jueves, 23 de mayo de 2019

Solo Proverbios para instruir a los nuestros


Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará; en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud. 
Proverbios 23:15-16. NVI.

Lectura: Proverbios 23:1-35.  Versículos del día: Proverbios 23:15-16.
MEDITACIÓN DIARIA

Nosotros, los padres, siempre tenemos a nuestros hijitos en oración y nos regocijamos cuando vemos que tienen éxito en lo que emprenden y mucho más cuando sabemos que van por los caminos del Señor. Como no siempre sucede así; en mi parecer, este capítulo de Proverbios cae muy bien para dárselo a conocer a los hijos adolescentes, a los que aún no han llegado a los pies de Jesús o a los que ya lo hicieron pero se han alejado de Él. Miremos lo que sigue diciendo: “No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del Señor. Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida” (vv. 17-18). “Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza” (vv. 19-21). “Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!” (v. 23). Igual les habla también de caer en lazos de la mujer ajena (vv. 27-28). Quizá ellos están esperando los sabios consejos de sus padres. Aquí tenemos una ayuda. Hay que orar y entregárselos a quién todo lo puede. Muchas veces desconocemos las cargas que llevan y en eso podemos ayudarles bastante, cuando no solamente oramos sino dialogamos haciéndoles saber que estamos para sostenerlos no para derrumbarlos.
El Señor permita que todos nuestros hijos y nietos lo busquen de corazón y sigan su camino. “El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida!” (vv. 24-25).

Amado Señor: hoy te entregamos a nuestros hijos sabiendo que ellos están en las mejores manos. Permite que como dice tu Palabra, no los desesperemos haciéndolos enojar por la forma en que los tratamos. Al contrario, que seamos sabios para inculcarles tu Palabra y enseñanzas cristianas. Gracias bendito Señor por sus vidas. Son tuyos, te pertenecen. Descansamos en Ti.
Un abrazo y bendiciones.

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