toda su verdad y por consiguiente nos trasladan hacia otras enseñanzas que no podemos dejar a un lado como en este caso, porque también nos dice su Palabra: “Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad” (Proverbios 3:1-2).
Si queremos tener una vida larga con el propósito definido de Dios, entonces también acatemos lo que Él demanda de nosotros y no nos hagamos los sordos ni los ciegos a lo que significa todo el compendio de su verdad. Aprópiate de esta Palabra que te ayudará a recibir la promesa hermosa de la lectura; es para ti. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades” (Deuteronomio 6:5-9.  Lo resaltado es personal).

Amado Señor Jesús: gracias porque tu Palabra es verdad y es a través de ella que tu Santo Espíritu nos inspira para enseñarnos a recibir lindas promesas como la de prolongar nuestra vida hasta ver a los hijos de nuestros hijos. Señor que seamos obedientes para que tanto ellos como los nietos cumplan tus preceptos y se acojan también bajo el manto de tu bendita gracia. Desde ahora te entregamos nuestras generaciones venideras. Las bendecimos con bendiciones del alto cielo y con bendiciones del mar profundo. Con bendiciones del pecho y del seno materno. Son tuyos mi Señor.

Un abrazo y bendiciones.

sábado, 11 de mayo de 2019

Muerte es separación; regalo: salvación


Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. 
Romanos 6:23. NVI.

Lectura: Romanos 6:1-23.  Versículo del día: Romanos 6:23.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando Adán y Eva desobedecieron en el Edén, la relación con Dios se interrumpió. Todos quedamos separados de Él. Hay un gran abismo entre Dios que es santo y el hombre que es pecador. El hombre ha tratado de llegar a Dios a través de diferentes medios como la religión, la filosofía, las buenas obras, etc., y no ha logrado conseguirlo porque no es el hombre llegando a Dios, sino Dios llegando al hombre. La cruz es el puente que Dios permitió, en su Hijo Jesucristo. Él dijo ser el camino para llegar al Padre; Él es la verdad y es la vida (Juan 14:6). Recordemos lo que Jesús nos aclaró: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes”. Eso corrobora que fue el mismo Señor buscándonos y llegando hasta nosotros.
Sabiendo que somos pecadores y que estamos separados, no nos queda más que acogernos al único camino que tenemos por delante: Jesucristo. Dice la Biblia en Juan 1:12: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. Recibimos a Cristo por fe, mediante una oración donde le expresamos el deseo sincero de entregarle nuestra vida. Te sugiero la siguiente para que tengas el regalo de una vida eterna a su lado:

Señor Jesús: Yo te necesito y te abro la puerta de mi vida para aceptarte como mi Señor y Salvador personal. Yo creo que Eres el Hijo de Dios muerto por mis pecados y resucitado para darme vida eterna Contigo. Toma el control de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme y limpiarme. En tu Nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.


viernes, 10 de mayo de 2019

El Señor murió por todos sin discriminación


Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres bajo mi techo. Por eso ni siquiera me atreví a presentarme ante ti. Pero, con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo. 
Lucas 7:6-7. NVI.

Lectura: Lucas 7:1-10.  Versículos del día: Lucas 7:6-7.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor nos dejó una gran lección al no solamente llegar a los de su pueblo sino también a los gentiles como en este caso, que sanó al siervo del centurión y estas palabras fueron de él. Admirado Jesús por lo que dijo, comentó a la multitud: “Les digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande” (v. 9).
Considero que nos enseña con esta actitud que no podemos menospreciar a nadie porque sea de otra raza, religión, cultura o nación. Igualmente, tampoco porque nos creamos muy buenos y entonces no miramos a los que están caídos y atrapados en las redes del maligno. De ninguna manera podemos discriminar. El Señor Jesús vino a dar su vida por todo ser humano no solamente por unos pocos. Así que pongamos atención a la Palabra de Dios y actuemos como el Señor nos dio ejemplo.

Amado Señor Jesús: gracias por mostrarnos la necesidad que tiene toda persona de conocerte como Señor y Salvador. Te rogamos que nos des la entereza para ir y hablar de Ti, sin excluir a nadie de lo que significa la salvación. Gracias bendito Señor.

