Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza.
Salmo 130:5. NVI.
Lectura: Salmo 130:1-8. Versículo del día: Salmo
130:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Así como el pueblo de Israel esperaba la venida del Mesías, su Iglesia ahora, espera su regreso. Creo que ese es el deseo de todos los cristianos:
esperar con ansia la segunda venida del Señor. “Porque en él hay amor
inagotable; en él hay plena redención” (v. 7b). ¡Bendita esperanza! Nadie ni
nada nos la puede arrebatar porque su perfecto amor está por encima de cualquier
circunstancia. Su redención no fue por un instante ni por un día; fue y seguirá
siendo para siempre y por siempre. En eso consiste su gracia derramada. El
Señor nos vino a rescatar; a dar por terminado el castigo. Ya pagó con su
preciosa sangre aquello que estaba en deuda, hipotecado en las garras de Satán.
Por eso esperamos con júbilo estar a su lado, bien sea
participando en su regreso a la tierra o si nos llama antes para estar en su
presencia. De todas maneras, anhelamos vernos ese día.
Amado Jesús: Anhelamos con todo el corazón tu próxima
venida. Hay tanta maldad por todas partes arraigada, que nos atemoriza el
mañana para nuestros niños. ¡Ven ya Señor Jesús! Tu novia, la Iglesia, te
espera con toda el alma. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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