Un abrazo y bendiciones.

jueves, 9 de mayo de 2019

La sabiduría aumentará nuestra existencia


Por mí aumentarán tus días; muchos años de vida te serán añadidos. 
Proverbios 9:11. NVI.

Lectura: Proverbios 9:1-12.  Versículo del día: Proverbios 9:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Dice el capítulo de Proverbios que la sabiduría nos trae beneficios. Cuando buscamos al Señor empezamos a gozar de esa sabiduría que entre otras cosas nos dará muchos años más de vida. El Señor quiere vernos gozosos, libres, descomplicados, confiados siempre en Él, bondadosos, amorosos. El temor al Señor no es de tenerle miedo o vivir agachados pensando que nos va a caer encima; no. Es el de rendirle culto reverentemente y tenerlo como al mejor de los amigos. Es inclinarnos ante Él con respeto. Esto nos lleva a tener una vida placentera sin estar pensando en calamidades o en desgracias. ¿Qué van a llegar? Sí, muy seguramente, pero precisamente para eso lo tenemos en nuestra vida; para poder afrontar los retos y las circunstancias adversas. Estoy convencida que si vienen estas dificultades será para bien y el Señor sabrá bendecirnos con una vida abundante como la que nos prometió (Juan 10:10). “Pues la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento te llenará de alegría” (Proverbios 2:10 NTV)  
Si en verdad hemos adquirido sabiduría se notará en nuestro diario vivir. El testimonio propio hablará; será un comportamiento como el que Dios nos demanda en su Palabra. Si quieres vivir por largos años, entonces, busca siempre empaparte de su sabiduría a través de su bendita Escritura. Hay promesas como la de Efesios 6:2-3 que dice: “Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra”. Así que sé sabio y empieza a disfrutar sus beneficios.

Señor Jesús: cada día deseamos más de tu Presencia y de la llenura de tu Santo Espíritu. Enséñanos a buscar tu sabiduría para actuar exactamente como Tú lo anhelas. Gracias por dejarnos tu Manual de Vida que es tu Palabra, para que de ella podamos aprender a comportarnos y ser verdaderos testigos tuyos. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 8 de mayo de 2019

¡Glorifícate en nuestros hogares!


Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. 
Salmo 127:1. NVI.

Lectura; Salmo 127:1-5.  Versículo del día: Salmo 127:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Una casa sin el Señor es una casa vacía. Podemos entrar a un suntuoso palacio, pero indiscutiblemente cuando no tiene el sello de Dios, se siente frío y lúgubre así tenga las riquezas que tenga. En cambio, hay ranchos muy sencillos, pero con el toque del Señor son acogedores y al entrar en ellos se siente un aire de satisfacción y tranquilidad. Es la presencia del Él rondando en todos los rincones.
El Señor instruye a sus seguidores haciéndoles ver que si lo llaman Señor hay que oír sus palabras y ponerlas en práctica. “Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida” (Lucas 6:48 NTV). Estos son los que ponen por cimiento a Cristo; Él es el Fundamento (1 Corintios 3:11) y a la vez la Roca viva despreciada por los hombres (1 Pedro 2:4). Pueden venir vientos o inundaciones y su casa no caerá porque está bien construida. Así que pregúntate: ¿ha sido Jesús el Amo de tu casa? Recuerda que el señorío le pertenece. ¿Permites que otros de tu casa sigan construyendo sobre esas bases? Piensa en tu cónyuge e hijos. ¿Adornas tu casa con la oración y la Palabra? Considero que con sólo estas preguntas ya entenderás si el Señor es el constructor de tu casa.

Señor Jesucristo: Te entregamos no solo nuestras vidas sino también nuestros hogares con todos los que habitan bajo ese techo. Deseamos que sean lugares de paz, de regocijo y de amor. Que allí siempre se respire el aroma Tuyo y podamos esparcirlo a todos los que nos visiten. Gracias por permitirnos conocerte y tenerte como nuestro Señor y Salvador. Nuestras casas te pertenecen. ¡Glorifícate en ellas! ¡Bendito Eres por siempre!

Un abrazo y bendiciones.